Salud en las Américas

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Perfil de País - Chile

Los perfiles de país de la plataforma Salud en las Américas+ se han elaborado a partir de los indicadores interagenciales disponibles hasta las fechas indicadas. Las fuentes pueden consultarse en este cuadro. En algunos casos, debido al proceso de verificación, los valores de los indicadores pueden diferir de aquellos más recientes disponibles en el país.

Determinantes sociales y ambientales de la Salud

En el 2000, la población total de Chile era de 15 503 635 habitantes, y en el 2024 habría ascendido a 19 764 771, lo que representa un incremento de 27.5%. En cuanto al perfil demográfico del país, en el 2024 la población de mayores de 65 años representaba 14.1% del total, lo que implica un aumento de 6.0 puntos porcentuales respecto del 2000. Asimismo, en el 2024 se alcanzó una razón de 101.2 mujeres por cada 100 hombres y de 83.3 personas mayores (de 65 años o más) por cada 100 menores de 15 años, como se observa en la distribución por grupo etario y sexo de las pirámides poblacionales del país (figura 1). Si se considera la población de 15 a 64 años como potencialmente activa, es decir, susceptible de participar en actividades laborales, esta representó 68.9% de la población total del país en el 2024, lo que equivale a 13 617 681 personas. Si a estos datos se agregan los relativos a la población potencialmente pasiva (3 353 324 menores de 15 años y 2 793 768 mayores de 65 años), se obtiene una relación de dependencia de 45.1 habitantes potencialmente pasivos por cada 100 habitantes potencialmente activos. Esta relación era de 53.8 en el 2000.

En lo que atañe a la esperanza de vida al nacer, para el 2024 fue de 81.4 años —cifra mayor al promedio de la Región de las Américas—, esta cifra representa un incremento de 4.3 años respecto de lo informado en el 2000 (77.1).

Figura 1. Pirámides de población de Chile, años 2000 y 2024

Entre el 2004 y el 2017, el promedio de años de escolarización en Chile aumento del 9.1%, con 10.6 años en el último año para el cual se dispone de información. Por su parte, la tasa de desempleo en el 2023 fue de 9.1% para el total de la población. Si se desglosa por sexo, la tasa es 9.5% para mujeres y 8.8% para hombres. La tasa de alfabetización fue de 99.3% en el 2022, en hombres, el promedio fue de 99.5%; y en mujeres de 99.1%. Otro aspecto que cabe destacar es que el porcentaje de la población por debajo de la línea de pobreza fue de 6.5% en el 2022, de acuerdo con la línea nacional, lo que representa una disminución respecto del 2000, cuando se encontraba en 36.0%. Por lo que se refiere a la pobreza definida como porcentaje de la población con un ingreso menor a US$ 2,15 por día, en el 2022 0.4% de la población se encontraba en esta situación, una cifra inferior al promedio regional de 2.6%.

Durante el período 2000-2022, el país aumentó su puntuación en el índice de desarrollo humano en 12.7% (de una puntuación de 0.763 a una de 0.86), mientras que en el mismo período el índice incrementó 14.6% a nivel internacional y 11.2% en América Latina (figura 2).

Figura 2. Índice de desarrollo humano en la Región de las Américas, 2022

En el 2022, el gasto público en salud representó 4.92% del producto interno bruto (PIB) (figura 3) y 18.54% del gasto público total, mientras que el gasto de bolsillo en salud implicó 29.79% del gasto total en salud.

Figura 3. Gasto público en salud como porcentaje del producto interno bruto en la Región de las Américas, 2021

Cobertura digital

En el 2021, el porcentaje de población con conexión a Internet ascendía a 90.2%, cifra que representa un incremento considerable respecto del 2000, año en que el indicador arrojaba un valor de 16.6%.

La situación de salud

Salud maternoinfantil

Entre el 2000 y el 2020, la mortalidad infantil en Chile pasó de 8.9 a 5.6 por 1000 nacidos vivos, lo cual implicó una reducción de 37.1% (figura 4). Por su parte, el porcentaje de nacimientos con peso bajo (menos de 2500 g) se incrementó de 5.3% a 6.7% entre el 2000 y el 2020.

En cuanto a la estrategia de inmunización, en el 2022 la cobertura de vacunación contra el sarampión fue de 94%, lo que representa una disminución de 3 puntos porcentuales con respecto a la cobertura del 2000.

Figura 4. Tasa de mortalidad infantil por 1000 nacidos vivos, 1995-2021

La razón de mortalidad materna en 2020 se estimó en 15.0 por cada 100 000 nacidos vivos, lo que representó una reducción de 53.8% comparado con el valor estimado para el 2000 (figura 5). En relación con la fecundidad, se calcula que, en el 2024, las mujeres tenían en promedio 1.1 hijos a lo largo de su vida reproductiva. En el caso específico de la fecundidad adolescente, se observa una reducción de 90.8%, si se compara la tasa de 61.2 nacidos vivos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años en el 2000 con la cifra de 5.6 en el 2024. Por otra parte, 99.9% de los partos fueron atendidos por personal capacitado en el 2020.

Figura 5. Razón de mortalidad materna por 100 000 nacidos vivos, 2000-2020

Enfermedades transmisibles

En el 2022 se registraron 15 nuevos casos de tuberculosis por 100 000 habitantes en Chile. En 2019, la tasa de mortalidad por tuberculosis (ajustada por edad y por 100 000 habitantes) para la población total fue de 1.5 ese mismo año (1 en mujeres y 2.2 en hombres).

Para el 2021, se estimó que la tasa de nuevos diagnósticos de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) fue de 25.9 por cada 100 000 habitantes. La tasa de mortalidad ajustada por edad por esta causa fue de 2.5 por cada 100 000 habitantes en el 2019. Debe destacarse que durante el período 2000-2019 este indicador descendió 17.1%.

En 2022 no hubo ningún caso de rabia humano reportado en el país.

Enfermedades no transmisibles y factores de riesgo

En Chile, la prevalencia del consumo de tabaco entre las personas de 15 años o más para el 2023 fue de 27.2%. En relación con el sobrepeso y la obesidad en el mismo grupo etario, la prevalencia fue de 63.1% para el 2016. En relación con el sobrepeso y la obesidad en el mismo grupo etario, la prevalencia fue de 78.8% para el 2022.

Asimismo, para el 2016, 26.6% de la población declaró practicar actividad física insuficiente.

En cuanto a la hipertensión arterial, en el 2015 se informó una prevalencia de 20.9% de personas de 18 años o más con presión sanguínea elevada, lo que representa un descenso de 5.8 puntos porcentuales en comparación con el 2000 (26.7%). Por otra parte, la prevalencia de diabetes mellitus, que en el 2000 se hallaba en 8.7%, se incrementó a 10.5% en el 2014.

Mortalidad

En el 2019, la tasa ajustada de mortalidad prematura potencialmente evitable en Chile fue de 139,1 muertes por 100 000 habitantes, lo que equivale a una disminución de 30,6% en comparación con la tasa de 200,3 registrada en el 2000. En este sentido, el país presentó en el 2019 una tasa 38,6% inferior a la notificada para la Región de las Américas. De las muertes prematuras potencialmente evitables, la tasa por causas prevenibles en el 2019 fue de 79,1 por 100 000 habitantes, cifra 42,3% menor que la regional, en tanto que la relativa a las causas tratables ascendió a 60 por 100 000 habitantes, frente a un promedio regional de 89,6.

