Desigualdades sociales en la mortalidad prematura potencialmente evitable
En los últimos años, los países de la Región de las Américas en conjunto han registrado mejoras considerables en los resultados en materia de salud, incluida una disminución de las muertes prematuras potencialmente evitables. Sin embargo, persisten profundas desigualdades sociales en los resultados de salud en toda la Región. Entre el año 2000 y el 2019, la distribución entre los países de las muertes prematuras potencialmente evitables mostró una reducción de las desigualdades, pero la desigualdad está concentrada en forma desproporcionada en los países más desfavorecidos de la Región. Para 2019, se registró un exceso de 128 muertes prematuras potencialmente evitables por cada 100.000 habitantes en el gradiente social entre países (desde los menos desarrollados hasta los más desarrollados). No obstante, a nivel regional, los gradientes –absolutos y relativos– de la desigualdad entre los países se redujeron simultáneamente, y a un ritmo más rápido, que la magnitud regional media de esas muertes.
La equidad en la salud se logra cuando todas las personas tienen la oportunidad de alcanzar su pleno potencial de salud, y cuando nadie queda excluido o desfavorecido para alcanzar ese potencial debido a su posición social u otras circunstancias determinadas socialmente. La mejora de la equidad en la salud requiere un cambio de la distribución subyacente de los determinantes sociales de la salud (es decir, las circunstancias en que las personas nacen, crecen, viven, trabajan, envejecen y mueren) así como del conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que afectan la distribución de la riqueza, el poder y los recursos a todos los niveles organizativos.