Pasar al contenido principal
Flag of El Salvador

Perfil de país - El Salvador

Los perfiles de país de la plataforma Salud en las Américas+ se han elaborado a partir de los indicadores interagenciales disponibles hasta las fechas indicadas. Las fuentes pueden consultarse en este cuadro. En algunos casos, debido al proceso de verificación, los valores de los indicadores pueden diferir de aquellos más recientes disponibles en el país.  

 

Determinantes sociales y ambientales de la Salud

El Salvador ha experimentado transformaciones demográficas y sociales que impactan directamente en la salud y el bienestar de la población. La población total pasó de 5,744,113 habitantes en 2007 a 6,029,976 en 2024 con un crecimiento del 4.98%; aunque el incremento absoluto es moderado, la estructura por edades muestra cambios relevantes.

Uno de los más significativos es el aumento de la población de 65 años y más, que pasó de 390,327 en 2007 a 637,024 en 2024, lo que equivale a un crecimiento del 63.20%. Este acelerado proceso de envejecimiento repercute en la demanda de servicios sanitarios y en la necesidad de políticas de atención integral a las personas adultas mayores. Por lo que, el índice de envejecimiento prácticamente se duplicó al pasar de 24.40 en 2007 a 49.00 en 2024, con una variación del 100.82%, ello significa que, por cada 100 personas menores de 15 años, hoy existen casi 49 adultos mayores, lo que transforma las demandas sociales y sanitarias del país. [con base en datos del Censo de Población 2007 (DIGESTYC) y Censo de Población 2024 (BCR)]

La composición por sexo se mantiene con una tendencia similar, en la que la razón de mujeres por cada 100 hombres fue de 110 en 2007 y de 110.5 en 2024, con un incremento del 0.45%. Esto confirma un leve predominio femenino, especialmente en las cohortes de mayor edad.

Gráfico 1. Pirámide poblacional según edad y sexo de El Salvador, 2000 y 2024

Por su parte, el índice de dependencia se redujo de 68.6 en 2007 a 47.3 en 2024, equivalente a una disminución del 31.05%; este cambio refleja una mayor proporción de población en edad productiva en comparación con la población dependiente, lo que constituye una ventana de oportunidad demográfica.

La dinámica demográfica de El Salvador muestra dos tendencias clave. Por un lado, la población en edad de trabajar creció un 14.16% entre 2007 y 2024, pasando de 4.1 a 4.7 millones de personas. Sin embargo, dentro de este grupo, la Población Económicamente Activa (PEA) solo aumentó un 1.96% en un periodo más reciente (2019-2024). Por otro lado, y de forma simultánea, la esperanza de vida al nacer se elevó de 69.8 a 72.3 años entre 2007 y 2024, un incremento del 3.58% que refleja mejoras sanitarias y condiciones de vida. [con base en datos de Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, División de Población (2024). World Population Prospects 2024, World Population Prospects.] La combinación de un lento crecimiento de la PEA con una mayor longevidad sugiere un aumento gradual de la carga económica sobre la población trabajadora.

En el ámbito laboral, se observó una mejora en la tasa de desempleo, que se redujo del 6.30% en 2019 al 5.20% en 2023, lo que representa una caída significativa del 17.46%. A pesar de este indicador positivo, el mercado laboral aún enfrenta desafíos, particularmente en lo que respecta a la persistencia de la informalidad y la calidad general del empleo, sin embargo, se han implementado estrategias de reactivación económica que incluyen desarrollo productivo, atracción de inversiones, fortalecimiento de emprendedurismo, fortalecimiento de capacidades e incentivar la formalidad y calidad de empleo.

Los indicadores socioeducativos también muestran un progreso constante. El promedio de años de escolaridad aumentó de 6.2 en 2007 a 8.0 en 2024, un avance que fortalece la base de capital humano del país e impacta positivamente en la equidad social y las oportunidades de desarrollo. Este progreso se refleja en el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que pasó de 0.653 en 2007 a 0.678 en 2022 (Figura 2).

Figura 2. Índice de desarrollo humano en la Región de las Américas, 2022

Los indicadores de financiamiento en salud de El Salvador muestran tres tendencias principales. Primero, el gasto público en salud como porcentaje del PIB aumentó del 4.6% en 2017 al 6.1% en 2024 (dato preliminar)[Base Mundial del Gasto en Salud 2022, Cuentas de Salud UES-DIRPLAN-MINSAL, 2025]. Segundo, su participación dentro del gasto total del gobierno también creció, pasando del 16.5% en 2017 al 21.2% en 2024, lo que evidencia una mayor priorización fiscal hacia el sector. Finalmente, y como consecuencia de lo anterior, el gasto de bolsillo de los hogares en salud se redujo de manera sostenida, descendiendo del 37.3% en 2017 al 31.3% en 2024. Esta disminución ha aliviado la carga financiera directa sobre las familias

Si bien estos indicadores reflejan un entorno más favorable para el bienestar social y sanitario, persisten desafíos estratégicos. Entre ellos destacan el acelerado envejecimiento de la población, la creciente presión económica sobre la fuerza laboral y los retos estructurales del mercado de trabajo, los cuales demandan un abordaje integral.

COBERTURA DIGITAL

La transformación digital en El Salvador ha mostrado un avance significativo en los últimos años, evidenciado por el crecimiento sostenido en la conectividad, en concreto, el porcentaje de hogares con conexión a internet se incrementó de 23.35% en 2019 a 36.86% en 2024, lo que representa una variación del 57.86%; este progreso refleja una mayor disponibilidad de infraestructura tecnológica y el impulso de políticas públicas orientadas a reducir la brecha digital en los territorios. A la vez, la población con acceso a internet pasó de 51% en 2019 a 79.80% en 2024 con un crecimiento del 56.47%, lo que evidencia una ampliación considerable en el uso de servicios digitales por parte de la ciudadanía. Al mismo tiempo, estos avances fortalecen la base para la implementación de estrategias de salud digital, el acceso a información en tiempo real y la integración de la población en entornos virtuales de educación, trabajo y atención en salud.

SITUACIÓN DE SALUD

Salud materno-infantil

En El Salvador se ha avanzado de manera sostenida desde el 2019 en el fortalecimiento del desarrollo infantil temprano, mediante iniciativas estratégicas como la Política Nacional 'Crecer Juntos', la Ley Nacer con Cariño y la Ley Amor Convertido en Alimento. Estas acciones se han complementado con el fomento a la lactancia materna y el fortalecimiento de los programas de atención integral a la primera infancia, iniciativas lideradas por la oficina del despacho de la Primera Dama y el Ministerio de Salud.

Estas acciones han contribuido a sentar bases sólidas para mejorar los indicadores de salud materna e infantil, esto se ve reflejado entre el 2019 y 2021 con la cobertura de atención prenatal con al menos cuatro visitas, en la que se mostró un incremento importante, pasando de 72.0% a 87.2% y superando el valor de referencia internacional de 80–90%; de manera complementaria, la atención del parto por personal capacitado se mantuvo en niveles óptimos, alcanzando 99.7% en ambos años, muy por encima del valor ideal de 87%, lo que evidencia un acceso universal a la atención obstétrica segura.

En los resultados perinatales, el bajo peso al nacer (<2,500 g) presentó una ligera variación al alza, de 9.9% en 2019 a 10.2% en 2024. En relación a la cobertura de vacunación contra el sarampión la que se sostuvo en niveles altos y estables con 96% desde 2019 al 2024 superando holgadamente la meta mínima del 86%. Por otra parte, en la mortalidad infantil se observó una reducción significativa al pasar de 9.3 muertes por cada 1,000 nacidos vivos en 2019 a 7.9 en 2024, cifra muy inferior al umbral internacional de 25, lo que confirma progresos sostenidos en la supervivencia infantil.

La dinámica demográfica refleja una transición acelerada de la fecundidad. La tasa global de fecundidad disminuyó de 2.1 hijos por mujer en 2014 a 1.4 en 2024, situándose por debajo del valor de reemplazo generacional (2.25). De igual forma, la fecundidad en adolescentes (15–19 años) mostró un descenso marcado de 74 nacidos vivos por 1,000 mujeres en 2014 a 39.4 en 2021, resultado de los avances en la prevención del embarazo precoz.

Enfermedades transmisibles

Entre 2019 y 2024, la tasa de nuevos casos de VIH disminuyó de 18.16 a 15.21 por 100,000 habitantes, lo que sugiere avances en la prevención y detección temprana. En contraste, la tasa de mortalidad por VIH se mantuvo estable en 2 por 100,000 habitantes entre 2022 como en 2024, reflejando un impacto positivo por el acceso a tratamiento antirretroviral en la contención de los decesos.

En cuanto a la rabia humana, el país consolida su condición de eliminación como problema de salud pública, sin registro de casos dede le 2008 a la fecha, un logro que corresponde a la efectividad de las estrategias de vacunación animal y vigilancia epidemiológica.

Enfermedades no transmisibles y factores de riesgo

Las enfermedades no transmisibles para el año 2024, concentran el 61.4% del total de muertes, de las cuales el 37.5% son prematuras (entre 30-70 años), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte por ENT con 46.6%, seguido del cáncer con 14.7%, diabetes con 8.1%, Enfermedad renal crónica con 16% y las enfermedades respiratorias crónicas 8.1%.

La prevalencia de consumo de tabaco en personas de 15 años y más, mostró una disminución de 8.8% en 2015 a 7.4% en 2023, evidenciando un descenso progresivo en este hábito de riesgo.

Sobre el estado nutricional de la población, la prevalencia de sobrepeso y obesidad pasó de 38.4% en 2013 a 66.2% en 2015.

MORTALIDAD

Mortalidad General y Prematura

El análisis de la mortalidad en El Salvador entre 2019 y 2024 revela una tendencia favorable, reflejo del impacto de las políticas de salud pública y los avances en la atención médica.

