Salud en las Américas

PERFIL DE PAÍS

Estados Unidos de América

Los perfiles de país de la plataforma Salud en las Américas+ se han elaborado a partir de los indicadores interagenciales disponibles hasta las fechas indicadas. Las fuentes pueden consultarse en este cuadro. En algunos casos, debido al proceso de verificación, los valores de los indicadores pueden diferir de aquellos más recientes disponibles en el país.

Determinantes sociales y ambientales de la Salud

En el 2000, la población total de Estados Unidos era de 282 398 554 habitantes, y en el 2023 habría ascendido a 339 996 563, lo que representa un incremento de 20.4%. En cuanto al perfil demográfico del país, en el 2023 la población de mayores de 65 años representaba 17.6% del total, lo que implica un aumento de 5.3 puntos porcentuales respecto del 2000. Asimismo, en el 2023 se alcanzó una razón de 102. mujeres por cada 100 hombres y de 99.5 personas mayores (de 65 años o más) por cada 100 menores de 15 años, como se observa en la distribución por grupo etario y sexo de las pirámides poblacionales del país (figura 1). Si se considera la población de 15 a 64 años como potencialmente activa, es decir, susceptible de participar en actividades laborales, esta representó 64.7% de la población total del país en el 2023, lo que equivale a 220 104 420 personas. Si a estos datos se agregan los relativos a la población potencialmente pasiva (60 093 822 menores de 15 años y 59 798 322 mayores de 65 años), se obtiene una relación de dependencia de 54.5 habitantes potencialmente pasivos por cada 100 habitantes potencialmente activos. Esta relación era de 50.9 en el 2000.

En lo que atañe a la esperanza de vida al nacer, para el 2023 fue de 79.7 años —cifra mayor al promedio de la Región de las Américas—, esta cifra representa un incremento de 2.9 años respecto de lo informado en el 2000.

Figura 1. Pirámides de población de Estados Unidos, años 2000 y 2023

Entre el 2004 y el 2020, el promedio de años de escolarización en Estados Unidos de América aumento del 6.7%, con 13.7 años en el último año para el cual se dispone de información. Por su parte, la tasa de desempleo en el 2022 fue de 3.6% para el total de la población. Si se desglosa por sexo, la tasa es 3.5% para mujeres y 3.7% para hombres. En la población adulta de 16 a 65 años que tienen conocimientos de inglés de nivel 2 o superior en el Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de los Adultos de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE); la tasa de alfabetización fue de 79% en el 2013. ,  Otro aspecto que cabe destacar es que el porcentaje de la población por debajo de la línea de pobreza fue de 11,4% en el 2020, lo que representa un aumento respecto del 2019, cuando se encontraba en 10,5%.  Por lo que se refiere a la pobreza definida como porcentaje de la población con un ingreso menor a US$ 1,90 por día, en el 2019 un 1% de la población se encontraba en esta situación, una cifra inferior al promedio regional de 3%.

Durante el período 2000-2021, el país aumentó su puntuación en el índice de desarrollo humano en 3.4% (de una puntuación de 0.891 a una de 0.921), mientras que en el mismo período el índice incrementó 13.5% a nivel internacional y 9.4% en América Latina (figura 2).

Figura 2. Índice de desarrollo humano en la Región de las Américas, 2021

En el 2020, el gasto público en salud representó 10.68% del producto interno bruto (PIB) (figura 3) y 22.35% del gasto público total, mientras que el gasto de bolsillo en salud implicó 9.89% del gasto total en salud.

Figura 3. Gasto público en salud como porcentaje del producto interno bruto en la Región de las Américas, 2020

Cobertura digital

En el 2021, el porcentaje de población con conexión a Internet ascendía a 91.8%, cifra que representa un incremento considerable respecto del 2000, año en que el indicador arrojaba un valor de 43.1%.

