COVID-19 irrumpió en medio de una elevada desigualdad social y generó sinergias negativas. Una mayor letalidad entre las personas que residen en zonas con una mayor concentración de pobreza.
Muchas muertes prematuras pueden evitarse mediante intervenciones tempranas o atención de calidad. 2.5 millones de personas en las Americas murieron prematuramente en 2019.
Las enfermedades no transmisibles y las causas externas han reemplazado a las enfermedades transmisibles (infecciosas) como las principales causas de muerte.