Salud en las Américas

Flag of Antigua and Barbuda

Perfil de país - Antigua y Barbuda

Los perfiles de país de la plataforma Salud en las Américas+ se han elaborado a partir de los indicadores interagenciales disponibles hasta las fechas indicadas. En algunos casos, debido al proceso de verificación, los valores de los indicadores pueden diferir de aquellos más recientes disponibles en el país.

Determinantes sociales y ambientales de la Salud

En el 2000, la población total de Antigua y Barbuda era de 74 912 habitantes, y en el 2024 habría ascendido a 93 772, lo que representa un incremento de 25.2%. En cuanto al perfil demográfico del país, en el 2024 la población de mayores de 65 años representaba 11.8% del total, lo que implica un aumento de 4.4 puntos porcentuales respecto del 2000. Asimismo, en el 2024 se alcanzó una razón de 110.1 mujeres por cada 100 hombres y de 66.2 personas mayores (de 65 años o más) por cada 100 menores de 15 años, como se observa en la distribución por grupo etario y sexo de las pirámides poblacionales del país (figura 1). Si se considera la población de 15 a 64 años como potencialmente activa, es decir, susceptible de participar en actividades laborales, esta representó 70.4% de la población total del país en el 2024, lo que equivale a 66 030 personas. Si a estos datos se agregan los relativos a la población potencialmente pasiva (16 691 menores de 15 años y 11 051 mayores de 65 años), se obtiene una relación de dependencia de 42.0 habitantes potencialmente pasivos por cada 100 habitantes potencialmente activos. Esta relación era de 54.1 en el 2000.

En lo que atañe a la esperanza de vida al nacer, para el 2024 fue de 77.8 años —cifra mayor al promedio de la Región de las Américas—, esta cifra representa un incremento de 3 años respecto de lo informado en el 2000 (74.8). 

Figura 1. Pirámides de población de Antigua y Barbuda, años 2000 y 2024

Durante el período 2007-2022, el país aumentó su puntuación en el índice de desarrollo humano en 1.2% (de una puntuación de 0.816 a una de 0.826), mientras que en el mismo período el índice incrementó 14.6% a nivel internacional y 11.2% en América Latina (figura 2).

Figura 2. Índice de desarrollo humano en la Región de las Américas, 2022

En el 2021, el gasto público en salud representó 3.93% del producto interno bruto (PIB) (figura 3) y 15.54% del gasto público total, mientras que el gasto de bolsillo en salud implicó 19.16% del gasto total en salud.

Figura 3. Gasto público en salud como porcentaje del producto interno bruto en la Región de las Américas, 2021

Cobertura digital

En el 2021, el porcentaje de población con conexión a Internet ascendía a 95.7%, cifra que representa un incremento considerable respecto del 2000, año en que el indicador arrojaba un valor de 6.5%.

La situación de salud

Salud maternoinfantil

Entre el 2000 y el 2022, la mortalidad infantil en Antigua y Barbuda pasó de 21.6 a 7.5 por 1000 nacidos vivos, lo cual implicó una reducción de 65.3% (figura 4). Por su parte, el porcentaje de nacimientos con peso bajo (menos de 2500 g) se incrementó de 7.6% a 11.6% entre el 2002 y el 2022.

En cuanto a la estrategia de inmunización, en el 2022 la cobertura de vacunación contra el sarampión fue de 100%, lo que representa un incremento de 5 puntos porcentuales con respecto a la cobertura del 2000.

La razón de mortalidad materna en 2020 se estimó en 21.2 por cada 100 000 nacidos vivos, lo que representó una reducción de 58.6% comparado con el valor estimado para el 2000 (figura 5). En relación con la fecundidad, se calcula que, en el 2024, las mujeres tenían en promedio 1.6 hijos a lo largo de su vida reproductiva. En el caso específico de la fecundidad adolescente, se observa una reducción de 48.1%, si se compara la tasa de 61.9 nacidos vivos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años en el 2000 con la cifra de 32.1 en el 2024. En cuanto al control prenatal, entre el 2010 y el 2022 se observa un incremento en el porcentaje de personas gestantes que acudieron a cuatro consultas o más de atención prenatal durante el embarazo, ya que este pasó de 100.0% a 75.0%. Por otra parte, 99.0% de los partos fueron atendidos por personal capacitado en el 2022.

