Salud en las Américas

PERFIL DE PAÍS

El Salvador

Los perfiles de país de la plataforma Salud en las Américas+ se han elaborado a partir de los indicadores interagenciales disponibles hasta las fechas indicadas. Las fuentes pueden consultarse en este cuadro. En algunos casos, debido al proceso de verificación, los valores de los indicadores pueden diferir de aquellos más recientes disponibles en el país.

Determinantes sociales y ambientales de la Salud

En el 2000, la población total de El Salvador era de 5 958 482 habitantes, y en el 2023 habría ascendido a 6 364 943, lo que representa un incremento de 6.8%. En cuanto al perfil demográfico del país, en el 2023 la población de mayores de 65 años representaba 8.4% del total, lo que implica un aumento de 3.5 puntos porcentuales respecto del 2000. Asimismo, en el 2023 se alcanzó una razón de 110.1 mujeres por cada 100 hombres y de 33.4 personas mayores (de 65 años o más) por cada 100 menores de 15 años, como se observa en la distribución por grupo etario y sexo de las pirámides poblacionales del país (figura 1). Si se considera la población de 15 a 64 años como potencialmente activa, es decir, susceptible de participar en actividades laborales, esta representó 66.6% de la población total del país en el 2023, lo que equivale a 4 239 597 personas. Si a estos datos se agregan los relativos a la población potencialmente pasiva (1 593 109 menores de 15 años y 532 237 mayores de 65 años), se obtiene una relación de dependencia de 50.1 habitantes potencialmente pasivos por cada 100 habitantes potencialmente activos. Esta relación era de 72.5 en el 2000.

En lo que atañe a la esperanza de vida al nacer, para el 2023 fue de 73.4 años —cifra inferior al promedio de la Región de las Américas—, esta cifra representa un incremento de 3.5 años respecto de lo informado en el 2000.

Figura 1. Pirámides de población de El Salvador, años 2000 y 2023

Entre el 2006 y el 2020, el promedio de años de escolarización en El Salvador aumento del 24.9%, con 7.2 años en el último año para el cual se dispone de información. Por su parte, la tasa de desempleo en el 2022 fue de 3.8% para el total de la población. Si se desglosa por sexo, la tasa es 4.2% para mujeres y 3.5% para hombres. La tasa de alfabetización fue de 98.5% en el 2020, en hombres, el promedio fue de 98.7%; y en mujeres de 98.3%. Por lo que se refiere a la pobreza definida como porcentaje de la población con un ingreso menor a US$ 1,90 por día, en el 2019 1.3% de la población se encontraba en esta situación, una cifra inferior al promedio regional de 3%.

Durante el período 2000-2021, el país aumentó su puntuación en el índice de desarrollo humano en 9.4% (de una puntuación de 0.617 a una de 0.675), mientras que en el mismo período el índice incrementó 13.5% a nivel internacional y 9.4% en América Latina (figura 2).

Figura 2. Índice de desarrollo humano en la Región de las Américas, 2021

En el 2020, el gasto público en salud representó 5.83% del producto interno bruto (PIB) (figura 3) y 17.83% del gasto público total, mientras que el gasto de bolsillo en salud implicó 32.88% del gasto total en salud.

Figura 3. Gasto público en salud como porcentaje del producto interno bruto en la Región de las Américas, 2020

Cobertura digital

En el 2021, el porcentaje de población con conexión a Internet ascendía a 62.9%, cifra que representa un incremento considerable respecto del 2000, año en que el indicador arrojaba un valor de 1.2%.

La situación de salud

Salud maternoinfantil

Entre el 2007 y el 2021, la mortalidad infantil en El Salvador pasó de 21.5 a 9.3 por 1000 nacidos vivos, lo cual implicó una reducción de 56.7% (figura 4). Por su parte, el porcentaje de nacimientos con peso bajo (menos de 2500 g) se incrementó de 8% a 9.1% entre el 2004 y el 2020, mientras que la adherencia a la lactancia materna exclusiva en la población infantil de hasta 6 meses representó un 24% en 2003 y un 46.7% en el 2014 (último dato disponible).

En cuanto a la estrategia de inmunización, en el 2022 la cobertura de vacunación contra el sarampión fue de 65%, lo que representa una disminución de 32 puntos porcentuales con respecto a la cobertura del 2000.

