Salud en las Américas

Acelerar la eliminación de enfermedades

Capítulo 3: Perspectivas sobre las intervenciones en enfermedades específicas

Mother holds baby in her arms while nurse vaccinates herResumen

La Iniciativa de Eliminación de Enfermedades en la Región de las Américas enfrenta algunos desafíos complejos, como las disparidades en la atención de salud, las barreras políticas y económicas, y la vigilancia inadecuada. El progreso hacia las metas de eliminación de enfermedades se puede medir observando la incidencia y la prevalencia de las enfermedades, así como el impacto de las medidas de control, y haciendo proyecciones de la progresión futura de las enfermedades. Estos análisis ayudarán a los Estados Miembros a ajustar los programas sobre la base de los datos existentes. Si bien la Región está obteniendo resultados mixtos en la lucha contra las enfermedades en el marco de la iniciativa, hay grandes disparidades tanto entre los países como dentro de ellos, como consecuencia de las inequidades subyacentes en materia de salud y de los determinantes sociales. Para abordar las barreras al acceso y garantizar el éxito de la Iniciativa de Eliminación de Enfermedades se necesita con urgencia comprender mejor los mecanismos que actúan detrás de la inequidad.

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Desafíos para lograr la eliminación

En la Iniciativa de Eliminación de Enfermedades se enfrentan desafíos complejos para alcanzar las metas relativas a ciertas enfermedades, entre ellos disparidades en la atención de salud, barreras políticas y económicas, vigilancia inadecuada, y diversidad cultural y lingüística. Mientras que en el capítulo anterior se examinaron los avances hacia las metas de eliminación, en este capítulo se analizan con mayor profundidad algunas de las enfermedades en relación con las cuales todavía no se han alcanzado las metas, a fin de determinar las estrategias que han funcionado, los desafíos que subsisten y lo que queda por hacer. En este capítulo también se examinan los indicadores sobre la equidad que pueden ayudar a la OPS y a sus Estados Miembros a garantizar que los esfuerzos de eliminación de enfermedades lleguen a las comunidades más subatendidas y marginadas. Debido a la disponibilidad limitada de datos y a la necesidad de contar con suficientes datos para efectuar proyecciones precisas, en el análisis de este capítulo se incluye solo un número limitado de enfermedades.

Cáncer cervicouterino

En el 2022, las tasas de incidencia y mortalidad por cáncer cervicouterino estandarizadas por la edad fueron de 11,5 y 5,85 por 100 000 mujeres, respectivamente, lo cual representa 78 706 casos nuevos y casi 40 000 muertes estimadas1. La carga del cáncer cervicouterino en la Región de las Américas fue significativa, con tasas de mortalidad tres veces más altas en América Latina y el Caribe que en Canadá y Estados Unidos, lo cual pone de relieve las disparidades sustanciales que existen en cuanto a la riqueza y el acceso a los servicios de salud. Si persisten las tendencias actuales, se proyecta que las muertes por cáncer cervicouterino en la Región ascenderán todavía a 5,37 por 100 000 mujeres para el final de la iniciativa en el 2030 (véase la figura 5). El acceso a la atención de salud de buena calidad en el primer nivel de atención puede mejorar la detección de lesiones precancerosas, y su tratamiento puede prevenir la progresión de la enfermedad. Además, proporcionar acceso universal a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) podría reducir considerablemente el riesgo de cáncer cervicouterino a nivel poblacional2. Para eliminar este cáncer también se necesitan pruebas de detección y tratamiento oportunos, así como cuidados paliativos.

Figura 5. Proyecciones de la tasa de mortalidad por cáncer cervicouterino ajustada por la edad en la Región de las Américas

Gráfico que muestra la evolución de las proyecciones de la tasa de mortalidad por cáncer de cuello uterino en la Región de las Américas

Fuente: Organización Mundial de la Salud. Global health estimates 2021: deaths by cause, age, sex, by country and by region, 2000-2021. Ginebra: OMS; 2021 [consultado el 16 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://www.who.int/data/gho/data/themes/mortality-and-global-health-estimates/gheleading- causes-of-death.