Figura 4. Tasa de mortalidad infantil por 1000 nacidos vivos, 1995-2022

Figura 5. Razón de mortalidad materna por 100 000 nacidos vivos, 2000-2020

Enfermedades transmisibles

En el 2022 se registraron 1 nuevos casos de tuberculosis por 100 000 habitantes en Antigua y Barbuda. En 2019, la tasa de mortalidad por tuberculosis (ajustada por edad y por 100 000 habitantes) para la población total fue de 0.5 ese mismo año (0.3 en mujeres y 0.7 en hombres).
 

Para el 2022, se estimó que la tasa de nuevos diagnósticos de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) fue de 48.5 por cada 100 000 habitantes. La tasa de mortalidad ajustada por edad por esta causa fue de 5.2 por cada 100 000 habitantes en el 2019. Debe destacarse que durante el período 2000-2019 este indicador descendió 61.2%.

Enfermedades no transmisibles y factores de riesgo

En relación con el sobrepeso y la obesidad en el mismo grupo etario, la prevalencia fue de 62.7% para el 2022.

En cuanto a la hipertensión arterial, en el 2015 se informó una prevalencia de 23.4% de personas de 18 años o más con presión sanguínea elevada, lo que representa un ascenso de 0.3 puntos porcentuales en comparación con el 2000 (23.1%). Por otra parte, la prevalencia de diabetes mellitus, que en el 2000 se hallaba en 7.7%, se incrementó a 11.5% en el 2014.

Mortalidad

En el 2019, la tasa ajustada de mortalidad prematura potencialmente evitable en Antigua y Barbuda fue de 197,8 muertes por 100 000 habitantes, lo que equivale a una disminución de 28% en comparación con la tasa de 274,6 registrada en el 2000. En este sentido, el país presentó en el 2019 una tasa 12,7% inferior a la notificada para la Región de las Américas. De las muertes prematuras potencialmente evitables, la tasa por causas prevenibles en el 2019 fue de 81,4 por 100 000 habitantes, cifra 40,6% menor que la regional, en tanto que la relativa a las causas tratables ascendió a 116,4 por 100 000 habitantes, frente a un promedio regional de 89,6.

En cuanto a la tasa de mortalidad general ajustada por edad, en el 2019 fue de 6 por 1000 habitantes, lo cual implica un descenso de 9,1% con respecto al 2000 (6,6 muertes por cada 1000 habitantes).

Al categorizar las muertes en grandes grupos, se observa que en el 2019 la tasa de mortalidad ajustada por edad por enfermedades transmisibles fue de 59,3 por 100 000 habitantes (69,9 por 100 000 en hombres y 50 por 100 000 en mujeres), mientras que la tasa de mortalidad ajustada por edad a causa de enfermedades no transmisibles ascendió a 501,6 por 100 000 habitantes (548,5 por 100 000 en hombres y 462,2 por 100 000 en mujeres). Por su parte, la tasa de mortalidad ajustada por edad por causas externas fue de 34,5 por 100 000 habitantes (55,3 por 100 000 en hombres y 15,4 por 100 000 en mujeres), en cuyo caso destacan los homicidios (2,4 por 100 000 habitantes) y los suicidios (0,3 por 100 000 habitantes). En el 2000, la distribución porcentual de las causas fue de 79,8% para las enfermedades no transmisibles, 13,5% para las enfermedades transmisibles y 6,6% para las causas externas, en tanto que para el 2019 los porcentajes fueron de 84,8%, 9,8%, y 5,4%, respectivamente (figura 6).