Figura 4. Tasa de mortalidad infantil por 1000 nacidos vivos, 1995-2018
La razón de mortalidad materna para el 2020 se estimó en 42.8 por 100 000 nacidos vivos, lo que supone una reducción de 12.3% respecto del valor estimado para el 2000 (figura 5). En relación con la fecundidad, se calcula que, en el 2023, las mujeres tenían en promedio 1.8 hijos a lo largo de su vida reproductiva. En el caso específico de la fecundidad adolescente, se observa una reducción de 50.4%, si se compara la tasa de 107.9 nacidos vivos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años en el 2000 con la cifra de 53.5 en el 2023. En cuanto al control prenatal, entre el 2011 y el 2021 se observa una reducción en el porcentaje de personas gestantes que acudieron a cuatro consultas o más de atención prenatal durante el embarazo, ya que este pasó de 75.3% a 80%. Por otra parte, 99.5% de los partos fueron atendidos por personal capacitado en el 2021.
Figura 5. Razón de mortalidad materna por 100 000 nacidos vivos, 2000-2020

Enfermedades transmisibles

En el 2021 se registraron 31 nuevos casos de tuberculosis por 100 000 habitantes en El Salvador. En 2019, la tasa de mortalidad por tuberculosis (ajustada por edad y por 100 000 habitantes) para la población total fue de 0.9 ese mismo año (0.6 en mujeres y 1.3 en hombres).

Para el 2021, se estimó que la tasa de nuevos diagnósticos de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) fue de 18.8 por cada 100 000 habitantes. La tasa de mortalidad ajustada por edad por esta causa fue de 14.6 por cada 100 000 habitantes en el 2019. Debe destacarse que durante el período 2000-2019 este indicador descendió 3%.

En 2020 no hubo ningún caso de rabia humano reportado en el país

Enfermedades no transmisibles y factores de riesgo

En El Salvador, la prevalencia del consumo de tabaco entre las personas de 15 años o más para el 2023 fue de 7.2%. En relación con el sobrepeso y la obesidad en el mismo grupo etario, la prevalencia fue de 59.9% para el 2016.

En cuanto a la hipertensión arterial, en el 2015 se informó una prevalencia de 18.7% de personas de 18 años o más con presión sanguínea elevada, lo que representa un descenso de 3.1 puntos porcentuales en comparación con el 2000 (21.8%). Por otra parte, la prevalencia de diabetes mellitus, que en el 2000 se hallaba en 8.3%, se incrementó a 10.1% en el 2014.

Mortalidad

En el 2019, la tasa ajustada de mortalidad prematura potencialmente evitable en El Salvador fue de 312,4 muertes por 100 000 habitantes, lo que equivale a una disminución de 10% en comparación con la tasa de 347,2 registrada en el 2000. En este sentido, el país presentó en el 2019 una tasa 37,8% mayor a la notificada para la Región de las Américas. De las muertes prematuras potencialmente evitables, la tasa por causas prevenibles en el 2019 fue de 200 por 100 000 habitantes, cifra 45,9% mayor que la regional, en tanto que la relativa a las causas tratables ascendió a 112,5 por 100 000 habitantes, frente a un promedio regional de 89,6.

En cuanto a la tasa de mortalidad general ajustada por edad, en el 2019 fue de 6,1 por 1000 habitantes, lo cual implica un descenso de 13,6% con respecto al 2000 (7,1 muertes por cada 1000 habitantes).

Al categorizar las muertes en tres grupos principales, se observa que en el 2019 la tasa de mortalidad ajustada por edad por enfermedades transmisibles fue de 93,9 por 100 000 habitantes (122,9 por 100 000 en hombres y 72,5 por 100 000 en mujeres), mientras que la tasa de mortalidad ajustada por edad a causa de enfermedades no transmisibles ascendió a 393.4 por 100 000 habitantes (504,5 por 100 000 en hombres y 312,4 por 100 000 en mujeres). Por su parte, la tasa de mortalidad ajustada por edad por causas externas fue de 122,5 por 100 000 habitantes (188,1 por 100 000 en hombres y 67,4 por 100 000 en mujeres), en cuyo caso destacan los accidentes de transporte terrestre (21,4 por 100 000 habitantes), los homicidios (86,7 por 100 000 habitantes) y los suicidios (6,1 por 100 000 habitantes). En el 2000, la distribución porcentual de las causas fue de 55,5% para las enfermedades no transmisibles, 21,6% para las transmisibles y 22,8% para las causas externas, en tanto que para el 2019 los porcentajes fueron de 65.1%, 15,8%, y19,1%, respectivamente (figura 6).