La tasa de mortalidad general disminuyó de 5.9 a 5.3 defunciones por cada 1,000 habitantes. De forma más específica, la mortalidad prematura (defunciones antes de los 70 años) se redujo un 2.23 %, al pasar de 304.3 a 297.5 muertes por cada 100,000 habitantes. Otros indicadores mostraron una gran estabilidad: la tasa de muertes prematuras potencialmente evitables varió solo un 0.22 % (de 95.5 a 95.29) y la de causas tratables un 0.23 % (de 77.41 a 77.23). En conjunto, esta evolución confirma una mejora gradual en las condiciones de salud de la población y en la capacidad de respuesta del sistema sanitario del país.

Mortalidad por Enfermedades y Causas Específicas

Respecto a la mortalidad por enfermedades transmisibles la tasa disminuyó de 15.77 a 14.52 defunciones por cada 100,000 habitantes entre 2019 y 2024, lo que representó una reducción del 7.93%. Por su parte, la tasa de mortalidad por enfermedades no transmisibles (ENT) presentó un descenso de 239.3 a 215.4 en el mismo periodo, equivalente a una reducción del 9.9%.

La tasa de mortalidad por causas externas mostró también un descenso, de 19.10 a 16.90 por cada 100,000 habitantes entre 2019 y 2024, lo que representó una disminución del 11.5, este descenso está muy relacionado con la disminución de la mortalidad por violencia interpersonal. En cuanto a las muertes por accidentes de tránsito, la tasa se redujo de 22.70 a 21.60 por 100,000 habitantes entre 2019 y 2024. A pesar de esta leve disminución, la cifra evidencia la necesidad de fortalecer las políticas de seguridad vial.

Mortalidad por Cáncer

Entre 2019 y 2024, la mortalidad por distintos tipos de cáncer en El Salvador presentó tendencias mixtas. La mayoría de los tumores analizados mostraron una significativa reducción, reflejando el impacto positivo de las intervenciones de prevención, diagnóstico y tratamiento.

Este descenso fue especialmente pronunciado en el cáncer cervicouterino, cuya tasa disminuyó de 9.80 a 6.40 muertes por cada 100,000 mujeres, un resultado atribuido a la vacunación contra el virus del papiloma humano, el tamizaje con pruebas de VPH con mayor sensibilidad y el abordaje temprano con termocoagulación. A este le siguieron el cáncer gástrico, que descendió de 7.35 a 5.90, y el cáncer de colon y recto, que bajó de 4.84 a 3.60. En los tumores que afectan principalmente a la población masculina, la mortalidad por cáncer de próstata se redujo de 3.42 a 3.10 por cada 100,000 hombres, y la de cáncer de pulmón disminuyó de 3.41 a 2.60 por cada 100,000 habitantes.

En contraste con esta tendencia general, la mortalidad por cáncer de mama mostró un leve incremento, pasando de 9.15 a 10.30 muertes por cada 100,000 mujeres en el mismo periodo, para esto se ha establecido todo un programa de estrategias basados en la prevención, diagnóstico temprano y abordaje fortaleciendo el sistema de información, fortalecimiento las competencias en diagnóstico y manejo, capacitando en autoexamen, así como fortaleciendo la infraestructura en equipos de ultrasonografía y mamografías, este último está en proceso de implementación de diagnóstico temprano mediante Inteligencia Artificial, refuerzo de medicamentos oncológicos y radioterapia.

Indicadores Demográficos proporcionados por El Salvador
Nombre del IndicadorAñoValorFuente
Esperanza de vida de ambos sexos202475.3Estimaciones y Proyecciones de Población de El Salvador (1950-2050), disponible en: https://geoportal.bcr.gob.sv/pages/teg-base-de-datos-y-tabulados consultado el 31 de octubre de 2025
Esperanza de vida de hombres202472.1Estimaciones y Proyecciones de Población de El Salvador (1950-2050), disponible en: https://geoportal.bcr.gob.sv/pages/teg-base-de-datos-y-tabulados consultado el 31 de octubre de 2025
Esperanza de vida de mujeres202478.2Estimaciones y Proyecciones de Población de El Salvador (1950-2050), disponible en: https://geoportal.bcr.gob.sv/pages/teg-base-de-datos-y-tabulados consultado el 31 de octubre de 2025

 

Las fuentes de los indicadores interagenciales usados en este perfil se pueden encontrar en este cuadro

Para obtener los datos más recientes sobre indicadores de salud para la Región de las Américas, asegúrese de visitar el portal de Indicadores Básicos de la OPS.

Fortalecimiento del Sistema de Salud en El Salvador (2025)

Información proporcionada por el Ministerio de Salud de El Salvador (MINSAL).

Tabla de Contenidos


Fortalecimiento de la gobernanza

Entre 2019 y 2025 se consolidó la rectoría del MINSAL con la actualización de lineamientos y marcos operativos que ordenan la provisión y el gobierno clínico de la red.

En 2021 se oficializaron los lineamientos de categorización de establecimientos para ajustar capacidades y optimizar la red de servicios de salud por niveles, junto con la adopción del enfoque de gestión por procesos, pero con orientación a resultados, para estandarizar procedimientos, fortalecer la mejora continua y lograr mayor eficiencia operativa.

Por otra parte, bajo el enfoque de Una Salud (One Health), el cual se concibe como un abordaje colaborativo, multisectorial y transdisciplinario orientado a alcanzar un estado óptimo de salud, reconociendo la estrecha interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. Se ha consolidado como una estrategia clave para enfrentar amenazas sanitarias complejas y de carácter global, como las zoonosis y otros riesgos emergentes.

El Salvador asumió formalmente su compromiso con la implementación de Una Salud en agosto de 2021, en el marco de una reunión de alto nivel que contó con la participación de los ministerios de Salud, Medio Ambiente, Agricultura y Ganadería, y Defensa, junto con socios estratégicos internacionales como TEPHINET, la Oficina One Health de los CDC (Centers for Disease Control and Prevention) de EE. UU., la Oficina Regional de Centroamérica (CAR) y la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (SE-COMISCA). En dicho encuentro, todas las partes expresaron su voluntad de impulsar la estrategia en el país.

Posteriormente, en 2022, se llevó a cabo un taller nacional para la formación de facilitadores que condujeron el proceso de priorización de enfermedades zoonóticas con la metodología de los CDC. En abril de 2023, se realizó el taller de priorización con participación interinstitucional (MAG, MARN, MINSAL y Comando de Sanidad Militar), así como de universidades y organizaciones no gubernamentales. Como resultado, se definieron siete enfermedades zoonóticas prioritarias para el país: influenza aviar de alta patogenicidad, rabia, salmonelosis, brucelosis, tuberculosis zoonótica, leptospirosis y encefalitis equina.

Este proceso dio como resultado la conformación de la Mesa de Una Salud de El Salvador, integrada por referentes de los tres sectores (humano, animal y ambiental), que desde enero de 2024 mantiene reuniones mensuales para coordinar acciones conjuntas. Ese mismo año se elaboró la hoja de ruta para la implementación del enfoque Una Salud, estructurada en cinco componentes estratégicos.

Componentes de la hoja de ruta

  • Coordinación intersectorial: Tiene como objetivo establecer un Comité Nacional de Una Salud y garantizar la sostenibilidad de la estrategia a través de un marco legal. Se espera la conformación y oficialización del comité y la elaboración de instrumentos técnico-jurídicos. Actualmente, el manual de organización y funciones se encuentra programado para 2026, mientras que un convenio interinstitucional ya fue elaborado y está en proceso de revisión legal.
  • Fuerza laboral: Busca fortalecer las capacidades del equipo multidisciplinario encargado de abordar integralmente las zoonosis priorizadas. Entre los resultados esperados están la actualización del diagnóstico de actores relevantes y la definición de necesidades de capacitación, previstas para el primer trimestre de 2026.
  • Vigilancia: Tiene como meta robustecer la capacidad diagnóstica de los laboratorios e integrar los sistemas de vigilancia epidemiológica entre MAG, MARN y MINSAL. Se han realizado diagnósticos de capacidades de laboratorio y de sistemas de información, aunque requieren actualización. Están pendientes la elaboración de indicadores trazadores y el desarrollo de una plataforma de integración; actualmente, el intercambio de datos se realiza de forma informal entre instituciones.
  • Preparación, control y respuesta: Orientado a la formulación de un plan integral para el abordaje de eventos sanitarios bajo el enfoque de Una Salud, junto con lineamientos de emergencia, respuesta y recuperación (ERR). Estos productos se encuentran planificados para 2026, con el objetivo de garantizar una respuesta articulada e intersectorial.
  • Desarrollo de investigación: Centrado en promover investigaciones sobre enfermedades zoonóticas priorizadas, generando evidencia científica que respalde las decisiones y políticas públicas. A la fecha, ya se cuenta con un diagnóstico de investigadores y de temas prioritarios, y se gestiona financiamiento para la ejecución de los estudios.

El Salvador ha dado pasos firmes en la institucionalización del enfoque Una Salud, con una base técnica consolidada en la priorización de enfermedades, la creación de espacios de coordinación intersectorial y la definición de una hoja de ruta nacional. Los próximos años serán clave para consolidar el comité nacional, robustecer la fuerza laboral, avanzar en la integración de la vigilancia y garantizar financiamiento sostenible para la investigación. Todo ello permitirá al país fortalecer su resiliencia frente a las amenazas zoonóticas y ambientales, en coherencia con los compromisos regionales y globales.


Funciones Esenciales de Salud Pública (FESP)

En 2020, la OPS renovó el marco de las FESP para enfrentar los desafíos regionales, fortalecer capacidades institucionales y promover un enfoque integral; este nuevo marco impulsa la articulación entre autoridades, sociedad civil y sectores diversos. El Salvador adoptó la FESP como herramienta estratégica para evaluar capacidades, cerrar brechas y orientar políticas públicas sostenibles e intersectoriales. dando como resultado que el país avanzó en la implementación de la Fase III del proceso de Evaluación y Fortalecimiento de las FESP, bajo el liderazgo del Ministerio de Salud (MINSAL) y con la participación de diversas instituciones del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), así como el acompañamiento técnico de la OPS.

El proceso incluyó cuatro etapas:

  • Preparatoria
  • Ejecución
  • Análisis
  • Presentación de resultados.