En cuanto a la tasa de mortalidad general ajustada por edad, en el 2019 fue de 4 por 1000 habitantes, lo cual implica un descenso de 29,8% con respecto al 2000 (5,7 muertes por cada 1000 habitantes).

Al categorizar las muertes en tres grupos principales, se observa que en el 2019 la tasa de mortalidad ajustada por edad por enfermedades transmisibles fue de 29,5 por 100 000 habitantes (36,7 por 100 000 en hombres y 23,6 por 100 000 en mujeres), mientras que la tasa de mortalidad ajustada por edad a causa de enfermedades no transmisibles ascendió a 328,9 por 100 000 habitantes (403,8 por 100 000 en hombres y 271,2 por 100 000 en mujeres). Por su parte, la tasa de mortalidad ajustada por edad por causas externas fue de 38,4 por 100 000 habitantes (61,2 por 100 000 en hombres y 16,6 por 100 000 en mujeres), en cuyo caso destacan los accidentes de transporte terrestre (13,5 por 100 000 habitantes), los homicidios (3,9 por 100 000 habitantes) y los suicidios (8 por 100 000 habitantes). En el 2000, la distribución porcentual de las causas fue de 79,1% para las enfermedades no transmisibles, 10,9% para las transmisibles y 10,1% para las causas externas, en tanto que para el 2019 los porcentajes fueron de 85,1 %, 7,1%, y 7,8 %, respectivamente (figura 6).

Figura 6. Mortalidad proporcional en Chile, 2000 y 2019

Mortalidad por Cáncer

Al observar la mortalidad por cáncer según el sitio tumoral, puede advertirse que durante el 2019 la población masculina presentó una tasa ajustada de mortalidad por cáncer de próstata de 20,2 por 100 000; de pulmón, de 17,4 por 100 000, y de colon y recto, de 12,8 por 100 000. En el caso de las mujeres, los valores fueron de 11,8 por 100 000 para cáncer de mama; de 9,3 por 100 000 para cáncer de pulmón, y de 9,7 por 100 000 para cáncer de colon y recto.


Salud en las Américas: En el camino hacia la eliminación de enfermedades en Chile

En el siguiente texto el Ministerio de Salud de Chile proporciona información detallada y específica nacional para los tópicos La Situación de Salud y las Enfermedades de la Iniciativa de Eliminación y la perspectiva nacional. Se hace especial énfasis en cómo se están abordando localmente las acciones para promover la eliminación de enfermedades transmisibles.

Perspectivas

A continuación, se presentan perspectivas locales del país, que ofrecen declaraciones prospectivas sobre las prioridades de salud del país, con un enfoque en la Iniciativa de Eliminación.

Logros frente en la Eliminación de Enfermedades

Chile se encuentra en buen pie para demostrar que ha eliminado la lepra, la rabia humana transmitida por el perro, el Pian y la transmisión vertical del VIH/sífilis/Hepatitis B. Con esfuerzos adicionales puede acelerar la eliminación de las hepatitis virales, la enfermedad de Chagas incluyendo la transmisión vertical, el cáncer cervicouterino y la equinococosis quística/hidatidosis, y avanzar hacia las metas de eliminación en tuberculosis, VIH/SIDA, infecciones de transmisión sexual y meningitis bacterianas. Para ello el país está avanzando con determinación hacia la cobertura universal de salud basada en la atención primaria y el acceso universal y gratuito, como pilar básico de equidad y resiliencia. En este marco, la Iniciativa de Eliminación contribuye a hacer un uso más eficiente de los recursos, llegar a las poblaciones más vulnerables, lograr servicios integrados e integrales de atención, reducir las inequidades en salud y acelerar el logro de metas mejorando el bienestar de las personas y sus comunidades.

A la fecha, el país ha logrado los hitos para certificar la eliminación de Rabia canina, Lepra, Pian y en las enfermedades de Transmisión Materno-Infantil VIH, Sífilis y Hepatitis B. Todas estas enfermedades cuentan con normativa de vigilancia epidemiológica con notificación obligatoria. Con ello podemos señalar que, respecto a Rabia Humana transmitida por perros (rabia canina), Chile no tiene casos autóctonos desde el 2013.  El último caso reportado en Chile no tuvo desenlace fatal. Para certificar la eliminación, se debe mantener el indicador del número de muertes por rabia transmitida por perros por 1.000 habitantes en cero. Sobre la Lepra o Enfermedad de Hansen, en Chile no existen casos autóctonos desde hace más de 20 años. ​ Se ha descrito que en el pasado solo en Isla de Pascua con casos autóctonos​. Entre los años 2001 y 2023 se han confirmado un total de 53 casos de lepra en Chile, todos importados. ​ En la Estrategia Nacional de Salud 2021-2030 en su objetivo de impacto 1.4 se señala que se espera mantener cero casos autóctonos de enfermedades vectoriales y zoonóticas.

Chile se ha comprometido con alcanzar las metas de la iniciativa ETMI Plus, la que tiene por objetivo lograr y mantener la eliminación de la transmisión materno-infantil de la infección por el VIH, la sífilis, la enfermedad de Chagas y la infección perinatal por el virus de la hepatitis B (VHB) como problemas que constituyen un peligro para la salud pública.  El país suscribe los principios y las líneas de acción de la Estrategia para el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud y aprovecha las enseñanzas extraídas de la Estrategia y plan de acción para la eliminación materno-infantil de la infección por el VIH y la sífilis, del 2010. Las cifras actuales muestran que el país se está acercando al cumplimiento de las metas de eliminación de estas enfermedades: presenta una tasa de transmisión materno infantil de VIH de 1,80% (año 2021) siendo la meta para lograr la eliminación es bajar el 2%; mientras que la tasa de Sífilis congénita es relativamente baja (0,41 por 1.000 recién nacidos vivos) siendo la meta mantener el indicador bajo el 0,5 por 1.000 recién nacidos vivos. Para la Enfermedad de Chagas, la transmisión materno infantil es de 0,145%, aunque la meta supone 90% de los casos diagnosticados, tratados y vigilados, lo que en Chile no se cumplió para la década anterior. En el caso de la Hepatitis C, las tasas de incidencia tienen una tendencia a la baja, llegando a 1,7 casos por 100 000 para el año 2021, sin embargo, la meta es reducir un 90% de la incidencia respecto al 2015.

El abordaje del cáncer cervicouterino se remonta desde 1987 cuando se creó el Programa de Prevención y Control de Cáncer Cervicouterino, programa que tuvo como eje central la realización de Papanicolaou y capacitación del recurso humano involucrado. Durante el año 2004, esta enfermedad fue una de las primeras en incorporarse en la Ley 19.966 garantizando el acceso, oportunidad, protección financiera y calidad del tamizaje, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de esta enfermedad. En el año 2014 y 2019 fue incorporado al Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI) la vacuna tetravalente contra VPH a niñas y niños, respectivamente. Modificando sus esquemas en el año 2024 a vacuna nonavalente monodosis. Por otra parte, Chile es parte de los Estados Miembros que han subscrito la adopción de la Estrategia Mundial de Eliminación de Cáncer Cervicouterino como problema de salud pública, y que plantea importantes desafíos en tamizaje con pruebas moleculares. En este escenario, al año 2022 la Tasa de Incidencia Ajustada estimada por cáncer cervicouterino al año en Chile fue 11,3 por cada 100 000 mujeres, Tasa de Mortalidad Ajustada por edad 4,5 por 100 000 mujeres.