Figura 6. Mortalidad proporcional en El Salvador, 2000 y 2019

Mortalidad por Cáncer

Al observar la mortalidad por cáncer según el sitio tumoral, puede advertirse que durante el 2019 la población masculina presentó una tasa ajustada de mortalidad por cáncer de próstata de 11 por 100 000; de pulmón, de 5,4 por 100 000, y de colon y recto, de 5 por 100 000. En el caso de las mujeres, los valores fueron de 8 por 100 000 para cáncer de mama; de 4,2 por 100 000 para cáncer de pulmón, y de 4,8 por 100 000 para cáncer de colon y recto.

La situación de salud y la pandemia de COVID-19

Durante el 2020, en El Salvador hubo un total de 45 960 casos de COVID-19, lo que representa 7 278,6 por millón de habitantes. En el 2021 los casos identificados ascendieron a 75 985, lo que equivale a 12 033,6 por millón de habitantes. Por lo que se refiere a las muertes causadas de forma directa por la COVID-19, en el 2020 se registraron 1 336 muertes de personas con diagnóstico de COVID-19, es decir, 2116 por millón de habitantes, mientras que en el 2021 se notificaron 2 488, lo que representa 394 muertes por millón de habitantes. En la Región de las Américas, El Salvador se ubicó en la posición 27 en cuanto a cantidad de muertes por COVID-19 en el 2020, y pasó a la posición 44 en el 2021, con una cifra acumulada para ambos años de 605,6 muertes por millón de habitantes (figura 7).

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, el total de muertes en exceso en el 2020 ascendió a 7506 casos, es decir, 116 por 100 000 habitantes. Para el 2021 se estimaron 9529 muertes, que representan un exceso de mortalidad de 146 por 100 000 habitantes.

Al 31 de diciembre del 2021, se había aplicado al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 a 70,6% de los habitantes del país. Al2 de julio del 2022 (fecha de los últimos datos disponibles), 66% de la población contaba con el esquema de vacunación completo. La campaña de vacunación comenzó el 20 de febrero del 2021 y hasta el momento se han utilizado seis tipos de vacunas contra la COVID-19.

Figura 7. Muertes por COVID-19 acumuladas al 29 de julio de 2023 en la Región de las Américas

Perspectivas

Medidas para el logro de la cobertura universal de salud

El Plan Estratégico Institucional 2019-2025 formulado en alineación al Plan Cuscatlán 2019-2024 proyecta como meta que al 2025 ampliar el acceso a servicios de salud a un 60% de la población sin acceso previo y el incremento al 60% de la adscripción de la población con algún proveedor de servicios de salud del primer nivel de atención de las Redes Integrales e Integradas de Salud a través de la sinergia y articulación de los proveedores de servicios. Este Plan Institucional busca además que al 2025 el 100% de las instituciones de salud integrantes del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) ejecutan el plan de acciones intersectoriales para el abordaje de la determinación social de la salud.

Las autoridades públicas han dispuesto una serie de medidas para lograr la cobertura universal de salud, entre las que destaca el Plan Cuscatlán, el cual plantea los siguientes objetivos relacionados con la salud:

  • Contar con un sistema nacional de salud integrado y sólido, que fortalezca sostenidamente el sector público y regule efectivamente el sector privado para la adecuada atención de la salud de la población del país.
  • Desarrollar el abordaje de los determinantes sociales de la salud para alcanzar mejores resultados con las iniciativas destinadas a tal fin.
  • Aplicar plenamente la estrategia de atención primaria en salud integral.
  • Garantizar el aumento progresivo de la cobertura y el acceso universal a la salud, con completa equidad para todos los habitantes del país.
  • Fortalecer las estrategias conducentes a la promoción y la educación en materia de salud, la prevención de enfermedades, y el tratamiento y la rehabilitación de las personas que han sufrido un daño en su salud.