Durante la fase de análisis se revisaron inicialmente 641 brechas de capacidades que fueron sistematizadas y reducidas a 244 brechas unificadas, de las cuales 64 fueron priorizadas como estratégicas para la formulación del Plan de Acción Nacional. Este plan establece objetivos específicos para reducir las brechas, estrategias de intervención, responsables institucionales, alianzas requeridas, tiempos de implementación y mecanismos de monitoreo; asegurando la articulación con el Plan Nacional de Salud y otros marcos estratégicos.

Además, este ejercicio no solo representó un proceso de diagnóstico técnico, también un espacio de consenso político y estratégico que reforzó el liderazgo del MINSAL y la capacidad de coordinación con actores intersectoriales, organismos de cooperación, sociedad civil y la academia.

En definitiva, la consolidación del Plan de Acción constituye un hito para el fortalecimiento de la gobernanza sanitaria en El Salvador, al sentar bases institucionales más sólidas, generar evidencia para la formulación de políticas y asegurar un mecanismo de evaluación y mejora continua de las funciones esenciales de salud pública. Con ello, el país avanza hacia una gobernanza más robusta, eficiente y resiliente capaz de responder a los retos actuales y futuros de la salud pública, y en coherencia con los compromisos internacionales en el marco de la OPS/OMS.


Gestión y financiamiento

El Salvador, en los últimos años, ha fortalecido de manera sostenida la asignación y ejecución de recursos financieros en salud, priorizando la atención primaria, la infraestructura, el equipamiento y la provisión de medicamentos. Este esfuerzo se refleja en los indicadores de Cuentas Nacionales en Salud, que muestran un aumento progresivo del financiamiento público y una mayor convergencia con los estándares regionales.

El gasto corriente en salud como proporción del PIB pasó de 8.4% en 2017 a 9.3% en 2023, un valor que se mantiene por encima del promedio de América Latina, estimado en 6.9% para 2022. En paralelo, la proporción del gasto público corriente en salud respecto al gasto corriente total se incrementó de 54% en 2017 a 61.0% en 2023, superando también el promedio regional de 56.7% registrado en 2022, lo que refleja un mayor peso del financiamiento público en comparación con el privado.


Cobertura y Acceso a Servicios de Salud

Con el propósito de avanzar hacia la cobertura y el acceso universal a la salud, se impulsó un proceso integral de fortalecimiento de la red de servicios en los tres niveles de atención. Este esfuerzo incluyó la ampliación y modernización de la infraestructura sanitaria, con la construcción y remodelación de establecimientos de salud, la extensión de horarios de atención para garantizar mayor disponibilidad de servicios, y la conformación de equipos interdisciplinarios que permiten una atención más integral y centrada en las necesidades de la población.

En articulación con diversas instituciones públicas y con el acompañamiento de socios estratégicos se aseguró la provisión de medicamentos esenciales, insumos y tecnologías sanitarias, priorizando las zonas rurales y poblaciones históricamente excluidas o en condición de vulnerabilidad; dichas acciones contribuyeron a reducir desigualdades territoriales y a fortalecer la equidad en el acceso a servicios de salud.

La inversión en tecnología sanitaria ha sido otro pilar fundamental, incorporando sistemas de información, telesalud y herramientas digitales que facilitan la continuidad del cuidado y mejoran la gestión clínica y administrativa. Paralelamente, la actualización de protocolos clínicos y la integración de servicios en redes han permitido homogenizar la atención, estandarizar prácticas basadas en evidencia y fortalecer la capacidad de respuesta del sistema frente a las demandas de salud de la población.

De igual forma, se han consolidado mecanismos para garantizar la gratuidad de la atención, eliminando barreras económicas y asegurando que los servicios de salud estén disponibles independientemente de la condición socioeconómica de las personas. Esto, junto con la mejora continua en la calidad de la atención y la resolutividad del Sistema Nacional de Salud, ha sentado las bases para una atención más oportuna, eficaz y con un enfoque centrado en las personas, orientada a garantizar el derecho a la salud de toda la población salvadoreña.


Redes Integrales de salud

Se avanzó en la consolidación de las Redes Integrales e Integradas de Salud (RIIS), bajo un enfoque de continuidad de la atención y de articulación efectiva entre los diferentes niveles del sistema. Para ello, se establecieron rutas de referencia y contrarreferencia más eficientes, acompañadas de sistemas de transporte sanitario fortalecidos y mecanismos de comunicación clínica en tiempo real, lo que ha permitido una mejor coordinación de los servicios.

El fortalecimiento de las RIIS incluyó la dotación de equipamiento moderno, la estandarización de protocolos clínicos y el desarrollo de equipos multidisciplinarios altamente capacitados, lo cual ha mejorado significativamente la respuesta en áreas prioritarias como la salud materno-infantil, las emergencias y el manejo de enfermedades crónicas.

La reorganización funcional de los establecimientos de salud ha permitido optimizar recursos, evitar la duplicidad de servicios y garantizar una atención oportuna, continua y coordinada a lo largo del curso de vida. Asimismo, la ampliación de capacidades hospitalarias, en particular en unidades críticas y de alta complejidad como el caso del Hospital El Salvador, junto con su modernización, ha incrementado la capacidad de respuesta frente a picos de demanda y situaciones extraordinarias.

De igual forma, la coordinación con otras instituciones del sistema integrado y otras instituciones públicas, en el marco de la Ley del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) ha favorecido la optimización del uso de los recursos disponibles y ha fortalecido la continuidad de la atención en todo el territorio nacional. Estos avances consolidan la capacidad adaptativa del sistema de salud, garantizan la prestación de servicios esenciales incluso en escenarios cambiantes y constituyen un paso firme hacia el acceso universal con calidad, equidad y eficiencia.


Fortalecimiento de la capacidad operativa de salud

En los últimos años, El Salvador ha impulsado un proceso sostenido de fortalecimiento de la capacidad operativa del Sistema Nacional de Salud, mediante intervenciones que abarcan el primer nivel de atención, la red hospitalaria y los servicios especializados. Este esfuerzo se refleja en la modernización de la infraestructura, la adquisición de equipamiento médico de última generación y la diversificación de la formación del talento humano en salud.

En materia de infraestructura hospitalaria se han desarrollado proyectos estratégicos que incluyen la construcción de nuevos hospitales y unidades de atención especializada, la remodelación de establecimientos existentes y la adecuación de áreas críticas como emergencias, quirófanos y servicios de apoyo diagnóstico. Además, la creación de unidades quirúrgicas de alta complejidad ha permitido ampliar la capacidad instalada y mejorar la respuesta frente a la creciente demanda de servicios. incluyendo la adecuación de servicios de maternidad bajo la Ley Nacer con Cariño, lo que garantiza ambientes más seguros, dignos y humanizados para la atención de la madre y el recién nacido.

El Gobierno de El Salvador ha emprendido una significativa iniciativa para modernizar su red de salud pública mediante la distribución masiva de camas hospitalarias modernas, esta acción es crucial para reemplazar equipos obsoletos, destacando que esta renovación representa un gran salto de calidad y es fundamental para la evolución del paciente, dignificando el sistema de salud a nivel nacional y permitiendo a los profesionales ofrecer tratamientos en mejores condiciones.

La distribución se está realizando de manera expedita, esperando que todos los hospitales nacionales cuenten con estos nuevos insumos, esta medida es parte de una estrategia integral del gobierno para garantizar que El Salvador tenga un sistema de salud robusto capaz de atender las necesidades de su población, como lo demuestra el incremento en el índice de camas hospitalarias de 1.05 en 2019 a 1.39 en 2024, y el número total de camas de 6,658 a 8,381 en el mismo período.

El fortalecimiento en servicios especializados ha permitido la expansión de áreas de oncología, radioterapia, la implementación de medicina nuclear y la incorporación de nuevas tecnologías para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades de alta complejidad; Asimismo, la consolidación de centros quirúrgicos y unidades de trasplantes, cuidados intensivos neonatales, nefrología y cirugía mínimamente invasiva ha elevado la capacidad resolutiva de la red hospitalaria nacional.

En cuanto al primer nivel de atención, se han priorizado tanto la construcción de nuevas Unidades de Salud como la remodelación de las ya existentes, garantizando espacios adecuados y equipados para la atención integral de la población, estas intervenciones han estado acompañadas de la mejora de la red de laboratorios clínicos y del fortalecimiento de servicios de odontología, salud materno-infantil y prevención de enfermedades transmisibles, lo que contribuye a consolidar la atención primaria como eje articulador de las Redes Integradas de Servicios de Salud.

El equipamiento de los establecimientos de salud ha constituido un pilar clave en este proceso, incorporando tecnología de última generación en áreas de diagnóstico por imágenes, medicina crítica, laboratorios clínicos, banco de sangre, quirófanos y unidades de emergencia. Así como, la introducción de herramientas digitales y sistemas de información hospitalaria han permitido, además, avanzar hacia una gestión más eficiente, segura y con mayor capacidad de respuesta en tiempo real.

De forma concurrente, el recurso humano en salud ha sido objeto de un proceso de diversificación y especialización sin precedentes, ya que se ha pasado de un número limitado de especialidades médicas a una oferta amplia que responde a las necesidades epidemiológicas y demográficas del país, incluyendo áreas como cuidados paliativos, trasplantes, medicina física y rehabilitación, nutrición clínica y emergencias médicas. Dicho fortalecimiento en la formación nacional se ha complementado con la capacitación de médicos y profesionales en el extranjero, lo que asegura la transferencia de conocimientos avanzados y la incorporación de buenas prácticas internacionales.

Asimismo, se ha ampliado la formación de médicos residentes en hospitales escuela, se ha impulsado la capacitación en gestión hospitalaria, y se han creado centros de simulación clínica de alta tecnología que garantizan la preparación práctica en escenarios críticos.

En este mismo período, el número de médicos pasó de 7,779 en 2019 a 17,437 en 2024, alcanzando un índice de 28.92 médicos por cada 10,000 habitantes, superando el valor de referencia internacional (23 o más). En cuanto al personal de enfermería (licenciadas, tecnólogas y auxiliares), se registraron 11,821 en 2019 y 11,399 en 2024, con un índice de 45.27 por cada 10,000 habitantes, igualmente por encima del estándar recomendado (30 o más). Estos indicadores reflejan un crecimiento importante en la disponibilidad de recurso humano, aunque también plantean el desafío de mantener la tendencia en enfermería y garantizar su distribución equitativa en todo el territorio nacional.