Esfuerzos Actuales y Hoja de Ruta hacia 2030

Los equipos técnicos de los diferentes departamentos, divisiones y programas del Ministerio de Salud, así como sus autoridades, han reconocido el potencial del país para sumarse a la iniciativa de Eliminación usando su capacidad, la historia de éxitos alcanzados y el compromiso para seguir avanzando hacia la consecución de las metas de eliminación de estas enfermedades. De esta manera se ha propuesto demostrar, a través de los procesos formales de validación y certificación, que Chile ha alcanzado estas metas, es una oportunidad para dar a conocer los resultados de impacto en la opinión pública nacional e internacional, y para posicionar al Ministerio de Salud en la punta de lanza en el logro de resultados e incentivar a los equipos técnicos nacionales y subnacionales para seguir avanzando. Esto ayudará a movilizar recursos nacionales y de los gobiernos regionales para acelerar los esfuerzos en las enfermedades en las que hay alentadores avances y prometedores resultados a mediano plazo como en la eliminación del cáncer cervicouterino, hepatitis virales, enfermedad de Chagas incluyendo la transmisión vertical, tuberculosis, VIH/SIDA, infecciones de transmisión sexual, equinococosis quística e hidatidosis, meningitis bacterianas, fiebre amarilla, entre otras.

Para ello, así como la consecución de otros objetivos, el Ministerio de Salud cuenta con una Estrategia Nacional de Salud de la década, la cual, dentro de sus Objetivos Estratégicos, el número 1 es el de Enfermedades Transmisibles. Este objetivo incluye dentro de sus objetivos específicos la disminución de la incidencia de VIH/SIDA; la reducción de la incidencia de Tuberculosis; disminución la morbimortalidad por Infecciones Respiratorias Agudas; la disminución de la incidencia de casos de Enfermedades Zoonóticas y Vectoriales, donde se coordina con otros departamentos técnicos y con el intersector para aplicar el principio de “Una Salud”, para realizar un abordaje integrado de las enfermedades desatendidas que serán incorporadas en el plan de acción para su eliminación y  por último la disminución del riesgo de reintroducción o aumento de Enfermedades Transmisibles en vías de Eliminación. En particular, respecto al último objetivo, existen intervenciones factibles de implementar para avanzar hacia la eliminación de las enfermedades señaladas, usando herramientas y tecnologías existentes. Se cuenta con un trabajo integrado entre el Departamento de Epidemiología, Programa Nacional de Inmunizaciones y el centro de referencia nacional de laboratorios, Instituto de Salud Pública. Tanto para el Sarampión y la Rubéola, Chile ha sido reverificado en su estatus de eliminación de estas enfermedades, y en Poliomielitis fue ratificado este año 2024 como un país de bajo riesgo de importación por parte de OPS junto a Colombia, únicos dos países de Sudamérica con dicho estatus.

En materia de cáncer cervicouterino y en el marco de la Ley 19.966, como Ministerio de Salud nos encontramos en proceso de evaluación de la incorporación de pruebas moleculares de VPH en el rango etario de 35 a 45 años y de otras modificaciones relativas a este régimen de garantías, para de esta manera alcanzar las metas asociadas a la estrategia mundial de eliminación.

Actualmente el país se encuentra elaborando un plan estratégico con metas la eliminación de las enfermedades consideradas, y su mantención lo que considera una hoja de ruta hasta 2030.

Desafíos y brechas con relación a las Líneas Estratégicas de acción de la iniciativa de eliminación

Para que el país siga avanzando en la ruta de eliminación de las enfermedades transmisibles, es imprescindible formular un Plan de Acción en la que se establezcan las acciones estratégicas consensuadas y alineadas a las prioridades del Ministerio de Salud que contribuya a articular esfuerzos para reforzar los sistemas y servicios de salud con énfasis en la atención primaria en salud y construir sistemas resilientes, reforzar los sistemas de información y de vigilancia, avanzar en los determinantes sociales y ambientales y reforzar la gobernanza, rectoría y el financiamiento. La Hoja de Ruta podrá apuntar a metas de eliminación en territorios priorizados según sus particularidades, progresando en la descentralización. Esta Hoja de Ruta le permitirá al Ministerio de Salud demostrar los éxitos tempranos en enfermedades en las que el país ya ha alcanzado los indicadores como en la rabia humana transmitida por el perro (Chile puede ser el segundo país en el mundo en demostrar la eliminación de esta enfermedad), lepra (Chile puede ser el primer país en la Región en aplicar los criterios para eliminar la lepra), transmisión vertical de VIH/sífilis/Hepatitis B (Chile puede completar la evidencia y ser uno de los primeros países continentales en alcanzar la meta uniéndose a la lista de países del Caribe que ya la alcanzaron) y pian (Chile puede ser el primer país sin historia de pian en la Región en completar el proceso de certificación para declararse libre de la enfermedad).

Un desafío en relación con la integración de los sistemas y servicios de salud es el fortalecimiento del programa de eliminación en la Atención Primaria de la Salud, que identifique los determinantes sociales de su comunidad, con pertinencia territorial, cultural y temporal, desde un enfoque multi- enfermedad. Para ello se requiere una planificación en red con la correspondiente asignación de recursos asegurada. Una oportunidad es el plan de reforma de salud de base en la APS Universal, que está actualmente en elaboración.

Desde el punto de vista programático, el impulso de la ampliación de tamizajes universales o focalizados por territorio o grupo de riesgo de enfermedades en vías de eliminación es una oportunidad para mejorar pesquisa y con ello el control de éstas. Esto implica una expansión de financiamiento para la implementación de esta Estrategia. Asimismo, se debe fomentar el trabajo y colaboración interministerial, el cual debe ser sostenible en el tiempo y cuente con la participación de las mayores autoridades de los órganos convocados.

Sobre el fortalecimiento de la vigilancia en salud y los sistemas de información, estos deben avanzar hacia la integración e interoperabilidad, según la necesidad de cada enfermedad, centrados en las personas. Los avances de la inteligencia sanitaria, y ponerla al servicio de esta agenda son un desafío. Chile avanzó con la ley de interoperabilidad de ficha electrónica, que es un paso adelante en esta agenda, sin embargo, para ello se deben fortalecer las unidades de tecnologías de la información y comunicaciones (TICs) del Ministerio de Salud de Chile (MINSAL) así como la de los Servicios de Salud, con la expansión de recursos que lo permita.

La integración de los Sistemas debe ser de responsabilidad compartida, especialmente en un contexto de múltiples tareas. Los contratos de los servicios deben considerar la mantención de ésta, y avanzar a una base de datos única, idealmente con una ficha clínica electrónica (FCE), a largo plazo. Sobre la FCE, habrá múltiples fichas, con un conjunto mínimo de datos, que va a estar compartido en las diferentes fichas y MINSAL. Es clave que el Conjunto mínimo de datos que esté orientado más allá de los datos sociodemográficos, teniendo en cuenta los hitos de los procesos de cada enfermedad.