La situación de salud

Salud maternoinfantil

Entre el 2000 y el 2020, la mortalidad infantil en Estados Unidos de América pasó de 6.9 a 5.4 por 1000 nacidos vivos, lo cual implicó una reducción de 21.7% (figura 4). Por su parte, el porcentaje de nacimientos con peso bajo (menos de 2500 g) se incrementó de 7.6% a 8.2% entre el 2000 y el 2020, mientras que la adherencia a la lactancia materna exclusiva en la población infantil de hasta 6 meses representó un 23.3% en 2010 y un 25.8% en el 2018 (último dato disponible).

En cuanto a la estrategia de inmunización, en el 2022 la cobertura de vacunación contra el sarampión fue de 92%, lo que representa un incremento de 1 puntos porcentuales con respecto a la cobertura del 2000.

Figura 4. Tasa de mortalidad infantil por 1000 nacidos vivos, 1995-2020

La razón de mortalidad materna para el 2020 se estimó en 21.1 por 100 000 nacidos vivos, lo que supone una reducción de 78.3% respecto del valor estimado para el 2000 (figura 5). En relación con la fecundidad, se calcula que, en el 2023, las mujeres tenían en promedio 1.7 hijos a lo largo de su vida reproductiva. En el caso específico de la fecundidad adolescente, se observa una reducción de 69.2%, si se compara la tasa de 46.7 nacidos vivos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años en el 2000 con la cifra de 14.4 en el 2023. En cuanto al control prenatal, entre el 2000 y el 2020 se observa una reducción en el porcentaje de personas gestantes que acudieron a cuatro consultas o más de atención prenatal durante el embarazo, ya que este pasó de 92.1% a 95.6%. Por otra parte, 99.1% de los partos fueron atendidos por personal capacitado en el 2020.

Figura 5. Razón de mortalidad materna por 100 000 nacidos vivos, 2000-2020

Enfermedades transmisibles

En el 2021 se registraron 2 nuevos casos de tuberculosis por 100 000 habitantes en Estados Unidos de América. En 2019, la tasa de mortalidad por tuberculosis (ajustada por edad y por 100 000 habitantes) para la población total fue de 0.1 ese mismo año (0.1 en mujeres y 0.1 en hombres).

Para el 2020, se estimó que la tasa de nuevos diagnósticos de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) fue de 9 por cada 100 000 habitantes. La tasa de mortalidad ajustada por edad por esta causa fue de 1.4 por cada 100 000 habitantes en el 2019. Debe destacarse que durante el período 2000-2019 este indicador descendió 71.8%. En 2020 no hubo ningún caso de rabia humano reportado en el país.

Enfermedades no transmisibles y factores de riesgo

En Estados Unidos, la prevalencia del consumo de tabaco entre las personas de 15 años o más para el 2023 fue de 18.1%. En relación con el sobrepeso y la obesidad en el mismo grupo etario, la prevalencia fue de 67.9% para el 2016.

Asimismo, para el 2016, 40% de la población declaró practicar actividad física insuficiente.

En cuanto a la hipertensión arterial, en el 2015 se informó una prevalencia de 12.9% de personas de 18 años o más con presión sanguínea elevada, lo que representa un descenso de 2.4 puntos porcentuales en comparación con el 2000 (15.3%). Por otra parte, la prevalencia de diabetes mellitus, que en el 2000 se hallaba en 6.3%, se incrementó a 7.3% en el 2014.

Mortalidad

En el 2019, la tasa ajustada de mortalidad prematura potencialmente evitable en Estados Unidos fue de 203,1 muertes por 100 000 habitantes, lo que equivale a una disminución de 14,7% en comparación con la tasa de 238,2 registrada en el 2000. En este sentido, el país presentó en el 2019 una tasa 10,4% inferior a la notificada para la Región de las Américas. De las muertes prematuras potencialmente evitables, la tasa por causas prevenibles en el 2019 fue de 134,2 por 100 000 habitantes, cifra 2,1% menor que la regional, en tanto que la relativa a las causas tratables ascendió a 68,9 por 100 000 habitantes, frente a un promedio regional de 89,6.

En cuanto a la tasa de mortalidad general ajustada por edad, en el 2019 fue de 4,8 por 1000 habitantes, lo cual implica un descenso de 14,3% con respecto al 2000 (5,6 muertes por cada 1000 habitantes).