Este proceso integral de fortalecimiento en infraestructura, equipamiento y recurso humano consolida un sistema de salud más moderno, resiliente y preparado para responder a los desafíos presentes y futuros, con un enfoque centrado en la equidad, la calidad y la eficiencia en la atención a la población.


Fortalecimiento de las competencias de Recurso Humano

Instituto Nacional de Salud (INS)

El INS ha desempeñado un papel central en el fortalecimiento del sistema nacional de salud pública de El Salvador, consolidándose como referente en investigación, formación especializada y gestión del conocimiento, el cual, durante la pandemia por COVID-19, generó evidencia científica clave que orientó las acciones del Ministerio de Salud y del Sistema Nacional Integrado de Salud, incluyendo la elaboración de protocolos de protección del personal sanitario, criterios de reincorporación laboral, lineamientos de muestreo y priorización de diagnósticos, estudios sobre la persistencia del virus en superficies inertes y la eficacia de los desinfectantes.

El fortalecimiento del talento humano es una de las líneas estratégicas del INS, un objetivo que se materializó con la creación del Centro Nacional de Simulación en Medicina, el cual fue Inaugurado en 2021 con tecnología de vanguardia; dicho centro representó un salto cualitativo en la formación clínica, ofreciendo entrenamiento en soporte vital avanzado, atención al trauma y emergencias pediátricas, neonatales y obstétricas.

Esta iniciativa se complementa con los programas de educación continua, dentro de los cuales destaca la implementación del modelo de Teleclínicas ECHO, que ha permitido la formación virtual y el intercambio de conocimientos entre expertos y profesionales de salud en todo el país. Entre 2021 y 2022 se llevaron a cabo 143 teleclínicas en diversas temáticas, con la participación de más de 13,000 profesionales, incluyendo capacitaciones especializadas en salud materno-infantil, nutrición, habilitación y rehabilitación, y patología, contribuyendo a mejorar la calidad de la atención en múltiples niveles de la red.

De esta manera, el Instituto Nacional de Salud se ha consolidado como un pilar fundamental del sistema sanitario salvadoreño, orientando sus esfuerzos hacia la generación de evidencia científica, la formación especializada y la modernización de infraestructura y procesos, con un impacto directo en la calidad de la atención y en la capacidad del país para responder a los desafíos actuales y emergentes en salud pública.

Instituto Especializado Hospital El Salvador (IEHES)

El IEHES se ha consolidado como una institución académica y de salud de referencia nacional dedicada a la formación de profesionales altamente calificados en distintas áreas médicas y de enfermería. Su labor responde a la necesidad de reducir brechas en la capacitación del recurso humano en salud mediante programas innovadores, actualizados y con un fuerte componente práctico.

El IEHES ha logrado alinear sus acciones con los objetivos de desarrollo sostenible del sistema sanitario salvadoreño fortaleciendo la gobernanza, la educación y la investigación en salud. Durante el período 2023-2024, el IEHES ha impulsado programas de especialización en medicina intensiva, emergencias y hemodinamia, así como diplomados en áreas clave de enfermería, como cuidados intensivos, nefrología, trasplante renal y cirugía cardiovascular. Además, ha innovado con iniciativas mixtas que integran a médicos en funciones, residentes y personal de enfermería en cursos superiores, como los de traslado aeromédico, marítimo y fortalecimiento de la atención primaria. Estas acciones no solo elevan las competencias técnicas del personal sanitario, también refuerzan la capacidad de respuesta del sistema de salud ante emergencias y necesidades críticas de la población.

El instituto también ha desarrollado alianzas estratégicas con universidades, organismos internacionales y entidades nacionales, potenciando la investigación, la innovación tecnológica y la formación basada en competencias. Sus publicaciones científicas, la integración de tecnologías de aprendizaje y la promoción de nuevas carreras y posgrados reflejan su compromiso con la excelencia académica y el mejoramiento continuo.

De esta manera, el IEHES no solo forma especialistas preparados para atender las demandas actuales de salud, sino que se proyecta como un pilar fundamental en la transformación del sistema sanitario salvadoreño y en el fortalecimiento de la calidad de vida de la población.

Centro Nacional de Capacitaciones

El Centro Nacional de Capacitación y Formación en Salud, surge como una iniciativa estratégica del Ministerio de Salud de El Salvador, financiada con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA). Este centro responde a la necesidad de fortalecer integralmente las competencias del talento humano en salud, en un contexto de modernización del sistema sanitario y de creciente demanda de servicios de calidad. Su creación constituye un paso decisivo para consolidar la educación continua como un eje fundamental en el desarrollo de los profesionales de la salud en el país.

Diseñado con infraestructura moderna y recursos tecnológicos de vanguardia, el Centro se proyecta como un espacio académico dinámico y sostenible, orientado a la actualización y profesionalización de médicos, enfermeras, técnicos y demás personal del Sistema Nacional Integrado de Salud. A través de programas de capacitación, formación continua e investigación, el centro busca garantizar que el recurso humano en salud esté preparado para responder de manera eficiente, equitativa y humanizada a los desafíos sanitarios actuales y futuros.

En los próximos años, se espera que el Centro sea un referente nacional en la formación del talento humano en salud, con capacidad de proyectarse a nivel regional. Su misión, además de elevar la calidad técnica del personal, también fomenta una cultura de investigación, innovación y aprendizaje permanente. De esta manera, El Salvador reafirma su compromiso con la excelencia académica y con la construcción de un sistema de salud más resiliente, eficiente y centrado en las personas.


Transformación digital

La pandemia de COVID-19 constituyó el mayor reto que la humanidad ha enfrentado en las últimas décadas, ya que puso a prueba la capacidad de los sistemas sanitarios en todo el mundo y dejó en evidencia desigualdades estructurales, fragmentación de servicios y brechas en el acceso a tecnologías digitales en salud. En El Salvador, este contexto se convirtió en una oportunidad histórica para acelerar la transformación digital como un eje estratégico, orientado a garantizar la continuidad de la atención, reducir la disrupción en los servicios esenciales y construir un sistema de salud más resiliente, equitativo y eficiente.

Con este propósito, entre 2019 y 2020 el Ministerio de Salud desarrolló un diagnóstico exhaustivo que incluyó el relevamiento de los sistemas existentes, la evaluación de madurez del expediente electrónico de salud, la aplicación del modelo IS4H de la OPS, una encuesta nacional sobre el uso de TIC en salud, estudios normativos, ejercicios de innovación con mapas mentales y la elaboración del scorecard EHS-SIAP; dicho proceso permitió identificar con precisión las brechas en gobernanza, integración de sistemas, conectividad y marcos legales, y dio origen a la definición de la hoja de ruta digital.

La hoja de ruta se concibió bajo la creación de la Casa Digital, que estructura el proceso en partes interrelacionadas. Los cimientos están constituidos por la infraestructura tecnológica, la conectividad de los establecimientos y la gobernanza estratégica. En 2019, la conectividad en los establecimientos de salud alcanzaba solo el 20% de los servicios de salud, mientras que para 2025 cubrimos el 100%. Sobre estos cimientos se edificó la infoestructura, conformada por modelos de datos, catálogos maestros, diccionarios clínicos y estándares de interoperabilidad como HL7-FHIR, SNOMED y DICOM, lo que permitió avanzar de un escenario sin interoperabilidad en 2019 al tener una interoperabilidad del 100% en 2025. En un nivel superior se ubican los componentes y sistemas funcionales: expediente electrónico, agendamiento de citas, farmacia, laboratorio, imagenología, teleconsulta y teleinterconsulta, articulados con vigilancia epidemiológica y tableros de control.

El expediente electrónico, que en 2019 no estaba disponible; para el 2025 alcanzó la universalización. De igual forma, la receta centralizada avanzó de 0% en 2019 a una proyección de cobertura del 90% en 2025. En cuanto al proceso de referencia, retorno e interconsulta (RRI), el cual no existía digitalmente en el 2019, para el 2025 ya ha sido digitalizado y alcanzado una cobertura superior al 90% de los establecimientos del primer nivel, gracias al trabajo del personal designado y, a los comités de gobernanza establecidos para su seguimiento. Asimismo, para finales del 2025, la interoperabilidad en red abarcará el 100% de los establecimientos. Respecto al componente de fortalecer al personal y la cultura digital, se impulsa la alfabetización digital, la formación de equipos multidisciplinarios y el cambio cultural hacia una atención humanizada mediada por tecnología. Todo este andamiaje tiene como techo la meta de la Salud Digital Universal, entendida como acceso equitativo, seguro y continuo a servicios digitales para toda la población.

En este marco, se diseñó y puso en marcha el Sistema Integrado de Salud (SIS), plataforma de desarrollo propio que constituye el corazón de la transformación digital. El SIS integra de manera interoperable los procesos clínicos y administrativos en hospitales, unidades de salud, farmacias, laboratorios e imagenología. A nivel local permite gestionar citas, consultas, expedientes y farmacia; a nivel regional enlaza hospitales, laboratorios y unidades comunitarias; y a nivel nacional consolida un expediente clínico único, en transición hacia un expediente sectorial interoperable con instituciones como el ISSS, ISBM, ISRI y FOSALUD. Su carácter de innovación propia garantiza soberanía tecnológica, sostenibilidad y evita dependencia de soluciones fragmentadas.

Durante 2024–2025 se completó la implementación del SIS en el primer nivel y en los hospitales de segundo y tercer nivel, avanzando a la vez en su interoperabilidad para asegurar la trazabilidad nacional de las historias clínicas. Actualmente, El Salvador se encuentra en la segunda fase de esta hoja de ruta, enfocada en el fortalecimiento del EMPI, que asegura la identidad única del paciente, en el despliegue del registro nominal y en la consolidación del expediente electrónico único. De manera simultánea se ha iniciado la tercera fase, que busca garantizar la interoperabilidad plena de los subsistemas y la integración progresiva con otras instituciones del sector salud, como el ISSS, el ISBM, el INS y FOSALUD. En este componente destaca el avance de la red nacional de laboratorios (RELAB), que pasó de 0% en 2019 a alcanzar el 90% en el 2025.