Para fortalecer la vigilancia en salud, uno de los desafíos claves es mantener actualizadas las normas técnicas y planes necesarios para implementar estrategias en el manejo de enfermedades que se vieron postergados durante la pandemia. Además, entrenar permanentemente a los equipos en alerta y respuesta es esencial para entregar una respuesta oportuna frente a emergencias sanitarias. Finalmente, asegurar fuentes de financiamiento adecuadas para el control de brotes es otro desafío importante, dado que la falta de recursos puede limitar la capacidad de abordaje y control de las enfermedades.

Respecto al abordaje de los determinantes ambientales y sociales de la salud, es necesario nivelar la visibilización de estas enfermedades respecto a las otras, por medio de distintos mecanismos que permitan aumentar el conocimiento de estas enfermedades por parte de la comunidad, así como de las estrategias para su identificación y control. Mayoritariamente, las enfermedades transmisibles comparten una importante carga de enfermedad expresada en mortalidad y morbilidad, acompañada de estigmatización, las cuales se expresan en forma desproporcionadas en contextos de ruralidad o comunidades postergadas. En este sentido, adoptar enfoques integrales de promoción y prevención de cáncer cervicouterino relacionados al acceso a educación e información sobre factores de riesgo de esta enfermedad, acceso a programas de inmunización, tamizaje y tratamientos podrá favorecer la disminución de riesgo de padecer esta enfermedad.

La información integrada en los sistemas de información permitirá identificar a la población de mayor riesgo, y realizar acciones focalizadas para el control de éstas. Actualmente las intervenciones para el control del VIH han demostrado buenos resultados, en la relación con gendarmería, entre otras. Particularmente, en las enfermedades desatendidas como la lepra o el pian, hay ausencia de participación de la comunidad, líderes de opinión y otras organizaciones no gubernamentales. Hay una oportunidad en concientizar a la comunidad en los síntomas tempranos, y mecanismos de pesquisa y control, y no solo orientado a profesionales de la salud a través de las Enfermedades de Notificación Obligatoria.

En este sentido, el establecimiento de indicadores basados en el marco de “Una Salud” y los “Objetivos de Desarrollo Sostenibles” permitirán desarrollar una base regulatoria que promuevan y faciliten los acuerdos en el contexto de las enfermedades en vías de eliminación.

Finalmente, para que todo esto pueda ser efectivo, la iniciativa de eliminación debe ser una política de Estado, centrado en las personas con recursos fijos y vinculación legal con un trabajo intersectorial coordinado, y el involucramiento de la sociedad civil en él. Todo esto implica el fortalecimiento de la gobernanza de la iniciativa, la que debe ser sostenible y constante con una sinergia interprogramática para asignar los recursos eficientemente.

Las alianzas público-privadas brindan la oportunidad de mejorar la visibilidad de las enfermedades, en la medida que la gobernanza quede en el Estado. Y la identificación de actores claves permitirá identificar brechas territoriales y colaboradores estratégicos como gobiernos regionales, especialmente en lo que refiere a las alianzas intersectoriales para la consecución de objetivos de esta agenda.

A futuro, los próximos pasos del Ministerio de salud son:

  • Formular la Hoja de Ruta para la eliminación de las enfermedades transmisibles en Chile, esto incluye consensuar el listado de enfermedades que se incluirán de acuerdo con las prioridades para el MINSAL.
  • Gestionar el proceso de construcción de esa Hoja de Ruta para que se facilite el trabajo sinérgico de los grupos técnicos de las dos Subsecretarías, Salud Pública y Redes Asistenciales, lo que redundará en que se asegure un abordaje desde la universalización de la atención primaria en salud y el respaldo del más alto nivel para conducir el proceso de forma expedita.
  • Llevar a cabo una misión conjunta en el país con asesores regionales de la OPS y los equipos técnicos del MINSAL para identificar sobre su Hoja de Ruta las oportunidades de mejora e integración, innovaciones tecnológicas y de modelos de prestación de servicios y acciones críticas a nivel de políticas, gestión y servicios para abordar las enfermedades transmisibles prioritarias de manera integrada, eficiente y sostenible, y acelerar el progreso hacia su eliminación.
  • Solicitar apoyo desde la cooperación internacional con la OPS/OMS para la capacitación en el proceso de certificación en enfermedades en la que el país ha alcanzado los umbrales de eliminación.

Abordaje de la equidad en los esfuerzos de la Iniciativa de Eliminación

La Atención Primaria de la Salud es la plataforma sobre la que descansan los esfuerzos de eliminación de las enfermedades transmisibles. El Ministerio de Salud hace esfuerzos continuamente para resguardar su distribución equitativa de las estrategias de esta iniciativa a lo largo del territorio nacional, a través de un financiamiento que cuenta con ajustes de equidad, una preocupación por el acceso efectivo con mediciones de resultados intermedios y finales, incentivos especiales para resguardar la disponibilidad de personal de salud en territorios desaventajados como por ejemplo el programa para médicos en etapa de  formación y luego destinación de acuerdo a las necesidades de los territorios, o los incentivos en los salarios del personal municipal ajustado por la exigencia del desempeño, aislamiento, etc.  Nuestros últimos esfuerzos se sintetizan en el proyecto de reforma de APS Universal, donde se implementan una batería de medidas que buscan lograr un acceso efectivo a toda la población, junto con la integración de cuidados sociales a la salud.

Problemas de Salud tales como VIH; Hepatitis B y C, cáncer cervicouterino están incorporados en el régimen de garantías explícitas de salud (GES) asegurando la pesquisa; diagnóstico y seguimiento de estas enfermedades a la población que tiene seguro público y privado de salud.

Los Programas de Salud Pública de Tuberculosis, ITS y Chagas son programas de alcance nacional, con cobertura universal y completamente gratuito para todas las personas que lo necesiten, independiente del sistema de salud al que pertenezcan y estado migratorio.

Se debe avanzar un programa sólido de comunicación de riesgos enfocado especialmente en la población vulnerable, formar a líderes comunitarios y promover la participación de la comunidad en la identificación y manejo de estas enfermedades. Además, es necesario adoptar un enfoque intersectorial, colaborando con sectores que influyen en la prevalencia y el manejo de estas enfermedades, como educación, agua y saneamiento, y el sector económico. Finalmente, podemos contribuir en implementar mecanismos para monitorear y evaluar el impacto de las intervenciones en la equidad, lo que permitirá ajustar las estrategias y asegurar que los esfuerzos sean efectivos en reducir las desigualdades en el acceso y manejo de estas enfermedades.

Estrategias de participación comunitaria y de la sociedad civil

En la agenda de la prevención, control y eliminación de las Hepatitis el Ministerio de Salud mantiene un trabajo con la Fundación de Pacientes con Hepatitis (FUPAHEP) los cuales son parte del comité asesor de este problema de salud y son un ente amplificador de las estrategias implementadas para la pesquisa y tratamiento de esta enfermedad.

Para el control de la transmisión de la Enfermedad de Chagas, existe una organización de la sociedad civil y académica llamada “Chao Chagas Chile” que aporta conocimientos acerca de los desafíos para Chile del Chagas asociados a la migración, territorio y acceso a derechos de una manera cualitativa a la dinámica de atención de esta enfermedad, en las regiones de Tarapacá, Atacama y Metropolitana, y entregan información para equipos de salud y comunidad en general.