La OPS está colaborando con los países en la ejecución del Plan de acción sobre la prevención y el control del cáncer cervicouterino 2018-20302. Esto implica brindar asistencia técnica y fortalecer los programas de lucha contra el cáncer cervicouterino utilizando herramientas y recursos de la OPS y de la OMS. Además, los Fondos Rotatorios Regionales de la OPS pueden facilitar la compra a granel de vacunas contra el VPH a un precio estandarizado en toda la Región. La Iniciativa ProVac de la OPS ha creado un modelo de costo-efectivo para facilitar la toma de decisiones sobre la introducción de vacunas contra el VPH y la mejora de las estrategias de detección del cáncer cervicouterino. La ampliación de estas actividades en toda la Región, especialmente en zonas con alta prevalencia de este tipo de cáncer y tasas bajas de vacunación, puede impulsar el progreso hacia la meta de eliminación.

Cólera

La meta regional de eliminación del cólera consiste en la ausencia de transmisión comunitaria por lo menos durante tres años consecutivos. Si bien no se produjeron casos en la Región en el 2020 y el 2021, en el 2022 hubo un rebrote. En el 2023 se notificaron 56 355 casos en Haití y 149 en República Dominicana3.

Como es difícil predecir los casos futuros, las medidas para eliminar el cólera deben centrarse en la prevención, la preparación y la respuesta, junto con un buen sistema de vigilancia para la detección temprana de los casos. En el caso de la prevención, mejorar los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento es la forma más sostenible de proteger contra el cólera y otras enfermedades diarreicas transmitidas por el agua, aunque esto puede ser poco realista para los grupos poblacionales que viven en la pobreza extrema en la Región3. En este contexto, el control de la mortalidad por cólera debe ocupar un lugar central en las intervenciones de los servicios de salud. El tratamiento disponible es sumamente eficaz, ya que hasta el 80% de los casos se pueden tratar con la administración temprana de sales de rehidratación oral4. La vigilancia del cólera debe formar parte de un sistema nacional integrado con retroalimentación oportuna a nivel local, regional y mundial, que use la definición de caso estandarizada de la OMS para estimar con precisión la carga mundial del cólera y formular estrategias de apoyo sostenibles. En los países donde no se han notificado casos de cólera, las autoridades de salud recomiendan vigilar las tendencias de la diarrea aguda en la población adulta, notificar casos presuntos de inmediato, investigar todos los conglomerados de casos presuntos y confirmarlos mediante pruebas de laboratorio. El despliegue de la vacuna contra el cólera es una herramienta eficaz para hacer frente a los brotes de cólera durante emergencias complejas, incluidas las crisis humanitarias.

Factores de riesgo ambientales

Los factores de riesgo ambientales en la Región de las Américas pueden conducir a un aumento de las tasas de enfermedades respiratorias, transmitidas por vectores, tropicales y cardiovasculares, así como de otras afecciones crónicas. Se está luchando en la Región por mitigar el impacto de estas amenazas, ya que la gestión inadecuada de los residuos, la deforestación y la exposición a sustancias tóxicas siguen comprometiendo la salud y el bienestar del público. La defecación al aire libre contribuye a la propagación de enfermedades infecciosas, contamina las fuentes de agua y socava las medidas de saneamiento en muchas comunidades empobrecidas. En el año 2000, 52,3 millones de personas defecaban al aire libre; en el 2020, esta cifra había disminuido a 11,1 millones. Uno de los objetivos de la Iniciativa de Eliminación de Enfermedades es reducir este comportamiento en un 95% entre el 2020 y el 2030. Para el 2021, esta cifra había bajado aún más, a 9,1 millones de personas. Es probable que esta práctica siga disminuyendo, y se prevé que, para el 2026, solo el 0,01% de la población de la Región continuará con esta práctica y que este valor se acerque a 0 en los años siguientes.