Paralelamente, el país ya ha comenzado a transitar hacia la cuarta fase, orientada al desarrollo de herramientas digitales avanzadas; entre estas destaca la incorporación de inteligencia artificial en el SIS para el análisis predictivo y prescriptivo, el desarrollo de aplicaciones móviles para usuarios y profesionales, y la integración de sistemas de apoyo a la decisión clínica. Gracias a estos avances se logra consolidar un ecosistema digital cada vez más confiable, seguro y eficiente.

En conjunto, El Salvador cuenta hoy con una Casa Digital en operación: conectividad cercana a la universalidad, procesos clínicos digitalizados en más del 95% de los establecimientos, interoperabilidad en expansión, receta centralizada implementada y tableros de gestión que permiten monitoreo en tiempo real. La proyección inmediata es consolidar la interoperabilidad nacional, implementar plenamente la identidad única de los pacientes y escalar la inteligencia artificial aplicada a la gestión clínica y administrativa. Con ello, la transformación digital se consolida como motor de equidad, eficiencia y soberanía tecnológica en el sistema de salud salvadoreño.


Telecentros MINSAL

En el marco del Proyecto de Teleasistencia, el Ministerio de Salud ha puesto en funcionamiento la red nacional de Telecentros, accesibles a través del número 131, con cobertura en cada región de salud. Estos centros representan un canal estratégico para acercar los servicios a la población, reducir las brechas de acceso y fortalecer los programas preventivos.

Los servicios principales que ofrecen los Telecentros son:

  • Teleasistencia y Teletriage: primer contacto para evaluar necesidades, identificar riesgos y orientar a la atención adecuada.
  • Teleorientación y Teleconsejería: información educativa, promoción de estilos de vida saludables y consejería en planificación familiar.
  • Teleagendamiento: programación de consultas presenciales, teleinterconsultas, exámenes de laboratorio y controles periódicos.
  • Telemonitoreo y Teleseguimiento: seguimiento a condiciones específicas como enfermedades crónicas, embarazo, recién nacidos o tratamientos de larga duración.
  • Telegestión: coordinación con establecimientos de salud para referencias, derivaciones y continuidad de atención.

Gracias a estos servicios, hasta la fecha se han beneficiado 14,957 usuarios, distribuidos en:

  • 2,735 niñas y niños menores de 10 años.
  • 2,140 embarazadas y madres con recién nacidos.
  • 1,137 mujeres en edad fértil con necesidad de anticonceptivos.
  • 1,435 adolescentes y jóvenes.
  • 955 personas con enfermedades crónicas no transmisibles.
  • 5,160 usuarios atendidos mediante teleagendamientos.
  • 1,395 personas asistidas en salud mental.

Servicios de Salud Mental en la Red de Telecentros

Dentro de esta red, se destaca la atención especializada en salud mental, la cual está disponible para toda la población sin restricciones. Estos servicios son brindados de manera rotativa por profesionales de los hospitales más cercanos, garantizando cobertura regional y continuidad de la atención.

Las prestaciones incluyen:

  • Promoción de la salud mental y psicoeducación
  • Intervención en crisis y primeros auxilios psicológicos
  • Aplicación de pruebas psicométricas
  • Teleseguimiento a usuarios en tratamiento y acompañamiento a sus familias
  • Referencia oportuna a psiquiatría en casos que lo ameriten

Con esta modalidad, la población accede a servicios psicológicos y de apoyo emocional sin necesidad de desplazarse, fortaleciendo el abordaje integral de la salud mental a nivel nacional.


Sistema de Emergencias Médicas (SEM)

Una de las principales apuestas del sector salud ha sido fortalecer la atención prehospitalaria, entendida como la primera línea de respuesta para salvar vidas en situaciones de emergencia. Con este objetivo se creó el SEM, un modelo integral que articula talento humano, tecnología, infraestructura y recursos logísticos para brindar atención inmediata y coordinada en todo el territorio nacional.

El Centro Coordinador del SEM, que opera a través del número 132, se ha consolidado como el núcleo de este sistema, gestionando llamadas de emergencia a nivel nacional con un equipo conformado por más de 190 médicos, 250 teleoperadores, 147 técnicos en emergencias médicas, 249 asistentes en emergencias médicas (AEM), 14 capitanes y personal naval, además de 20 profesionales de psicología. Este trabajo es apoyado por el Sistema de Información de Emergencias Médicas (SISMED), que optimiza el registro, seguimiento y gestión de cada caso.

En cuanto a la capacidad operativa, el SEM cuenta hoy con una flota renovada y diversificada de más de 140 ambulancias terrestres, 4 ambulancias acuáticas y 3 ambulancias aéreas, respaldadas por 17 bases operativas terrestres, una base acuática y una base aérea. Con más de 600 recursos humanos distribuidos en turnos, el SEM garantiza una cobertura continua (24/7), fortaleciendo la atención prehospitalaria y contribuyendo a un sistema de salud más eficiente, oportuno y preparado para enfrentar emergencias y desastres.


Gestión de la Calidad

El MINSAL ha demostrado un compromiso continuo con la mejora de la calidad y la garantía de la seguridad del paciente a nivel nacional, a través de la Unidad de Calidad, se busca fortalecer el conocimiento y las competencias en la atención segura en salud, implementando una Norma Técnica para la Atención Segura en Salud cuyo objetivo principal es garantizar el derecho a la seguridad de las personas, familias y comunidades.

A la vez ha realizado capacitaciones que abordan temáticas cruciales como la importancia de la seguridad en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), el rol de los comités de Prevención y Control de Infecciones (PCI), la valoración del riesgo quirúrgico para una cirugía segura, y la participación activa de la persona en su atención. Las acciones esenciales para la atención segura en salud abarcan múltiples dimensiones, incluyendo la cultura de seguridad en salud, la generación de condiciones seguras, la identificación de la persona en las áreas de atención, la comunicación efectiva, la seguridad en el proceso de medicación, y la reducción de riesgos de infecciones asociadas a la atención en salud (IAAS).

Adicionalmente, se prioriza la atención segura durante procedimientos médicos y quirúrgicos, la evaluación y reducción de riesgos de caídas, la seguridad transfusional para donantes y receptores, y procedimientos seguros en asistencia técnica y servicios de apoyo diagnóstico. Estas iniciativas se refuerzan mediante un plan de educación continua con sesiones virtuales y cursos de competencias gerenciales, fomentando la mejora continua y la auditoría interna.

El MINSAL impulsa activamente la mejora continua y la gestión por procesos para modernizar la administración y estandarizar procedimientos. Una estrategia clave es el Reconocimiento a las Mejores Prácticas en Salud (RMPS), que incentiva la innovación y la sistematización de iniciativas exitosas, con 44 iniciativas postuladas y 16 equipos reconocidos en 2024. Estas prácticas han generado beneficios significativos, como la reducción de eventos adversos, la disminución de días de estancia hospitalaria, la mejora del acceso a servicios especializados, y la optimización de recursos.

Paralelamente, se han elaborado manuales de procedimientos fundamentales para la gestión documental, la gestión del talento humano, el ciclo de compras públicas, la atención en emergencias médicas prehospitalarias, y el manejo de donaciones. Finalmente, el MINSAL está fortaleciendo la transparencia y la integridad institucional con la implementación del Sistema de Gestión Antisoborno, basado en la norma ISO 37001. Este sistema, cuyo inicio está previsto para agosto de 2024 y finalización en octubre de 2025, busca prevenir, detectar y enfrentar posibles actos de soborno a través de políticas claras, controles internos efectivos, canales de denuncia confidenciales y capacitación continua del personal, garantizando así el uso adecuado y eficiente de los recursos de salud.

El Ministerio de Salud (MINSAL), ha dado inicio al Proyecto de Humanización Sanitaria, cuyo propósito es desarrollar un modelo institucional orientado a mejorar la calidad de la atención a través de un enfoque humanizado hacia los pacientes, sus cuidadores y el equipo de salud. Este modelo tiene como finalidad la transformación de la cultura organizacional con el fortalecimiento de las competencias del personal de Hospitales y Unidades de Salud, de este Ministerio, en materia de atención humanizada, dentro de sus avances se destaca la implementación de cursos introductorios en humanización mediante implementación de webinarios en humanización de la atención sanitaria, formación de facilitadores en humanización en la secretaría de Estado, red de hospitales nacionales, regiones de salud y SIBASI. Así mismo se han creado los Protocolos para la humanización de la atención en la red de servicios del Ministerio de Salud, dirigido a personal médico, enfermería, personal técnico de apoyo y personal auxiliar de la red de servicios de salud.


Transformación de la atención materno-infantil en El Salvador

La tasa de mortalidad neonatal ha descendido de 5.50 en 2019 a 4.90 en 2024, manteniéndose por debajo del umbral crítico de 12 por cada 1,000 nacidos vivos. La tasa de mortalidad fetal, mostró una evolución positiva, pasando de 6.1 en 2019 a una proyección de 4.30 en 2024, lo que refleja un progreso notable hacia la meta de mantener la tasa por debajo de 10. Adicionalmente se ha implementado un nuevo Modelo de Atención de las Maternidades “Nacer con Cariño”.

que tiene como propósito principal garantizar que las mujeres y sus recién nacidos experimentan el proceso de nacimiento en un entorno digno, cálido y respetuoso, el modelo se ha consolidado a través de diferentes acciones: como el fortalecimiento de la infraestructura y equipamientos para el cumplimiento del modelo centrado en la familia Nacer Con Cariño, fortalecimiento de profesionales en salud, transformación digital con la implementación del Número Único de Identificación (NUI) para recién nacidos, tanto en el ámbito público como privado, ha sido un paso estratégico. Desde 2023, este número garantiza el derecho a la identidad de los niños y facilita su acceso a servicios de salud, educación y beneficios sociales.