Respecto a Cáncer Cérvico-uterino, la ley del cáncer 21.258 establece la participación de fundaciones u organizaciones de pacientes mediante la conformación de la Comisión Nacional de Cáncer, quienes a su vez se vinculan en el ejercicio de sus funciones las cuales son el posicionamiento del cáncer en distintos sectores gubernamentales, realizar recomendaciones, apoyar la implementación del Plan Nacional de Cáncer, asesorar al Ministerio de Salud en normas, planes y programas de prevención, vigilancia, pesquisa y control de cáncer, como lo es el cáncer cervicouterino.

Para el VIH/Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), la participación social y el fortalecimiento del liderazgo comunitario constituye un eje central en el desarrollo del Plan Nacional de Prevención y control de estas enfermedades. En el marco de la Ley 19.779 sobre SIDA y la Ley 20.500 de Participación Ciudadana, desde el Ministerio de Salud se realizan diferentes iniciativas de participación social durante el proceso de definición de planes, estrategias y formulación de regulaciones e intervenciones específicas. En este sentido, la Sociedad Civil Organizada ha estado involucrada en la respuesta país al VIH/Sida y otras ITS desde 1987 con la creación de la primera ONG, Corporación Nacional de Prevención del Sida, actualmente “Acción Gay”, a la cual se le han sumado más de 100 organizaciones a nivel nacional, implementando múltiples iniciativas en distintos ámbitos de acción: prevención comunitaria, entrega de preservativos, acceso a test visual rápido, elaboración y distribución de material educación sobre sexo seguro y prevención de las ITS, involucramiento en el diseño, implementación y evaluación de política pública, acciones de comunicación social (campaña nacional de VIH), entre otras, participación que se expresa tanto a nivel central en su vinculación con el Ministerio de Salud, como a nivel descentralizado, formando parte de la Respuesta Regional Integrada, a cargo de las Autoridades Sanitarias Regionales.  El Departamento del Programa Nacional de Prevención y Control del VIH/SIDA e ITS, acogiendo las necesidades identificadas y planteadas por las organizaciones sociales para un mejor involucramiento y trabajo conjunto en la respuesta al VIH y otras ITS en el país, actualmente se encuentra trabajando en el diseño de un nuevo mecanismo de participación social, la cual esté en sintonía con el nuevo Plan Estratégico del Programa Nacional 2024 – 2030.

Finalmente, como buena práctica, destacamos la estrategia local de La Escuela de Gestores para prevenir la Hidatidosis es una iniciativa de la oficina de Zoonosis y Vectores en compañía de la Promoción de la Salud. Esta iniciativa tiene como propósito formar, concientizar y promover en comunidades con mayor incidencia de hidatidosis, medidas que protejan la salud de la población.  Para ello, se entrega herramientas a los actores sociales relevantes de las comunas para que repliquen la información sobre la enfermedad y como prevenirla.

Mecanismos de Coordinación del País para la eliminación de enfermedades

Incluir estas enfermedades en vías de eliminación en la Estrategia Nacional de Salud nos permite establecer esfuerzos comunes desde los distintos departamentos técnicos para abordar esta meta. Esto debe traducirse en un plan integrado con las diversas áreas técnicas involucradas para fortalecerlas y mejorar los indicadores actuales. En particular, para las enfermedades zoonóticas, es esencial fortalecer la integración del trabajo bajo el principio de "Una Salud ".

Entre las estrategias implementadas por el Estado de Chile para la protección de la salud de la población, se encuentra la vacunación escolar, la que se inicia en 1949. Actualmente, esta estrategia incluye vacunas que protegen contra tos convulsiva, toxoide diftérico y tetánico (dTpa), y Virus del Papiloma Humano (VPH). Esta estrategia se basa en una de las más importantes premisas de la salud pública, la que consiste en acercar las prestaciones de salud a la población objetivo, a fin de asegurar una mayor oportunidad de la acción y, alcanzar una mayor cobertura de vacunación. Esta actividad, gratuita y universal, se realiza en todos los establecimientos educacionales públicos y privados del país. Se desarrolla con la activa participación de los profesores y autoridades de las escuelas, colegios y establecimientos de educación parvularia, así como padres y apoderados, lo que ayuda a explicar el éxito de esta política a través de los años y permite alcanzar altas coberturas en los grupos objetivo. Desde el nivel central se emite la documentación de respaldo firmado por autoridades de ambos ministerios, además se realiza reunión conjunta con los referentes técnicos de JUNJI, Integra y Ministerio de Educación. Por otra parte, son fundamentales las coordinaciones regionales entre ambos referentes (SEREMI de Educación/SEREMI de Salud) y desde el nivel local (vacunatorios públicos) con cada escuela o colegio de su territorio para desarrollar, de acuerdo con normativa la vacunación en terreno.

Conclusión

Chile ha alcanzado importantes avances en la eliminación de varias enfermedades transmisibles, como la lepra, la rabia humana transmitida por perros, el pian, y la transmisión vertical del VIH, sífilis y hepatitis B. Estas enfermedades han sido objeto de estricta vigilancia epidemiológica y notificación obligatoria, lo que ha permitido mantener los indicadores necesarios para postular a la certificación de eliminación. El país se acerca a las metas de eliminación en otras enfermedades, como la transmisión materno-infantil de la enfermedad de Chagas, el cáncer cervicouterino, y las hepatitis virales.

El Ministerio de Salud de Chile está implementando una Estrategia Nacional de Salud que incluye un enfoque en enfermedades transmisibles con el objetivo de avanzar hacia su eliminación para 2030. Estos esfuerzos incluyen la coordinación intersectorial bajo el principio de "Una Salud", la expansión de tamizajes universales y focalizados, y la integración de pruebas moleculares para mejorar la pesquisa y control de estas enfermedades.

Para continuar avanzando, Chile enfrenta desafíos en la integración de los sistemas y servicios de salud, el fortalecimiento de la vigilancia en salud y la superación de brechas en los determinantes sociales y ambientales. Es fundamental asegurar la interoperabilidad de los sistemas de información, mantener actualizadas las normativas y planes, y garantizar el financiamiento adecuado para el control y eliminación de brotes.

La equidad es un principio central en la estrategia de eliminación de enfermedades en Chile. La atención primaria de salud (APS) es la base de estos esfuerzos, con un enfoque en garantizar un acceso equitativo y universal a los servicios de salud, particularmente en territorios desaventajados. Se están implementando medidas específicas para asegurar la cobertura y el acceso a servicios esenciales, incluidos programas de pesquisa, diagnóstico y tratamiento.

La participación de la comunidad y la sociedad civil es crucial en la estrategia de eliminación de enfermedades. Existen iniciativas específicas, como la colaboración con fundaciones y organizaciones comunitarias, para amplificar los esfuerzos de prevención, control y eliminación de enfermedades. Estas alianzas son esenciales para fortalecer la respuesta a las enfermedades transmisibles en el país.

Chile utiliza mecanismos de coordinación intersectorial, incluidos en la Estrategia Nacional de Salud, para alinear los esfuerzos en la eliminación de enfermedades transmisibles. La vacunación escolar y el compromiso de las autoridades en la prevención y tratamiento de personas privadas de libertad son ejemplos de estas acciones coordinadas.