Figura 6. Porcentaje de la población que defeca al aire libre en la Región de las Américas

Gráfico que muestra el porcentaje de la población que practica la defecación al aire libre entre 2000 y 2022 en la Región de las Américas

Fuente: Organización Mundial de la Salud. The Global Health Observatory. Ginebra: OMS [fecha desconocida] [consultado el 16 de septiembre del 2024]. https://www.who.int/data/gho.

Reducir el número de personas de la Región que usan combustibles contaminantes en el hogar mejorará los resultados de salud y protegerá el medioambiente. El cálculo del número de personas que usan principalmente combustibles contaminantes para cocinar puede servir de sustituto para estimar el progreso relacionado con el uso de combustibles contaminantes en toda la Región. El análisis de las proyecciones indica que, para el 2030, la proporción estimada de personas que usan combustibles contaminantes será del 5,96%, cifra cercana a la meta del 5% establecida en la iniciativa.

La OPS brinda apoyo técnico a los Estados Miembros a fin de generar evidencia para una mejor gestión de los servicios de agua y saneamiento, y examinar las cuentas financieras del sector usando herramientas como el Análisis y Evaluación Mundiales del Saneamiento y el Agua Potable y TrackFin, metodología para dar seguimiento al financiamiento en el sector del agua y el saneamiento5. Además, se está trabajando para difundir directrices técnicas y fortalecer los sistemas de vigilancia5.

La OPS también apoya la mejora del desempeño de los programas de salud ambiental, combinada con medidas para construir un sector de la salud ambientalmente sostenible y resiliente mediante la estimación de la huella de contaminación del aire del sector y la promoción del uso de energía limpia6.

Figura 7. Porcentaje de la población que depende principalmente de combustibles y tecnologías contaminantes para cocinar en la Región de las Américas

Gráfico que muestra el porcentaje de la población que depende principalmente de combustibles contaminantes para cocinar.

Fuente: Organización Mundial de la Salud. The Global Health Observatory. Ginebra: OMS [fecha desconocida] [consultado el 16 de septiembre del 2024]. https://www.who.int/data/gho.

Transmisión maternoinfantil

La tasa de transmisión maternoinfantil del VIH en la Región ha disminuido sistemáticamente. En el 2022 se evitaron 4900 infecciones infantiles nuevas gracias a la estrategia para prevenir la transmisión maternoinfantil. Sin embargo, a fin de alcanzar la meta fijada para el 2030 (transmisión maternoinfantil del VIH del 2% o menos) es necesario tomar medidas como aumentar el acceso a las pruebas y el tratamiento de la infección por el VIH para las mujeres embarazadas.

Figura 8. Tasa de transmisión maternoinfantil del VIH en la Región de las Américas

Gráfico que muestra el porcentaje de transmisión del VIH de madre a hijo en los nacimientos de mujeres que viven con el VIH

Fuente: Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida. AIDSinfo. Ginebra: ONUSIDA [fecha desconocida] [consultado el 16 de septiembre del 2024]. https://aidsinfo.unaids.org.

Figura 9. Tasa de incidencia de la sífilis congénita en la Región de las Américas

Gráfico que muestra la evolución de la tasa de incidencia de sífilis congénita por 1000 nacidos vivos en la Región de las Américas

Fuente: Organización Panamericana de la Salud. Prevención, Control y Eliminación de Enfermedades Transmisibles. Washington, D.C.: OPS [fecha desconocida] [consultado el 16 de septiembre del 2024]. https://www.paho.org/es/prevencion-control-eliminacion-enfermedades-transmisibles. Países excluidos del análisis: Barbados, Bonaire, Curaçao, Guayana Francesa, Granada, Guadalupe, Haití, Martinica, República Dominicana, Saba, San Eustaquio, San Martín, Suriname.