Evaluación y seguimiento de la satisfacción de las madres y sus familias. Asimismo, se han puesto en marcha otras iniciativas que complementan el modelo: Tamizaje metabólico neonatal, tamizaje cardiaco, tamizaje auditivo, detección de displasia del desarrollo de la cadera, promoción de la lactancia materna. Todas estas acciones han contribuido a logros significativos, alineados con el eje de salud y nutrición de la Política Nacional de Apoyo al Desarrollo Infantil Temprano “Crecer Juntos”


Abordaje Integral de las Enfermedades Crónicas

Entre 2019 y 2024, El Salvador logró una disminución significativa en la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles (ENT), como resultado de la implementación del Plan Estratégico Nacional Multisectorial 2019–2025. La mortalidad prematura por ENT se redujo de 239.3 a 215.4 por 100,000 habitantes, por diabetes, de 39.3 a 31.6, enfermedades cardiovasculares, de 118.3 a 106.5 y por cáncer, de 62.31 a 56.88. Estos resultados reflejan avances sustanciales en la prevención, detección temprana y atención integral de las ENT, en línea con el enfoque del Plan, que prioriza el primer nivel de atención como eje articulador del modelo de salud.

El Plan Estratégico Nacional Multisectorial 2019–2025 traza una hoja de ruta centrada en la prevención, atención integrada y articulación intersectorial, con el objetivo de reducir la carga de las ENT en la población. Uno de sus principales hitos ha sido la incorporación del abordaje integral de las ENT en los tres niveles de atención, con énfasis en el primer nivel, para asegurar servicios oportunos de prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos.

En consonancia con este marco estratégico, se ha desarrollado el Centro Nacional de Enfermedades No Transmisibles (CENT), cuyo propósito principal es fortalecer la atención primaria y mejorar la capacidad diagnóstica con un enfoque multicomponente. Estos centros intermedios funcionan bajo un modelo de referencia escalonada y telesalud, incorporando tecnología avanzada para el diagnóstico y control de las ENT prioritarias.

Una de las iniciativas más destacadas ha sido la Entrega Domiciliar de Medicamentos, implementada desde 2020, que ha beneficiado a más de 63,500 pacientes crónicos. Esta estrategia ha logrado: Mejorar la adherencia terapéutica, reducir el gasto de bolsillo asociado al transporte, incrementar la satisfacción de los usuarios, y contribuir a la descongestión de los servicios de salud, al reducir listas de espera.

En el marco de la transformación digital del sistema de salud, El Salvador ha desarrollado e implementado herramientas tecnológicas para fortalecer la respuesta frente a las ENT. Estas incluyen: Aplicaciones móviles de autogestión, expediente clínico interoperable, dispositivos portátiles para monitoreo, sistemas de inteligencia artificial para diagnóstico y seguimiento, y tableros de control epidemiológico para la toma de decisiones clínicas y de gestión. Estas soluciones tecnológicas potencian la capacidad resolutiva del primer nivel de atención, promueven la eficiencia del sistema y facilitan la articulación intersectorial, alineándose con los principios de un sistema de salud moderno, accesible y centrado en las personas.

Estrategia HEARTS

Desde su adhesión a la estrategia HEARTS en 2021, El Salvador ha alcanzado avances sustantivos en el control de enfermedades cardiovasculares (ECV) y diabetes, con impacto positivo en la salud de la población:

  • 74.5% de las personas hipertensas estimadas han sido detectadas.
  • 72.3% de los pacientes hipertensos mantienen la presión arterial controlada (<140/90 mmHg).
  • El control poblacional de la hipertensión arterial pasó de 17.9% en 2019 a 36.4% en 2024.
  • Se logró una reducción de la tasa de mortalidad por enfermedad cardiovascular, de 118.3 a 106.5 por 100,000 habitantes.
  • El país alcanzó un índice de madurez de implementación avanzado, subiendo de 6 puntos (línea base) a 15.8 de 21 puntos en 2024.
  • El índice de desempeño de implementación es alto, con 2.6 de 4 puntos, lo que posiciona a El Salvador con el mayor puntaje de la región, según la evaluación de OPS/OMS.

Fortalecimiento del primer nivel de atención

La estrategia HEARTS es una iniciativa global liderada por la OMS/OPS para la prevención y el control de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes en el primer nivel de atención. Utiliza un paquete técnico que incluye vías clínicas basadas en evidencia, herramientas digitales, medicamentos esenciales y capacitación al personal de salud, con el fin de mejorar la calidad del cuidado y promover hábitos de vida saludables.

El Salvador se integró en el año 2021 como parte de la quinta cohorte de países, con un fuerte respaldo político y como parte del proceso de modernización del sistema de salud. La implementación de HEARTS ha sido clave en el fortalecimiento de las Redes Integrales e Integradas de Servicios de Salud (RIISS), contribuyendo a avanzar hacia la cobertura universal.

Componentes clave de la implementación (impulsores HEARTS)

  1. Promoción de estilos de vida saludables
    • Desarrollo de instrumentos de consejería educativa para alimentación saludable, actividad física, control de peso, abandono del tabaco y reducción del consumo de alcohol.
    • Intervenciones en escuelas, lugares de trabajo y comunidades, promoviendo entornos saludables.
    • Capacitación del personal multidisciplinario para la implementación de estas herramientas.
  2. Uso de vías clínicas basadas en evidencia
    • Elaboración e implementación de vías clínicas estandarizadas para el manejo farmacológico y no farmacológico de la hipertensión, según riesgo cardiovascular con amplia participación del Sistema Nacional Integrado de Salud.
  3. Acceso a medicamentos combinados y tecnología
    • Incorporación de medicamentos antihipertensivos de dosis única diaria y estatinas a altas dosis en el primer nivel de atención, más del 90% de los establecimientos de salud cuentan con tensiómetros digitales validados, mejorando la precisión diagnóstica.
  4. Trabajo en equipos multidisciplinarios
    • Capacitación y certificación del 90% del personal del primer nivel de atención, sobre el manejo de la hipertensión según el riesgo cardiovascular.
  5. Sistema de monitoreo y evaluación
    • Implementación del sistema de monitoreo HEARTS en el 100% de los establecimientos de salud, con indicadores para medir el índice de madurez, el desempeño y la calidad de la estrategia.

Estrategia de Erradicación Acelerada del Cáncer Cervicouterino

El Salvador se unió a esta iniciativa clave en 2020 con el objetivo de garantizar la prevención, detección y tratamiento oportuno del cáncer cervicouterino. La estrategia de Erradicación Acelerada del Cáncer Cervicouterino ha consolidado un modelo integral que combina vacunación, detección temprana y tratamiento eficaz. Este enfoque integral ha contribuido significativamente a la reducción de la tasa de mortalidad por cáncer de cérvix, que pasó de 9.80 por 100,000 mujeres en 2019 a 6.40 en 2024, evidenciando una tendencia descendente sostenida frente a una causa prevenible y tratable.

Dicha estrategia concebida como parte de la modernización del sistema de salud, se enfoca en fortalecer las Redes Integrales e Integradas de Salud (RIISS) para asegurar la cobertura universal y la calidad de la atención; dicha estrategia ha logrado la cobertura nacional.

La estrategia se ha centrado en tres pilares:

  1. Prevención: se ha incorporado la Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) al esquema nacional de vacunación con el siguiente esquema: sexo masculino 9 a 11 años y femenino de 9 a 21 años, una sola dosis. La vacuna está disponible en todos los establecimientos de salud del primer nivel de atención. Para el año 2024 los porcentajes de cumplimiento fueron: 84% de vacunación en niñas/ 63% de vacunación en niños.
  2. Detección temprana: Incorporación del tamizaje innovador para cáncer cervicouterino, con la Prueba de identificación del VPH Se realiza con dos modalidades: toma por proveedor de salud y autotoma. Se ha implementado a escala nacional, por lo que el país es el único en la región que lo tiene institucionalizado y resolviendo más del 80% del tamizaje positivo en el primer nivel de atención. A la actualidad se ha tamizado con prueba VPH a más de 292,543 mujeres. Para el año 2024 el porcentaje de cobertura con tamizaje con VPH fue de 73%.
  3. Tratamiento: para mujeres con resultado de tamizaje VPH positivo y/o pacientes con cáncer de cérvix en tratamiento. Con la toma del tamizaje con VPH se ha identificado que la positividad a VPH es en promedio del 15%. Para el año 2024 el porcentaje de cobertura de tratamiento fue de 76.14%.
  4. Educación Médica Continua: Para la implementación de la estrategia se ha capacitado a recursos humanos multidisciplinarios, y se realizó el Diplomado para formación de Médicos Ginecólogos Colposcopistas, para el primer nivel de atención.
  5. Elaboración de Normativas: Política Nacional para la Prevención y Control del Cáncer; Lineamientos Técnicos para la Prevención y control del cáncer cervicouterino y mama; la Vía Clínica para Cáncer Cérvico Uterino, que establecen la ruta de abordaje integral para la mujer.
  6. Trabajo coordinado: Se cuenta con la Alianza Nacional para la prevención y control del cáncer, conformada por instituciones gubernamentales, no gubernamentales y la Sociedad Civil, que apoyan el trabajo para el cumplimiento de la Estrategia, así como el apoyo por la Oficina local de OPS/OMS.

Cáncer Pediátrico

Entre 2014 y 2023, El Salvador logró una reducción en la mortalidad por cáncer pediátrico, pasando de 56 a 7 muertes por millón de habitantes, lo que representó una disminución del Índice Mortalidad/Incidencia de 0.59 a 0.07. En ese mismo período, la Tasa de Incidencia Cruda aumentó de 94 a 107 casos por millón, reflejando mejoras en la búsqueda activa de casos y el diagnóstico temprano. Además, el país alcanzó una Sobrevida Neta del 53% para todos los tumores pediátricos, un indicador clave de la efectividad del modelo de atención oncológica infantil.

Estos resultados son producto de avances sustantivos en la lucha contra el cáncer pediátrico, impulsados por la articulación entre vigilancia epidemiológica, fortalecimiento institucional y cooperación internacional. Un hito determinante fue la creación, en 2014, del Registro de Base Poblacional Oncopediátrico Salvadoreño (ROPESAL), que permitió contar con información epidemiológica robusta para la planificación, la toma de decisiones y la evaluación de políticas públicas.