Para alcanzar la eliminación de enfermedades transmisibles para 2030, es vital un **compromiso continuo y sostenido** por parte de todos los actores involucrados. Esto incluye el fortalecimiento de los sistemas de salud, la asignación de recursos adecuados, y la colaboración multisectorial. El Ministerio de Salud de Chile debe liderar este esfuerzo, asegurando la integración de servicios, la equidad en el acceso a la atención, y la participación activa de la comunidad y la sociedad civil.

Es imperativo que todas las partes interesadas se unan en un esfuerzo coordinado para garantizar que las metas de eliminación se alcancen y se mantengan, contribuyendo así a un futuro más saludable y equitativo para todos los chilenos.

La Situación de Salud y los Detalles de las Enfermedades de la Iniciativa de Eliminación

Resumen del estado de las enfermedades de la iniciativa de eliminación de la enfermedad

Meningitis bacteriana

Para 2023, la incidencia de Enfermedad Meningocócica (EM) es de 0,3 casos por cada cien mil habitantes, mientras que para las otras Meningitis Bacterianas (MB) es de 1,7 casos por cada cien mil habitantes. En ambos grupos, el mayor riesgo de enfermar se ha focalizado en los menores de 1 año, que presentó las tasas más altas: 19,8 por cada 100 000 habitantes para MB y 6,3 por cada 100 000 habitantes para EM en el año 2023. Chile ha avanzado en la estrategia de eliminación, incorporando en su plan nacional de vacunación la prevención contra Haemophilus influenzae tipo b, neumococo, meningococo de serogrupos A, C, Y y W, y desde 2023 contra meningococo de serogrupo B. En 2012, se produjo un aumento de casos de EM y se reportó el último brote de la enfermedad en el país, debido al resurgimiento del serogrupo W. Además, se cuenta con un sistema de vigilancia caso a caso, con notificación inmediata y universal, y se evalúan indicadores de gestión de calidad asociados al acceso, oportunidad y calidad de la atención.

Cáncer cervical 

La tasa de incidencia ajustada estimada de cáncer cervicouterino se ha mantenido estable entre 2003 y 2020, con tasas entre 17,3 y 17,9 casos nuevos por 100 000 mujeres respectivamente, de acuerdo a la última estimación del Departamento de Epidemiología, superior a lo estimado por GLOBOCAN (11,3 casos nuevos por 100 000 mujeres, año 2022). Con respecto a sobrevida, se observó un leve aumento de 0,5% al quinto año post diagnóstico aumentando de 62,1% (2003-2010) a 62,5% (2010-2014). El mayor cambio se ha observado en la tasa de mortalidad por cáncer cervicouterino, que ha disminuido entre el año 2003 y 2021 desde 7,6 a 4,8 muertes por 100 000 mujeres.

Enfermedad de Chagas

Chile fue certificado como país que interrumpió la transmisión vectorial en el año 1999. Desde esa fecha no se han presentado casos de Chagas agudo de transmisión vectorial, sin embargo, se han notificado casos importados de manera esporádica. En el año 2021 se notificaron dos casos importados por transmisión vectorial, provenientes de Bolivia. Desde este episodio, hasta la fecha, no se han notificado casos autóctonos ni importados de Chagas agudo.

Cólera

Chile se mantiene libre de cólera (Vibrio cholerae O1 u O139) autóctono desde el año 1998. Esto es debido a la ejecución de acciones de prevención y control, junto con la vigilancia epidemiológica en personas y ambiente, labores que se han mantenido desde el brote de cólera que afectó a nuestro país en 1991. Los últimos casos autóctonos registrados en el país corresponden a un brote en la región de Antofagasta, a fines de 1997 y comienzos de 1998. Después de este episodio, se presentaron casos importados provenientes de República Dominicana y Cuba en los años 2011, 2013 y 2014, sin casos secundarios en el país. Desde el año 2015 hasta la fecha, no se han notificado nuevos casos toxigénicos. En mayo del año 2024, se notifica un caso importado, cuya muestra requirió análisis de secuenciación completa por parte del Instituto de Salud Pública y cuyo resultado arrojó Vibrio cholerae O1, serotipo Inaba biotipo El Tor, con ausencia de toxina CTX, inusuales en Chile y la región, demostrando la capacidad de sospecha, diagnóstico oportuno y descarte de cólera como fue en este caso.

Chagas congénito

En Chile, se ha logrado la interrupción de la transmisión vectorial, además de la transfusional por el control de la sangre en todos los bancos de sangre del país y no hay evidencia de transmisión oral en el país, por tanto, la transmisión vertical de madre a hijo es la principal fuente de presentación de casos de enfermedad de Chagas.

Sífilis congénita

Entre los años 2018-2019 la tasa de sífilis congénita se mantuvo estable en 20 casos de sífilis congénita por cien mil nacidos vivos corregidos (NVC), para ascender al punto máximo del periodo el año 2021 alcanzando 41,7 casos de sífilis congénita por cien mil NCV, luego bajó el 2022 a 38,0 por cien mil NCV. Se destaca que en todos los años del quinquenio 2018-2022 Chile mantuvo una tasa de sífilis congénita bajo la meta de eliminación (<50 por cien mil nacidos vivos).

Equinococosis quística / Hidatidosis

La hidatidosis es considerada una enfermedad desatendida en la región de las Américas y gran problema de salud pública en América del Sur, por lo que se encuentra en el Programa Regional para su eliminación para el período 2020-2029. En Chile, desde septiembre del 2017 a la SE 28 2024, se han notificado 1.622 casos confirmados. A nivel ministerial, se ha instalado una mesa técnica de trabajo para abordar aspectos de vigilancia, prevención y control de la enfermedad para cumplir con el objetivo de eliminación internacional de esta enfermedad.

Fascioliasis

En Chile no se encuentra definida como una vigilancia de acuerdo a lo dispuesto en el decreto supremo N°7/2019, que aprueba el reglamento sobre notificación de enfermedades transmisibles de declaración obligatoria.

Hepatitis B y C

A partir del año 2018 (8,1 por cien mil habs.), se observa una disminución de las tasas de confirmación de hepatitis B, la cual se estabiliza entre los años 2020-2022 en 4 casos por cien mil habs. aproximadamente, mostrando una relación de 2,7 hombres por cada mujer para el año 2022. En el quinquenio 2018-2022 se observa una estabilización de las tasas de confirmaciones de hepatitis C, con un valor de 2,7 por cien mil habs. El año 2022 los hombres mostraron un 27% de aumento en su tasa con respecto al 2021, particularmente, desplazándose a menores edades, con mayores tasas entre los 30 a 39 años. El año 2022 la razón fue de 3,6 hombres por cada mujer.

Transmisión de madre a hijo de Hepatitis B (HBV-MTCT)

No se han presentado casos de transmisión vertical de hepatitis B en los último 5 años ocurridos en el país. En Chile existe una norma de prevención de la transmisión vertical de hepatitis B.