La sífilis está aumentando en la Región de las Américas, y esto se traduce en una mayor prevalencia en las mujeres embarazadas y en tasas más altas de sífilis congénita. El manejo de la transmisión maternoinfantil de la sífilis presenta grandes dificultades, entre ellas el acceso limitado a servicios integrales de atención prenatal, diagnóstico y tratamiento, particularmente en zonas rurales y subatendidas. La poca concientización con respecto a la sífilis complica aún más las medidas de prevención. Algunas de las barreras para un tratamiento oportuno y eficaz son la escasez de penicilina, las restricciones con respecto a quién puede recetar el medicamento y la falta de seguimiento después del tratamiento. El análisis de las proyecciones indica que, para el 2030, la tasa de sífilis congénita aumentará a cerca de 3,7 por 1000 nacidos vivos, por lo que la tendencia irá en la dirección opuesta a la meta deseada para la eliminación de 0,5 por 1000 nacidos vivos.

Infección por el VIH

Si se mantienen las tendencias actuales, el número estimado de muertes relacionadas con la infección por el VIH para el 2030 estará muy por encima de la meta de una reducción del 65% en comparación con los valores registrados en el 2010.

Figura 10. Número de personas que mueren por causas relacionadas con la infección por el VIH en la Región de las Américas

Gráfico que muestra la evolución del número de personas que mueren por causas relacionadas con el VIH en la Región de las Américas

Fuente: Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida. AIDSinfo. Ginebra: ONUSIDA [fecha desconocida] [consultado el 16 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://aidsinfo.unaids.org.

El número de infecciones nuevas por el VIH ha disminuido en la Región. De acuerdo con esta tendencia, se proyecta una tasa de 0,14 casos por 1000 habitantes que no presentan la infección para el 2030. A fin de acelerar el progreso y alcanzar la meta para el 2030 (0,02 casos nuevos por 1000 habitantes), es esencial ampliar el acceso a la prevención combinada, prestando especial atención a los grupos de población clave7. La 75.a Asamblea Mundial de la Salud refrendó las estrategias mundiales del sector de la salud contra el VIH, las hepatitis virales y las infecciones de transmisión sexual (ITS) para el período 2022-2030. El objetivo de las estrategias mundiales es guiar a los países en la aplicación de programas efectivos de prevención y tratamiento, con el objetivo de poner fin a las epidemias de infección por el VIH, ITS y hepatitis virales como problemas de salud pública para el 20308.

Figura 11. Infecciones nuevas por el VIH en la Región de las Américas

Gráfico que muestra el número de nuevas infecciones por VIH por cada 1000 habitantes no infectados en la Región de las Américas

Fuente: Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida. AIDSinfo. Ginebra: ONUSIDA [fecha desconocida] [consultado el 16 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://aidsinfo.unaids.org.

Tuberculosis

En el 2022, la tuberculosis siguió siendo una de las principales causas de muerte por enfermedades infecciosas en todo el mundo y fue la principal causa de muerte en personas con infección por el VIH. En la figura 13 se muestra que la tasa de incidencia ha variado y que se observa una marcada disminución durante los años 2019 y 2020, probablemente como consecuencia de las interrupciones de la notificación causadas por la pandemia de COVID-19. Las proyecciones indican un posible aumento de la tasa de incidencia para el 2030, lo cual subraya la necesidad de continuar la lucha contra esta enfermedad en la Región.

Figura 12. Tasa de incidencia de la tuberculosis en la Región de las Américas

Gráfico que muestra la evolución de la tasa de incidencia de tuberculosis en la Región de las Américas

Fuente: Programa Mundial sobre Tuberculosis de la Organización Mundial de la Salud. Global tuberculosis report 2021. Ginebra: OMS; 2021. https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/346387/9789240037021-eng.pdf.