De manera similar, el Plan propone, en la línea estratégica referida a la organización de los servicios de salud, la necesidad de "Avanzar en el desarrollo hacia un Sistema Nacional de Salud integrado basado en la Atención Primaria de Salud Integral, el abordaje de las determinantes sociales para garantizar el derecho humano a la salud en ruta hacia el Acceso y Cobertura Universal, la identificación y combate de las inequidades en salud, así como el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030".

Desafíos relacionados con la salud de la población

Entre los retos pendientes con los que cuenta la agenda de políticas públicas de El Salvador, la sostenibilidad de las acciones emprendidas en el Plan Cuscatlán ocupa un lugar destacado, dado que implica una inversión pública muy importante dirigida a la salud. Las autoridades públicas han señalado que se prevé un incremento gradual y sostenido del gasto en salud hasta alcanzar valores cercanos a 5% del PBI.

Respuesta a la pandemia de la COVID-19

El plan de respuesta para la atención de la salud durante la pandemia incluyó la creación de una unidad completamente especializada, el Hospital El Salvador, cuya capacidad física instalada cuenta con alrededor de 850 camas, de las cuales 250 están preparadas y equipadas para la atención de casos graves y críticos. Asimismo, este hospital, que dispone de la última y mejor tecnología, será próximamente reconvertido a uno categorizado como de alta especialidad.

La respuesta de las políticas públicas a esta situación de emergencia también comprendió la elaboración de documentos y lineamientos técnicos que resultaron sumamente útiles, entre otros aspectos, para la correcta articulación de las medidas implementadas, como los "Lineamientos técnicos para el seguimiento del aislamiento domiciliar y atención ambulatoria de casos sospechosos y confirmados por COVID-19" y la "Estrategia para la inmunización contra SARS-CoV-2 en mujeres embarazadas y puérperas" y otros igualmente relevantes.

Finalmente, también vale la pena resaltar la estrategia de vacunación contra la COVID-19 a través de la creación de un megacentro, con capacidad para aplicar más de diez mil dosis diarias, y la puesta en funcionamiento de más de 160 unidades de vacunación distribuidas en todo el territorio nacional.

Medidas para incidir en las desigualdades en la salud

El Gobierno nacional ha llevado adelante el programa Crecer Juntos, una política pública integral orientada a la primera infancia, es decir, la etapa que transcurre desde que las niñas y los niños son gestados hasta que alcanzan los 8 años de edad. Esta política ha sido diseñada con un enfoque de derechos para garantizar a las niñas y los niños salvadoreños el acceso a servicios de calidad en la provisión de cuidados, estimulación, educación, salud, nutrición, entornos protectores de sus derechos y protección especial, con el fin último de prevenir la pobreza, la violencia, la desigualdad y la falta de oportunidades.

En función a la Ley del Sistema Nacional Integrado de salud y mediante la coordinación del Gabinete de salud y Gabinete de salud ampliado, se aborda el trabajo intersectorial para atender los determinantes sociales de la salud, con la intersectorialidad como uno de los instrumentos de Integración y en el monitoreo y evaluación del sistema, se busca que ésta sea periódica.

Estrategia nacional para abordar las desigualdades en salud

El Plan Estratégico Institucional 2021-2025 recoge la visión programática y operativa que tienen las autoridades públicas para el quinquenio y reconoce de manera explícita la importancia de los determinantes sociales de la salud, toda vez que los incluye como parte de su misión: "Somos el ente rector del Sistema Nacional Integrado de Salud en El Salvador, que […] promueve la intersectorialidad para el abordaje de las determinantes sociales de la salud […]".

Por otra parte, la Ley del Sistema Nacional Integrado de Salud, reformada en el 2020, constituye el marco legal donde se inscriben diversas normativas que fomentan la búsqueda de equidad en la salud. Dentro de ese conjunto de normas, ocupan un lugar destacado las referidas a medicamentos (2012), vacunas (2012), salud mental (2017) y lactancia materna (2013), entre otras.

Finalmente, también resulta relevante la legislación nacional enfocada en la prevención de las enfermedades y el bienestar de las personas, como la Ley para el Control del Tabaco, sancionada en el 2011.

Las fuentes de los indicadores interagenciales usados en este perfil se pueden encontrar en este cuadro

Para obtener los datos más recientes sobre indicadores de salud para la Región de las Américas, asegúrese de visitar el portal de Indicadores Básicos de la OPS.