El progreso alcanzado también ha sido posible gracias a la implementación de guías nacionales para el diagnóstico y tratamiento del cáncer infantil, así como a las alianzas estratégicas con organismos internacionales como la OPS/OMS, la Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil y el St. Jude Children’s Research Hospital. Asimismo, los hospitales de referencia han fortalecido su capacidad resolutiva mediante la estandarización de protocolos clínicos, la formación continua del personal de salud y la disponibilidad garantizada de medicamentos esenciales. Estos elementos han sido clave para consolidar un modelo integral de atención oncológica pediátrica, centrado en el acceso, la calidad y la continuidad del tratamiento.


Abordaje Integral de las Enfermedades Infecciosas

Malaria

En febrero de 2021, El Salvador se convirtió en el primer país de Centroamérica certificado como libre de malaria por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se tiene un compromiso continuo y una voluntad política para mantener una tasa de cero casos de malaria, por lo que se continúa con una vigilancia epidemiológica activa y la articulación intersectorial.

Como parte de la sostenibilidad de este logro, el país implementó un sistema digital específico para la vigilancia y control de malaria, único en Centroamérica, que permite georreferenciar criaderos permanentes y temporales del vector Anopheles, así como registrar la producción de gotas gruesas a nivel comunitario. Esta innovación tecnológica facilita el control entomológico, la estratificación del riesgo y la toma de decisiones basadas en evidencia, asegurando la capacidad de respuesta oportuna ante posibles reintroducciones.

La cooperación internacional ha sido determinante en este proceso. El Salvador firmó un convenio con Guatemala para implementar acciones conjuntas en zonas fronterizas, que incluyen la estrategia DTI-R (Diagnóstico, Tratamiento, Investigación y Respuesta), el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica en corredores migratorios y la coordinación de medidas preventivas a escala binacional. Asimismo, se han realizado intercambios técnicos con Honduras, Panamá y Costa Rica para compartir buenas prácticas, consolidando el liderazgo regional del país en la eliminación de esta enfermedad.

El compromiso interinstitucional, el soporte tecnológico y la formación continua del recurso humano han posicionado a El Salvador como referente regional en el control de enfermedades transmisibles. Estos elementos garantizan la sostenibilidad de la certificación y contribuyen a los objetivos de erradicación impulsados por la OPS/OMS, consolidando una estrategia nacional que asegura la protección de la población y previene el restablecimiento de la transmisión de malaria en el país.

Estrategias para la Eliminación de la Transmisión Materno Infantil ETMI VIH, Sífilis, Chagas y la Hepatitis B

El 100% de las embarazadas con diagnóstico de VIH reciben terapia antirretroviral y los niños expuestos reciben el medicamento profiláctico y su seguimiento para garantizar que no haya transmisión materno infantil.

El Salvador se suma al objetivo de lograr y sostener la eliminación de la Transmisión Materno-Infantil del VIH, Sífilis, Chagas y la Hepatitis B perinatal en las Américas; para tal fin se creó la Comisión ETMI+ de la Comisión Nacional contra el VIH de El Salvador (CONAVIH), instancia multisectorial que se realiza un seguimiento de la estrategia con lo cual se está trabajando en el fortalecimiento de los servicios de salud y en mejora de los sistemas de información para garantizar la calidad de los datos.

Resistencia Antimicrobiana (RAM)

El Ministerio de Salud, a través de la Oficina de Enfermedades Infecciosas, lidera el Programa de Prevención y Control de Infecciones, que incluye la vigilancia de Infecciones Asociadas a la Atención Sanitaria (IAAS), la Resistencia Antimicrobiana (RAM) y el Programa de Optimización de Antimicrobianos (PROA).

En este marco, se creó la Comisión Nacional de la Resistencia Antimicrobiana, con participación interinstitucional, académica y de sociedad civil, que aprobó las líneas estratégicas del Plan Nacional contra la Resistencia Antimicrobiana en salud humana 2022-2024, actualmente en ejecución, y el Plan 2025-2030 con enfoque de Una Salud, en proceso de oficialización. Como parte de los avances regulatorios, se fortaleció el control de la prescripción de antibióticos mediante receta médica obligatoria y la inclusión de nuevas moléculas de uso restringido. De forma complementaria, se constituyó un Comité Académico para incorporar la temática de RAM en los planes de estudio de las universidades y fomentar la investigación.

A nivel operativo, se implementó la bacteriología automatizada en los laboratorios de 43 hospitales de la red nacional y de seguridad social, con analizadores bacteriológicos y moleculares. Asimismo, se puso en marcha el sistema virtual de vigilancia de RAM integrado al expediente electrónico, junto con la oficialización de lineamientos técnicos para la vigilancia de patógenos resistentes y la implementación de vigilancia a hongos de importancia médica como Candida auris.

Finalmente, El Salvador forma parte activa de la Red Latinoamericana de Vigilancia de la RAM (ReLAVRA), fortaleciendo la vigilancia centinela y la respuesta regional ante microorganismos de relevancia epidemiológica.

Inmunizaciones

Entre 2020 y 2024, El Salvador ha logrado avances notables en inmunización, consolidando un Esquema Nacional de Vacunación robusto y dinámico. La cobertura de vacunación ha mostrado mejoras sostenidas: La segunda dosis de PCV13 pasó de 94.3% a 95.7%, la vacunación DPT3 se mantuvo entre 96% y 95%, la primera dosis de triple viral (SRP1) aumentó de 84.3% a 96.2%, el refuerzo de hexavalente subió de 78.8% a 90.6%, y el refuerzo de OPV de 85.1% a 91.8%. Estos indicadores reflejan un fortalecimiento en la administración de segundas dosis y refuerzos, avanzando hacia una protección poblacional más homogénea y sostenida.

Además, el país ha alcanzado logros históricos en salud pública, como:

  • La eliminación del sarampión autóctono, la interrupción de la transmisión endémica de rubéola y del síndrome de rubéola congénita, la sostenibilidad del estatus libre de poliomielitis y tétanos neonatal, el control de brotes de difteria y tos ferina.
  • Coberturas superiores al 70% en esquemas primarios de COVID-19, con adopción pionera de esquemas heterólogos efectivos.

Estos resultados han sido posibles gracias al fortalecimiento constante del Esquema Nacional de Vacunación, que constituye un pilar estratégico del Sistema Nacional Integrado de Salud y se encuentra alineado con la Agenda de Inmunización 2030 de la OMS.

Entre 2023 y 2025, el calendario nacional se amplió con biológicos de última generación, incluyendo:

  • Varicela, Hepatitis A, Hexavalente, Neumococo 23 Valente para adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.

Se amplió además el acceso a la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), anteriormente dirigida solo a niñas, para incluir ahora a mujeres hasta los 21 años y a niños de 9 a 11 años, fortaleciendo la prevención de cánceres relacionados al VPH en ambos sexos. También se fortaleció la vacunación en embarazadas con Tdpa e influenza estacional.

El fortalecimiento del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) se evidencia con la mejora de coberturas de vacunas, esto has sido posible con la incorporación de estratégicas, como modernización integral de la cadena de frío, equipos de última tecnología, sistemas de paneles solares para asegurar la conservación de la vacuna en zonas vulnerables, certificaciones del personal de salud en áreas claves, instalación de un mega centro nacional de vacunación, que administró más de un millón de dosis contra COVID-19 durante la emergencia. Finalmente se ha reforzado la vigilancia integral de sarampión, rubéola y poliomielitis.

Con estas acciones, El Salvador consolida un programa de inmunizaciones sólido, equitativo y resiliente, alineado con los compromisos internacionales y preparado para enfrentar desafíos emergentes en salud pública.


Cuidados Paliativos

En los últimos años, El Salvador ha transitado de un abordaje focalizado de los cuidados paliativos a la construcción de una estrategia nacional articulada en los tres niveles del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS). Este avance ha sido liderado desde la Oficina Nacional de Cuidados Paliativos, creada en 2021 dentro del Ministerio de Salud, lo que marcó un hito institucional al contar por primera vez con un ente rector dedicado a coordinar, regular y supervisar a nivel nacional.

Bajo este marco, se consolidó un modelo progresivo de atención centrado en la persona, que busca dignificar la vida y acompañar en todas las dimensiones del sufrimiento: física, emocional, social, espiritual y psíquica. Un componente esencial de este proceso ha sido el fortalecimiento del marco regulatorio, mediante la elaboración de lineamientos técnicos y la posterior oficialización de la normativa nacional, que estableció la obligatoriedad de incorporar el abordaje paliativo en la red pública. Además, la atención paliativa ha sido integrada de forma transversal en lineamientos de cáncer, enfermedades no transmisibles, VIH, tuberculosis y atención integral del adulto mayor.

Entre los principales logros se destacan:

  • La ampliación de cobertura: entre 2020 y 2024, el número de atenciones pasó de 5,241 a 12,569.
  • El reconocimiento internacional: en el ranking mundial de desarrollo de cuidados paliativos, El Salvador se ubica en el puesto 11, siendo el segundo en Centroamérica.
  • La expansión progresiva de servicios en hospitales y unidades de salud.
  • La formación continua de recurso humano especializado.

Los objetivos estratégicos a futuro están orientados a:

  • Fortalecer el primer nivel de atención con la conformación de Unidades Municipales de Cuidados Paliativos.
  • Consolidar el Centro Nacional de Cuidados Paliativos, como espacio de referencia de tercer nivel para casos complejos.
  • Ampliar la adopción del modelo en todo el SNIS.
  • Asegurar la formación académica sostenida, incorporando el tema en el currículo de pregrado para todas las disciplinas de salud.

Abordaje en Emergencias y desastres

El Salvador ha fortalecido su capacidad de preparación y respuesta ante emergencias de salud pública mediante la creación del Centro de Operaciones en Emergencias de Salud Pública (COESP) y el desarrollo progresivo de la iniciativa de Equipos Médicos de Emergencia (EMT).