La OPS y la OMS están apoyando activamente a los países de la Región de las Américas por medio de diversas iniciativas para reducir la incidencia de la tuberculosis y la mortalidad por esta enfermedad. El objetivo de la Estrategia Fin de la TB es acabar con la epidemia mundial de tuberculosis. Esta estrategia se centra en reducir las muertes por tuberculosis en un 95% en comparación con el 2015, reducir los casos nuevos en un 90% entre el 2015 y el 2035, y garantizar que ninguna familia enfrente gastos catastróficos debido a la tuberculosis. La respuesta de la OPS a la tuberculosis se centra en seis áreas clave: liderazgo regional y fomento de alianzas, promoción de la investigación y la innovación, establecimiento y promoción de normas y estándares basados en la evidencia, formulación de opciones éticas para las políticas, apoyo técnico especializado a los países, y seguimiento y presentación de informes9.

En septiembre del 2023, varios jefes de Estado de todo el mundo reafirmaron su compromiso en la segunda reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la tuberculosis con una nueva declaración política que incluye metas ambiciosas para el 202710. Coincidieron en que los países debían acelerar el uso de herramientas e innovaciones basadas en la evidencia, entre ellas herramientas de tamizaje más sensibles —como radiografías digitales asistidas por inteligencia artificial para aumentar la detección de la tuberculosis—, pruebas moleculares rápidas para el diagnóstico temprano, esquemas de tratamiento acortados que puedan aumentar la tasa de éxito terapéutico, y tratamiento preventivo para interrumpir la transmisión comunitaria y prevenir nuevas infecciones. Se necesita una respuesta multisectorial, que incluya la participación significativa de parlamentarios, la sociedad civil y las comunidades afectadas.

Enfermedades transmitidas por vectores

La dinámica de los casos de fiebre amarilla en la Región de las Américas ha variado notablemente a lo largo de los años. Esta arbovirosis con reservorio selvático está presente en 13 países de la zona intertropical de la Región. Si bien la naturaleza compleja de esta enfermedad dificulta hacer proyecciones precisas del número esperado de casos de fiebre amarilla, es esencial planificar medidas concretas de prevención y control.

La OPS está trabajando en torno a la iniciativa para poner fin a las epidemias de fiebre amarilla, que se centra en la ampliación de la cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla, el fortalecimiento de las redes de laboratorios y la expansión de la vigilancia y caracterización de las epizootias. Esto incluye la preparación de directrices para los niveles distrital, estatal y nacional. La OPS también ha elaborado un mapa detallado de las zonas de riesgo de fiebre amarilla basado en las condiciones ambientales y geográficas, que orienta la adopción de políticas de vacunación11.

El número de casos de malaria también ha variado mucho a lo largo de los años. Para el 2030 se proyecta que habrá 487 698 casos. Los cambios en la incidencia de la malaria en los últimos años confirman la estrecha relación que existe entre la transmisión de la malaria y los factores sociales y económicos que generan movimientos poblacionales y cambios en el uso de la tierra. Del 2016 al 2019, la intensificación de la extracción de oro en América del Sur dio lugar a un gran aumento de la transmisión. Para el 2023, las zonas mineras y las comunidades indígenas se habían convertido en las zonas con mayor transmisión en la Región.

A fin de combatir la malaria, la OPS elaboró el Plan de acción para la eliminación de la malaria 2021 2025 en consulta con países y asociados regionales. Este documento orienta los planes nacionales y promueve un enfoque interprogramático e intersectorial, junto con el trabajo conjunto de países y asociados. En el documento se subraya la necesidad de abordar los principales focos de malaria en cada país con soluciones operativas específicas basadas en la información. La continuación de estas iniciativas es crucial para controlar y, en última instancia, eliminar la malaria en la Región de las Américas12.

Figura 13. Casos proyectados de malaria en la Región de las Américas

Gráfico que muestra la evolución de los casos proyectados de fiebre amarilla en la Región de las Américas

Fuente: Programa Mundial sobre Malaria de la Organización Mundial de la Salud. World malaria report 2023. Ginebra: OMS; 2023. Disponible en: https://www.who.int/publications/i/item/9789240086173.