Transmisión de madre a hijo de VIH (HIV-MTCT)

Entre los años 2018-2022 la tasa poblacional de transmisión vertical del VIH experimentó un constante descenso pasando de 0,04 casos por mil nacidos vivos el año 2018 a 0,02 casos por cada mil nacidos vivos el año 2022, manteniendo una tasa de trasmisión vertical bajo la meta de eliminación (<0,5 por mil nacidos vivos). Además, el año 2022 el país mostró una tasa de transmisión materno infantil (porcentaje de niños con VIH del total de hijos de madres diagnosticadas con VIH) del 1,5%, cifra que se encuentra bajo la meta de eliminación (<2%).

VIH/SIDA

Para el 2022, se estimó que ocurrieron 4.800 nuevas infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en el país, lo que significó una tasa de 24,2 por cada 100 000 habitantes. La tasa de mortalidad por sida en el año 2021, ajustada por edad, fue de 2,4 por cada 100 000 habitantes (usando como población de referencia la población de Chile del año 2017). Debe destacarse que durante el período 2000-2021 este indicador descendió 25%.

Rabia humana transmitida por perros

Desde 1996 hasta la fecha, se han presentado dos casos de rabia humana en Chile. El primero, ocurrió en 1996, siendo causado por la variante murciélagos (V4). El segundo caso logró sobrevivir a la infección y que tuvo lugar en 2013, no se pudo aislar el virus, pero durante la investigación epidemiológica también se sospechó de la misma variante.

Lepra

En Chile no existen casos autóctonos de lepra, es decir, personas que hayan adquirido esta enfermedad en el territorio nacional, desde 1993.

Filariasis linfática

En Chile no se encuentra definida como una vigilancia de acuerdo a lo dispuesto en el decreto supremo N°7/2019, que aprueba el reglamento sobre notificación de enfermedades transmisibles de declaración obligatoria.

Malaria

En Chile, la enfermedad dejó de ser endémica hace décadas, en el año 1936 aproximadamente un 50% de la población de las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá se veía afectada, situación que instó a que en ese entonces se llevara a cabo la campaña contra la malaria, instalando estaciones antimaláricas en el puerto de Arica, con principal hincapié en las acciones de lucha contra el vector en todos los sectores afectados y el tratamiento de las personas infectadas. Dichas acciones permitieron eliminar la enfermedad del país, no registrándose casos autóctonos desde 1945, aunque aún está presente el mosquito transmisor en ambas regiones. En el año 2023 se confirmaron 6 casos, todos importados, que registraban viaje a Venezuela, Colombia, Bolivia y Brasil.

Chile está certificado desde el año 1968 como país libre de malaria por la OMS, dentro de la categoría "Países donde la malaria nunca existió o desapareció sin medidas específicas".

Oncocercosis, Esquistosomiasis, Helmintiasis transmitida por el suelo y Tracoma

No cuentan con un sistema de vigilancia, conforme al D.S. N°7/2019.

Peste

No se han presentado casos en Chile desde la década del '40.

Tuberculosis[1]

En Chile, en el año 2023, la tasa de incidencia de tuberculosis en todas sus formas (incluye casos nuevos y recaídas) fue de 15,8 casos por 100 000 habitantes, representando un alza anual 8,9%. El número de casos nuevos de tuberculosis en este año fue de 2.973, mientras que las recaídas fueron 177. El 81,8% de los casos de tuberculosis de 2023 correspondieron a formas pulmonares y 18,2% a extrapulmonares. La tasa de incidencia en hombres es de 20,4 por 100 000 habitantes en comparación a la tasa de mujeres que alcanza el 11,3 por 100 000 habitantes, es decir, la población masculina tiene una tasa 1,8 veces mayor que la femenina. En población menor de 15 años se registraron 111 casos el año 2023, representando un alza anual de 26,1%.   La tasa de mortalidad por tuberculosis en todas sus formas para el año 2023 fue de 1,26 por 100 000 habitantes, aumentando 0,01 puntos respecto al 2022. Esta cifra correspondió a 251 personas fallecidas por tuberculosis en el país, 4 personas más que el año anterior.

Sarampión

Chile interrumpió la transmisión del virus endémico en el año 1993. Posteriormente se presentaron casos aislados o brotes esporádicos, en los años 2003, 2009, 2011 y 2015.  Entre fines de 2018 y enero de 2020, se confirmaron un total de 36 casos de sarampión en Chile. Los casos se presentaron principalmente durante fines de 2018 a principios de 2020, generando 23, 11 y 2 casos por año, respectivamente. Todos correspondieron a casos importados de países de la Región y algunos de Europa; y solo uno de los casos del año 2018 generó un brote importante asociado a importación, afectando a menores de 1 año. Durante los años 2021 y 2022 no se notificaron casos. En agosto de 2023 se confirmó el último caso importado de sarampión con antecedentes de viajes a zonas endémicas con brotes activos, el cual no generó casos secundarios. Durante el año 2024, no se han reportado nuevos casos confirmados. Chile está en proceso de reverificación por el comité internacional de expertos, en la interrupción endémica de sarampión, rubeola y SRC.

La OPS/OMS certificó la eliminación en Chile el año 2016.

Tétanos Neonatal

En Chile en el año 1996 se presentó el último caso de tétanos neonatal.

Poliomielitis

En Chile el último caso de poliomielitis por polio virus salvaje se presentó en 1975. Esto se debe a los esfuerzos globales para avanzar hacia la erradicación, los cuales derivan en: a) Óptimas coberturas de vacunación y refuerzo del programa nacional de inmunizaciones (PNI); b) Vigilancia sindromática de Parálisis Fláccidas Agudas (PFA), principal mecanismo de detección de casos de poliomielitis; y c) Laboratorio de referencia nacional (LRN) para el diagnóstico de polio virus, que es parte de la red mundial de diagnóstico de polio virus. Chile mantiene su estado de erradicación de poliomielitis, evaluado por el comité internacional de expertos. La Región de las Américas registró su último caso de poliomielitis en 1991 y en 1994 fue la primera región del mundo en recibir la certificación de la OMS como libre de la enfermedad.

Rubéola

En Chile en el año 2007, se produjo un brote de rubéola que afectó principalmente a hombres jóvenes. Este grupo no había sido incluido en la campaña de vacunación de 1999, la cual estaba dirigida únicamente a mujeres. Como medida de control y con el objetivo de eliminar la rubéola, se llevó a cabo una segunda campaña de vacunación en 2007, enfocada en hombres de 19 a 29 años. Esta campaña logró alcanzar una cobertura del 92%. A mediados del año 2008 se interrumpió la transmisión del virus endémico de la rubéola en el país. Posteriormente se han presentado casos importados durante los años 2008, 2011 y 2019. Chile está en proceso de reverificación por el comité internacional de expertos, en la interrupción endémica de sarampión, rubeola y Síndrome de Rubéola Congénita (SRC).  OPS certifica la eliminación de rubeola desde el 2015.

Rubéola Congénita

El último caso de SRC fue en el año 2009. No obstante, se mantiene la vigilancia de SRC y TORCH (toxoplasmosis, otras infecciones, rubéola, citomegalovirus, herpes simplex virus). Actualmente se está realizando una búsqueda retrospectiva de códigos CIE-10 específicos de malformaciones congénitas asociadas a rubeola congénita, con el fin de reforzar la vigilancia. Chile está en proceso de reverificación por el comité internacional de expertos, en la interrupción endémica de sarampión, rubeola y SRC.