El COESP se constituye como la instancia técnica y estratégica encargada de coordinar las acciones intra e intersectoriales en situaciones de crisis sanitaria, integrando en un solo espacio la planificación, la logística, las operaciones y la comunicación de riesgos, bajo el marco del Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Esta plataforma centraliza la gestión de información epidemiológica, el análisis de riesgos y la toma de decisiones, asegurando que la respuesta a los eventos sea oportuna, organizada y con base en evidencia. Su misión es orientar y coordinar la actuación del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) y sus colaboradores externos, garantizando la continuidad de los servicios esenciales y la protección de la población ante emergencias de diversa magnitud.

En estrecha vinculación con el COESP, el país avanza en la implementación de los Equipos Médicos de Emergencia (EMT), concebidos como unidades operativas con capacidades estandarizadas internacionalmente para brindar atención directa en escenarios de desastre, epidemias o emergencias masivas. La iniciativa EMT en El Salvador se ha desarrollado con acompañamiento técnico de la OPS/OMS, incluyendo talleres de sensibilización, diagnósticos de capacidades y la elaboración de una hoja de ruta nacional. Este proceso ha involucrado a múltiples instituciones del sector salud y de primera respuesta, entre ellas el Ministerio de Salud, el Fondo Solidario para la Salud, el Instituto Salvadoreño del Seguro Social, el Comando de Sanidad Militar, el Cuerpo de Bomberos y Protección Civil, lo que refleja un enfoque interinstitucional e interdisciplinario.

La estrategia de conformación de los EMT se centra en el fortalecimiento de las microredes locales y los Equipos de Respuesta Inmediata en Salud (ERIS), así como en la integración del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) y la Sala de Crisis dentro de la estructura de protección civil. Se ha previsto un proceso de capacitación y certificación continua de médicos, enfermeras y personal especializado, con el objetivo de contar con equipos entrenados en protocolos internacionales y listos para su despliegue tanto a nivel nacional como en misiones de cooperación internacional. Además, se reconoce la necesidad de definir una estructura organizativa clara, estandarizar procedimientos, asegurar recursos presupuestarios y establecer mecanismos de coordinación con experiencias regionales exitosas en países como Costa Rica, República Dominicana, Brasil y México.

La articulación entre el COESP y los EMT posiciona a El Salvador en un nivel superior de preparación frente a emergencias, al combinar la capacidad de coordinación estratégica con la operatividad inmediata en el terreno. Este esfuerzo, acompañado por la cooperación internacional y la integración de nuevas tecnologías para la gestión de datos y la comunicación en crisis, constituye un pilar fundamental para la resiliencia del sistema de salud. De esta forma, el país avanza hacia un modelo de respuesta integral que garantice la protección de la población, la sostenibilidad de los servicios y la alineación con los compromisos globales en salud pública, incluyendo la Agenda de Inmunización 2030 y los lineamientos de la OMS para emergencias y desastres.

Perspectiva de COVID-19 en el país

La situación de salud y la pandemia de COVID-19

Durante el 2020, en El Salvador hubo un total de 45 960 casos de COVID-19, lo que representa 7 278,6 por millón de habitantes. En el 2021 los casos identificados ascendieron a 75 985, lo que equivale a 12 033,6 por millón de habitantes. Por lo que se refiere a las muertes causadas de forma directa por la COVID-19, en el 2020 se registraron 1 336 muertes de personas con diagnóstico de COVID-19, es decir, 2116 por millón de habitantes, mientras que en el 2021 se notificaron 2 488, lo que representa 394 muertes por millón de habitantes. En la Región de las Américas, El Salvador se ubicó en la posición 27 en cuanto a cantidad de muertes por COVID-19 en el 2020, y pasó a la posición 44 en el 2021, con una cifra acumulada para ambos años de 605,6 muertes por millón de habitantes (figura 7).

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el total de muertes en exceso en el 2020 ascendió a 7506 casos, es decir, 116 por 100 000 habitantes. Para el 2021 se estimaron 9529 muertes, que representan un exceso de mortalidad de 146 por 100 000 habitantes.

Al 31 de diciembre del 2021, se había aplicado al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 a 70,6% de los habitantes del país. Al2 de julio del 2022 (fecha de los últimos datos disponibles), 66% de la población contaba con el esquema de vacunación completo. La campaña de vacunación comenzó el 20 de febrero del 2021 y hasta el momento se han utilizado seis tipos de vacunas contra la COVID-19.

Figura 7. Muertes por COVID-19 acumuladas al 29 de julio de 2023 en la Región de las Américas

Perspectivas

Medidas para el logro de la cobertura universal de salud

El Plan Estratégico Institucional 2019-2025 formulado en alineación al Plan Cuscatlán 2019-2024 proyecta como meta que al 2025 ampliar el acceso a servicios de salud a un 60% de la población sin acceso previo y el incremento al 60% de la adscripción de la población con algún proveedor de servicios de salud del primer nivel de atención de las Redes Integrales e Integradas de Salud a través de la sinergia y articulación de los proveedores de servicios. Este Plan Institucional busca además que al 2025 el 100% de las instituciones de salud integrantes del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) ejecutan el plan de acciones intersectoriales para el abordaje de la determinación social de la salud.

Las autoridades públicas han dispuesto una serie de medidas para lograr la cobertura universal de salud, entre las que destaca el Plan Cuscatlán, el cual plantea los siguientes objetivos relacionados con la salud:

  • Contar con un sistema nacional de salud integrado y sólido, que fortalezca sostenidamente el sector público y regule efectivamente el sector privado para la adecuada atención de la salud de la población del país.
  • Desarrollar el abordaje de los determinantes sociales de la salud para alcanzar mejores resultados con las iniciativas destinadas a tal fin.
  • Aplicar plenamente la estrategia de atención primaria en salud integral.
  • Garantizar el aumento progresivo de la cobertura y el acceso universal a la salud, con completa equidad para todos los habitantes del país.
  • Fortalecer las estrategias conducentes a la promoción y la educación en materia de salud, la prevención de enfermedades, y el tratamiento y la rehabilitación de las personas que han sufrido un daño en su salud.

De manera similar, el Plan propone, en la línea estratégica referida a la organización de los servicios de salud, la necesidad de "Avanzar en el desarrollo hacia un Sistema Nacional de Salud integrado basado en la Atención Primaria de Salud Integral, el abordaje de las determinantes sociales para garantizar el derecho humano a la salud en ruta hacia el Acceso y Cobertura Universal, la identificación y combate de las inequidades en salud, así como el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030".

Desafíos relacionados con la salud de la población

Entre los retos pendientes con los que cuenta la agenda de políticas públicas de El Salvador, la sostenibilidad de las acciones emprendidas en el Plan Cuscatlán ocupa un lugar destacado, dado que implica una inversión pública muy importante dirigida a la salud. Las autoridades públicas han señalado que se prevé un incremento gradual y sostenido del gasto en salud hasta alcanzar valores cercanos a 5% del PBI.

Respuesta a la pandemia de la COVID-19

El plan de respuesta para la atención de la salud durante la pandemia incluyó la creación de una unidad completamente especializada, el Hospital El Salvador, cuya capacidad física instalada cuenta con alrededor de 850 camas, de las cuales 250 están preparadas y equipadas para la atención de casos graves y críticos. Asimismo, este hospital, que dispone de la última y mejor tecnología, será próximamente reconvertido a uno categorizado como de alta especialidad.

La respuesta de las políticas públicas a esta situación de emergencia también comprendió la elaboración de documentos y lineamientos técnicos que resultaron sumamente útiles, entre otros aspectos, para la correcta articulación de las medidas implementadas, como los "Lineamientos técnicos para el seguimiento del aislamiento domiciliar y atención ambulatoria de casos sospechosos y confirmados por COVID-19" y la "Estrategia para la inmunización contra SARS-CoV-2 en mujeres embarazadas y puérperas" y otros igualmente relevantes.

Finalmente, también vale la pena resaltar la estrategia de vacunación contra la COVID-19 a través de la creación de un megacentro, con capacidad para aplicar más de diez mil dosis diarias, y la puesta en funcionamiento de más de 160 unidades de vacunación distribuidas en todo el territorio nacional.

Medidas para incidir en las desigualdades en la salud

El Gobierno nacional ha llevado adelante el programa Crecer Juntos, una política pública integral orientada a la primera infancia, es decir, la etapa que transcurre desde que las niñas y los niños son gestados hasta que alcanzan los 8 años de edad. Esta política ha sido diseñada con un enfoque de derechos para garantizar a las niñas y los niños salvadoreños el acceso a servicios de calidad en la provisión de cuidados, estimulación, educación, salud, nutrición, entornos protectores de sus derechos y protección especial, con el fin último de prevenir la pobreza, la violencia, la desigualdad y la falta de oportunidades.

En función a la Ley del Sistema Nacional Integrado de salud y mediante la coordinación del Gabinete de salud y Gabinete de salud ampliado, se aborda el trabajo intersectorial para atender los determinantes sociales de la salud, con la intersectorialidad como uno de los instrumentos de Integración y en el monitoreo y evaluación del sistema, se busca que ésta sea periódica.

Estrategia nacional para abordar las desigualdades en salud

El Plan Estratégico Institucional 2021-2025 recoge la visión programática y operativa que tienen las autoridades públicas para el quinquenio y reconoce de manera explícita la importancia de los determinantes sociales de la salud, toda vez que los incluye como parte de su misión: "Somos el ente rector del Sistema Nacional Integrado de Salud en El Salvador, que […] promueve la intersectorialidad para el abordaje de las determinantes sociales de la salud […]".

Por otra parte, la Ley del Sistema Nacional Integrado de Salud, reformada en el 2020, constituye el marco legal donde se inscriben diversas normativas que fomentan la búsqueda de equidad en la salud. Dentro de ese conjunto de normas, ocupan un lugar destacado las referidas a medicamentos (2012), vacunas (2012), salud mental (2017) y lactancia materna (2013), entre otras.

Finalmente, también resulta relevante la legislación nacional enfocada en la prevención de las enfermedades y el bienestar de las personas, como la Ley para el Control del Tabaco, sancionada en el 2011.