No dejar a nadie atrás: medir la inequidad y abordarla

La Región enfrenta desigualdades estructurales profundamente arraigadas que tienen un gran impacto en los resultados y las oportunidades en materia de salud13. Las más de 30 enfermedades y condiciones en esta iniciativa afectan de manera desproporcionada a las personas en situación de vulnerabilidad, que enfrentan estigma, desafíos ambientales y acceso limitado a la atención de salud. Por ejemplo, las comunidades indígenas del Chaco (que abarca varios países de América del Sur) y la Mosquitia (en Honduras) siguen luchando contra enfermedades que se han eliminado en otros lugares, lo cual pone de manifiesto el impacto persistente de la desigualdad en la salud.

Para que la Iniciativa de Eliminación de Enfermedades tenga éxito, los Estados Miembros deben hacer frente a las inequidades subyacentes en materia de salud y reconocer los determinantes sociales y medioambientales de la salud. El primer paso de este proceso consiste en evaluaciones rigurosas de las desigualdades en materia de salud, que ayudan a los Estados Miembros a abordar las inequidades mientras trabajan para alcanzar las metas de eliminación sin dejar a nadie atrás. Estas evaluaciones suelen consistir en un examen de la distribución de los resultados en materia de salud en los diferentes grupos sociales. Por ejemplo, los programas de salud pueden analizar la incidencia de una enfermedad, comparando a las personas en función de su nivel de ingresos, o las diferencias en los resultados de salud en diferentes zonas geográficas (como países o distritos) clasificados por factores sociales. El sexo, el género, la etnicidad, la discapacidad y la edad, por ejemplo, son dimensiones importantes que pueden afectar los resultados de salud.

Los programas de salud pueden medir estas desigualdades en la salud por medio de estadísticas resumidas, como el índice de desigualdad basado en la pendiente (IDP) y el índice de concentración de la desigualdad en la salud (ICDS). El IDP se usa para cuantificar la desigualdad en los resultados de salud, la mayoría de las veces sobre la base de la educación o los ingresos. Representa la diferencia absoluta en los resultados de salud entre personas hipotéticas en la parte inferior y superior de la distribución de la educación o el ingreso. El ICDS mide la desigualdad relativa en la salud cuantificando la distribución de una variable en el ámbito de la salud entre grupos socioeconómicos. Proporciona una estadística resumida que indica si el resultado de salud se distribuye de manera desproporcionada entre las personas pobres o las personas ricas. En ambos índices, un valor de 0 indica una igualdad perfecta, mientras que los valores negativos muestran una concentración en las personas desfavorecidas (grupos más pobres), y los valores positivos, en las personas aventajadas (grupos más ricos). Ambas mediciones son útiles para comparar las desigualdades en la salud entre diferentes grupos poblacionales o períodos, y se usan mucho en economía de la salud y epidemiología. El IDP mide la desigualdad absoluta (la diferencia real en los resultados), mientras que el ICDS mide la desigualdad relativa a partir de una curva de concentración, que indica la distribución de los resultados de salud entre grupos socioeconómicos14, 15.

En los cuadros 2 y 3 se presentan los valores del IDP y el ICDS, obtenidos a partir de datos del estudio de la carga mundial de enfermedad del 2021 (16) y del índice de desarrollo sostenible de la OPS. En el cuadro se muestran los indicadores resumidos de la desigualdad (IDP e ICDS) en la incidencia de algunas enfermedades seleccionadas a lo largo del tiempo, junto con las tasas promedio de incidencia regionales correspondientes. En el cuadro 3 se muestran esos valores en relación con la mortalidad por las mismas enfermedades. Los resultados indican desigualdades altas y persistentes entre los países (nótese los valores mayoritariamente negativos en las columnas del IDP y el ICDS). En el caso de algunas enfermedades, el exceso de incidencia en los países más afectados fue más del doble del promedio regional en el 2021. La carga de mortalidad también se concentra de manera desproporcionada en los países más desfavorecidos.