Fiebre Amarilla

Chile está libre de la circulación de fiebre amarilla. El último caso importado se notificó el 2017. En las zonas con presencia del vector (Isla de Pascua, Arica, Iquique, Aconcagua), no se han notificado casos autóctonos.


[1] Información entregada por referentes del Programa de Tuberculosis, DIPRECE. 

 

Las fuentes de los indicadores interagenciales usados en este perfil se pueden encontrar en este cuadro

Para obtener los datos más recientes sobre indicadores de salud para la Región de las Américas, asegúrese de visitar el portal de Indicadores Básicos de la OPS.

Perspectiva del COVID-19 en el PaísLa situación de salud y la pandemia de COVID-19/

Durante el 2020, en Chile hubo un total de 608 973 casos de COVID-19, lo que representa 31 284 por millón de habitantes. En el 2021 los casos identificados ascendieron a 1 197 521, lo que equivale a 61 519 por millón de habitantes, mientras que, en 2022, el número de casos reportados fue de 2 769 119, siendo estos 142 256 casos por millón de habitantes. Por lo que se refiere a las muertes causadas de forma directa por la COVID-19, en el 2020 se registraron 16 608 muertes de personas con diagnóstico de COVID-19, es decir, 853 por millón de habitantes, mientras que en el 2021 se notificaron 22 507, lo que representa 1 156 muertes por millón de habitantes y 21 979 muertes totales para 2022, equivalentes a 1 120 muertes por millón de habitantes. En la Región de las Américas, Chile se ubicó en la posición siete en cuanto a cantidad de muertes por COVID-19 en el 2020, en tanto que en el 2021 se ubicó en la posición 20, y en 2022 se ubicó en la posición 2, con una cifra acumulada para los años de 3129,75 muertes por millón de habitantes (figura 7).

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el total de muertes en exceso en el 2020 ascendió a 14 575 casos, es decir, 75,5 por 100 000 habitantes. Para el 2021 se estimaron 24 122 muertes, que representan un exceso de mortalidad de 123,7 por 100 000 habitantes.

Al 31 de diciembre del 2021, se había aplicado al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 a 93,7% de los habitantes del país. Al 20 de abril del 2022 (fecha de los últimos datos disponibles), 91% de la población contaba con el esquema de vacunación completo. La campaña de vacunación comenzó el 20 de diciembre del 2020 y hasta el momento se han utilizado cuatro tipos de vacunas contra la COVID-19.

Figura 7. Muertes por COVID-19 acumuladas al 29 de julio de 2023 en la Región de las Américas

Perspectivas

Medidas para el logro de la cobertura universal de salud

El gobierno actual, que comenzó su mandato durante el 2022, estableció en su plan de gobierno su vocación de avanzar hacia un sistema de salud universal y un sistema único de salud previsional, lo cual redundará en una mayor equidad en la atención de salud de todos los habitantes del país. En concreto, las medidas plasmadas en el plan incluyen la creación de un fondo universal de salud para asegurar la protección financiera del sistema de salud y procurar el acceso a la salud según necesidad; el fortalecimiento del sistema de salud nacional, para mejorar la calidad y la oportunidad de la atención en los servicios públicos; la universalización de la atención primaria de salud hasta extender la cobertura a toda la población; el desarrollo de una estrategia de salud digital; el financiamiento de inversiones para infraestructura y equipamiento de salud, así como para el acceso gratuito a ciertos medicamentos; la creación de un observatorio nacional para realizar el seguimiento de la reducción de las brechas en materia de recursos humanos para la salud, y la necesidad de realizar un abordaje intercultural de la salud y priorizar la atención oncológica integral y de salud mental.

Desafíos relacionados con la salud de la población

Hoy por hoy, el principal reto de Chile pasa por alcanzar un acuerdo, en el marco del proceso de reforma de la Constitución chilena, sobre la visión del sistema de salud que el país requiere y por impulsar las transformaciones necesarias para construir esa visión de manera progresiva y sostenible. La propuesta para la reforma de la carta magna, que fue sometida a plebiscito público en septiembre del 2022, consagra el derecho a la salud y la existencia de un sistema nacional de salud bajo la rectoría del Estado, de carácter universal, público e integrado. Dicho sistema de salud debería respetar los principios de "equidad, solidaridad, interculturalidad, pertinencia territorial, desconcentración, eficacia, calidad, oportunidad, enfoque de género, progresividad y no discriminación". La propuesta también prevé que los fondos necesarios para el financiamiento de este sistema de salud provengan de las rentas generales de la nación y del cobro de las cotizaciones obligatorias que realicen aportes solidarios.

Finalmente, el plebiscito rechazó la propuesta del nuevo texto constitucional y, a la fecha de redacción del presente informe, existe un debate público sobre la puesta en marcha de un nuevo proceso constituyente. El gobierno plantea implementar las reformas que sean necesarias a partir del nuevo mandato constitucional e incluye en su programa de gobierno la creación de un fondo único de salud, entre otras reformas.

Respuesta a la pandemia de la COVID-19

Entre los esfuerzos para dar respuesta a la pandemia, vale la pena destacar las siguientes iniciativas:

  • El fortalecimiento de la gobernanza del sistema de salud, con la participación de autoridades locales e instancias de consulta con expertos para la toma de decisiones oportunas y eficaces.
  • El desarrollo de una nueva versión del plan Paso a Paso, el cual establece las medidas de salud más apropiadas para las comunas y toma en consideración numerosos aspectos.
  • El fomento de la comunicación de riesgo y de las acciones intersectoriales, en particular con relación al sector de la educación y los espacios profesionales o laborales.
  • La continuidad del exitoso programa de vacunación de la población y el uso del pase de movilidad.
  • La prosecución de los esfuerzos relacionados con diversos planes y programas clave, como el plan Fronteras Protegidas, entre otros.
  • La priorización del abordaje de la atención de salud de las afecciones que no están vinculadas con la COVID-19 a través del fortalecimiento de las capacidades de la atención primaria y los hospitales, lo que se encuentra orientado a reducir las dificultades de acceso ocasionadas por la pandemia.

Medidas para incidir en las desigualdades en la salud

Las políticas públicas están enfocadas en la reducción de las desigualdades mediante un enfoque transversal que atraviesa diversas dimensiones. En materia de ingresos, por caso, se han planteado dos iniciativas que son dignas de mención: el aumento del salario mínimo y la creación de una pensión básica solidaria universal para las personas mayores.

Otro aspecto relevante para disminuir las desigualdades entre los diversos grupos de población tiene que ver con el enfoque de territorialización y el proceso de regionalización, lo que implica la transferencia de competencias y de financiamiento a los gobiernos regionales, como sucede, por ejemplo, en materia de transporte y movilidad, así como en infraestructura digital e Internet.

Estrategia nacional para abordar las desigualdades en salud

La disminución de las inequidades y las desigualdades en la salud atraviesa a todos los objetivos de la estrategia nacional, de una manera transversal e integral. La equidad se constituye así como un eje clave de todas las políticas priorizadas en la Estrategia Nacional de Salud 2021-2030. La transversalización se refiere a que cada prestación de servicios de salud, así como las políticas y/o estrategias priorizadas, dispongan de una garantía que permita mejorar el acceso, la oportunidad y la calidad de la atención de salud.