Figura 6. Mortalidad proporcional en Antigua y Barbuda, 2000 y 2019

Mortalidad por Cáncer

Al observar la mortalidad por cáncer según el sitio tumoral, puede advertirse que durante el 2019 la población masculina presentó una tasa ajustada de mortalidad por cáncer de próstata de 52,9 por 100 000; de pulmón, de 9,9 por 100 000; y de colon y recto, de 11 por 100 000. En el caso de las mujeres, los valores fueron de 42,1 por 100 000 para cáncer de mama; de 2,6 por 100 000 para cáncer de pulmón; y de 16,9 por 100 000 para cáncer de colon y recto.

Las fuentes de los indicadores interagenciales usados en este perfil se pueden encontrar en este cuadro

Para obtener los datos más recientes sobre indicadores de salud para la Región de las Américas, asegúrese de visitar el portal de Indicadores Básicos de la OPS.

Perspectiva del COVID-19 en el País

Medidas para el logro de la cobertura universal de salud

El Plan Estratégico Nacional de Salud para el período 2016-2020 señaló a las enfermedades crónicas, junto con enfermedades transmisibles nuevas y cuya transmisión aún persiste –entre las que se encuentran el dengue, el zika y el chikungua– como los desafíos principales en materia de salud.  En el informe se señala a los retos asociados a la disminución del financiamiento de la salud, la escasez de profesionales de salud y la fragmentación de las operaciones de planificación en materia de salud como los elementos que contribuyeron a que las políticas nacionales de salud no se plasmaran en acciones de carácter estratégico. La cooperación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otros organismos está centrada en fortalecer al sistema de salud mediante la incorporación del acceso y la cobertura universales. Esto se realizaría mediante la mejora de la gobernanza y la mejora del financiamiento, una adaptación de la tendencia mundial de una transición hacia una cobertura universal de salud. Se ha hecho hincapié en una serie de estrategias que tienen a las operaciones de atención primaria como el elemento central para la transición hacia este tipo de cobertura; para ello, estas operaciones prestan especial atención a la mejora de la salud maternoinfantil y a los programas de salud específicos para la salud de la población adolescente, la salud masculina y la de las personas mayores. La Estrategia Nacional para la Cobertura Universal de Salud del 2014  afianzó los principios de la estrategia de cobertura universal de salud del Gobierno con cuatro grandes líneas de acción: ampliar el acceso equitativo a servicios de salud integrales, de calidad y orientados a la comunidad; fortalecer la rectoría y la gobernanza; aumentar y mejorar el financiamiento sin incurrir en gastos directos en atención de salud; y una acción intersectorial para afrontar los determinantes sociales de la salud. En el Plan Estratégico Nacional para la Salud se reconoció que, con el fin de fomentar el progreso hacia la cobertura universal de salud, serán fundamentales las relaciones con los asociados internacionales para el desarrollo tradicionales y no tradicionales.

Desafíos relacionados con la salud de la población

La población de Antigua y Barbuda está envejeciendo y las previsiones apuntan a que el ritmo de este envejecimiento será cada vez mayor. En 1980, los mayores de 65 años representaban el 5,5% de la población de Antigua y Barbuda. Esta proporción aumentó hasta situarse en un 9,3% en el 2020 y se prevé que se incremente a más del doble, hasta el 22,7%, en el 2060.  Este futuro aumento de 13,4 puntos porcentuales, que supone un fuerte crecimiento del porcentaje de personas mayores, está por encima de los promedios regionales del Caribe y coincide con el promedio de la Región de las Américas, que se ubican en 10,7 y 13,7 puntos porcentuales, respectivamente. En la carga de enfermedad cada vez hay un mayor predominio de las enfermedades no transmisibles. En el 2019, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer fueron las tres causas principales de muerte y discapacidad y, en conjunto, suponen el 43% de todos los años de vida sana perdidos. Si se incluyen todas las demás enfermedades no transmisibles, esta carga aumenta a más de 80% de todos los años de vida sana perdidos. Se han producido nuevos adelantos a la hora de reducir la carga de los trastornos maternos y neonatales y del VIH/sida, que en el 2019 supusieron en conjunto únicamente el 4% de los años de vida sana perdidos, lo que representa una disminución superior a 50% respecto al 2000. Las soluciones para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles requieren de la cooperación multisectorial.