 

Cuadro 2
Desigualdad en la incidencia de algunas enfermedades comprendidas en la Iniciativa de Eliminación de Enfermedades, Región de las Américas, datos de los años 2015, 2019 y 2021

 EnfermedadAñoPromedio
Regional
(x)
Desigualdad
Absoluta
(SII)
Desigualdad
Relativa
(CIx)
Infección por
el VIH/sida
201518.9-4.8-5.1
201919.0-5.4-5.0
202118.2-4.7-4.4
Cáncer cervicouterino201510.9-7.7-13.0
201911.0-9.5-16.3
202110.9-10.2-18.2
Tuberculosis201519.1-80.3-47.5
201918.6-72.4-45.6
202118.2-70.1-45.1
Hepatitis B2015218.8-333.6-25.6
2019196.1-301.9-25.1
2021186.0-305.9-26.1
Hepatitis C201569.6-59.3-18.4
201967.4-54.1-16.4
202167.6-52.6-16.2

Tasas estandarizadas por la edad por 100 000 habitantes. Datos de 36 países y territorios de la Región de las Américas.
Fuente: Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria. Global Burden of Disease 2021: findings from the GBD 2021 study. Seattle: IHME; 2024. Disponible en: https://www.healthdata.org/researchanalysis/library/globalburden- disease-2021-findings-gbd-2021-study.

 

Cuadro 3
Desigualdad en la mortalidad por algunas enfermedades comprendidas en la Iniciativa de Eliminación de Enfermedades
Región de las Américas, datos de los años 2015, 2019 y 2021

 EnfermedadAñoPromedio
Regional
(x)
Desigualdad
Absoluta
(SII)
Desigualdad
Relativa
(CIx)
Infección por
el VIH/sida
20155.2-8.6-34.7
20194.4-7.9-36.0
20214.1-7.1-34.2
Cáncer cervicouterino20154.1-7.0-27.0
20194.0-7.2-29.2
20213.9-7.2-30.5
Tuberculosis20152.3-10.7-53.9
20192.1-8.7-51.2
20212.0-8.1-52.2
Hepatitis B*20152.8-0.06-34.5
20192.4-0.05-33.0
20212.3-0.04-31.8
Hepatitis C*20150.63-0.01-33.4
20190.59-0.01-29.2
20210.55-0.01-28.5

Tasas estandarizadas por la edad por 100 000 habitantes. Datos de 36 países y territorios de la Región de las Américas.
*Tasas estandarizadas por la edad por 100 000 habitantes.
Fuente: Instituto de Sanimetría y Evaluación Sanitaria. Global Burden of Disease 2021: findings from the GBD 2021 study. Seattle: IHME; 2024. Disponible en: https://www.healthdata.org/researchanalysis/library/globalburden- disease-2021-findings-gbd-2021-study.

 

Estudio de caso: patrones de desigualdad en cuatro países

Las disparidades en la salud observadas entre los países con respecto a estas enfermedades (en los cuadros 2 y 3) también existen dentro de los países. La distribución desigual del riesgo de incidencia y mortalidad por estas enfermedades se reproduce a una escala geográfica más pequeña dentro de los países. Este patrón, en el que influyen factores sociales y ambientales, se muestra en la figura 14. Cada gráfico en la figura 14 muestra cómo varían los resultados de salud relacionados con algunas enfermedades seleccionadas dentro de un país en función de factores socioeconómicos.

En el gráfico A se presenta la incidencia del cáncer cervicouterino en 33 departamentos de Colombia, agrupados por nivel de pobreza. Las zonas más pobres tienen 8 casos más por 100 000 mujeres (una incidencia un 64% mayor) que las zonas más ricas17.

En el gráfico B se presenta la incidencia de la infección por el VIH en 51 estados y territorios de Estados Unidos, clasificados por el índice sociodemográfico (ISD), un indicador compuesto que mide el desarrollo sostenible en tres dimensiones principales: económica, social y ambiental. En el gráfico se muestra una diferencia de 7 casos por 100 000 personas entre los grupos con los índices más altos y más bajos16.

En el gráfico C se presentan datos de mortalidad por tuberculosis en 32 entidades federales de México clasificadas por el ISD. El IDP es de -0,90, lo que significa que hay 1 muerte adicional por 100 000 personas en todo el gradiente social. Aunque esta cifra parece pequeña, representa alrededor del 50% de la tasa nacional de mortalidad por tuberculosis16.

En el gráfico D se muestra la distribución de los casos nuevos de hepatitis B en las 27 unidades federativas de Brasil, clasificadas según el ISD. El gráfico sugiere un nivel moderado de desigualdad: el 60% de los casos nuevos de hepatitis B en Brasil se encontraron en la mitad de las unidades federativas más desfavorecidas socialmente16.

Figura 14. Desigualdades dentro de los países para algunas enfermedades seleccionadas que forman parte de la Iniciativa de Eliminación de Enfermedades

Panel de gráficos que muestran datos relacionados con las desigualdades al interior de los países de la Región de las Américas

Como muestran los datos anteriores, hay desigualdades en la salud muy extendidas en la Región de las Américas que están profundamente arraigadas en factores sociales. A medida que la Región trabaja para eliminar las enfermedades transmisibles, es crucial comprender los mecanismos que actúan detrás de las desigualdades y observar de cerca los cambios a lo largo del tiempo. En otras palabras, la OPS y sus Estados Miembros deben centrarse no solo en llegar a los grupos de difícil acceso, sino también en abordar los factores sociales subyacentes que hacen que estos grupos sean más propensos a la desigualdad. Esto significa formular estrategias y realizar intervenciones efectivas y culturalmente apropiadas que puedan dar lugar a cambios positivos duraderos en las condiciones sociales que afectan a estos grupos. De este modo será posible dar prioridad a los grupos más marginados y excluidos socialmente.

Referencias

  1. Bray F, Laversanne M, Sung H, Ferlay J, Siegel RL, Soerjomataram I, et al. Global cancer statistics 2022: GLOBOCAN estimates of incidence and mortality worldwide for 36 cancers in 185 countries. CA Cancer J Clin. 2024;74(3):229–263. Available from: https://doi.org/10.3322/caac.21834.
  2. Organización Panamericana de la Salud. Plan de acción sobre la prevención y el control del cáncer cervicouterino 2018-2030. Washington, D.C.: OPS; 2019. Disponible en: https://iris.paho.org/ handle/10665.2/38574.
  3. Organización Panamericana de la Salud. Resurgimiento del cólera en La Española. Washington, D.C.: OPS; 2024 [consultado el 13 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://shiny.paho-phe.org/cholera.
  4. Organización Panamericana de la Salud. Cólera: orientaciones y recursos técnicos. Washington, D.C.: OPS [fecha desconocida] [consultado el 13 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://www.paho.org/es/resurgimiento-colera-hispaniola/colera-orientaciones-recursos-tecnicos.
  5. Organización Panamericana de la Salud. Agua y saneamiento. Washington, D.C.: OPS [fecha desconocida] [consultado el 13 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/agua-saneamiento.
  6. Organización Panamericana de la Salud. Calidad del aire. Washington, D.C.: OPS [fecha desconocida] [consultado el 13 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/calidad-aire.
  7. Organización Panamericana de la Salud. Prevención combinada de la infección por el VIH. Washington, D.C.: OPS [fecha desconocida] [consultado el 11 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/prevencion-combinada-infeccion-por-vih.
  8. Organización Panamericana de la Salud. VIH/SIDA Washington, D.C.: OPS [fecha desconocida] [consultado el 11 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://www.paho.org/es/temas/vihsida.
  9. Organización Mundial de la Salud. Tuberculosis. Ginebra: OMS; 2023 [consultado el 11 de septiembre del 2024]. Disponible en: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/tuberculosis.
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