Al categorizar las muertes en grandes grupos, se observa que en el 2019 la tasa de mortalidad ajustada por edad por enfermedades transmisibles fue de 28,9 por 100 000 habitantes (31,4 por 100 000 en hombres y 25,9 por 100 000 en mujeres), mientras que la tasa de mortalidad ajustada por edad a causa de enfermedades no transmisibles ascendió a 417,2 por 100 000 habitantes (475,8 por 100 000 en hombres y 348,5 por 100 000 en mujeres). Por su parte, la tasa de mortalidad ajustada por edad por causas externas fue de 46,3 por 100 000 habitantes (66,9 por 100 000 en hombres y 25,4 por 100 000 en mujeres), en cuyo caso destacan los accidentes de transporte terrestre (11,1 por 100 000 habitantes), los homicidios (6 por 100 000 habitantes) y los suicidios (14,5 por 100 000 habitantes). En el 2000, la distribución porcentual de las causas fue de 87,9% para las enfermedades no transmisibles, 6,3% para las transmisibles y 5,8% para las causas externas, en tanto que para el 2019 los porcentajes fueron de 88,1%, 5,3%, y 6,6%, respectivamente (figura 6).

Figura 6. Mortalidad proporcional en Estados Unidos, 2000 y 2019

Mortalidad por Cáncer

Al observar la mortalidad por cáncer según el sitio tumoral, puede advertirse que durante el 2019 la población masculina presentó una tasa ajustada de mortalidad por cáncer de próstata de 11,6 por 100 000; de pulmón, de 30,2 por 100 000; y de colon y recto, de 12 por 100 000. En el caso de las mujeres, los valores fueron de 15,9 por 100 000 para cáncer de mama; de 21,7 por 100 000 para cáncer de pulmón; y de 8,8 por 100 000 para cáncer de colon y recto.

La situación de salud y la pandemia de COVID-19

En la Región de las Américas, Estados Unidos se ubicó en la cuarta posición en cuanto a cantidad de muertes por COVID-19 en el 2020, y pasó a la posición 14 en el 2021, con una cifra acumulada para ambos años de 2434 muertes por millón de habitantes (figura 7). 

Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud,  el total de muertes en exceso en el 2020 ascendió a 465 707 casos, es decir, 141 por 100 000 habitantes. Para el 2021 se estimaron 466 753 muertes, que representan un exceso de mortalidad de 140 por 100 000 habitantes.

Al 31 de diciembre del 2021, se había aplicado al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 a 61,1% de los habitantes del país. Al 20 de abril del 2022 (fecha de los últimos datos disponibles), 66% de la población contaba con el esquema de vacunación completo. La campaña de vacunación comenzó el 20 de diciembre del 2020 y hasta el momento se han utilizado tres tipos de vacunas contra la COVID-19.

Figura 7. Muertes por COVID-19 acumuladas al 29 de julio de 2023 en la Región de las Américas

Perspectivas

Se prevé que en los próximos cinco años se mantenga el proceso de envejecimiento de la población. En este sentido, Estados Unidos tendrá que seguir adaptando su sistema de salud para poder responder a los retos que implica este proceso demográfico. Entre estos retos sobresalen las políticas de atención y cuidado de las personas mayores. Los problemas de sostenibilidad del sistema y el elevado gasto público figurarán de forma permanente en la agenda.

Al margen del alto desarrollo socioeconómico alcanzado por el país, uno de los desafíos pendientes a nivel de salud es el logro de la equidad en términos de cobertura de salud y distribución de los recursos disponibles. 

En cuanto a la respuesta a la pandemia de COVID-19, se seguirá impulsando la estrategia de vacunación con el objetivo de optimizar la cobertura de los esquemas completos de vacunación y reforzar el acceso a las dosis de refuerzo. Uno de los obstáculos a enfrentar será el rechazo a la vacunación por parte de algunos sectores de la población; para hacer frente a esto será necesario redoblar los esfuerzos en materia de comunicación social, posiblemente por medio de la complementación de estas iniciativas de promoción con medidas que restrinjan la circulación o el acceso a determinados sitios a las personas que no puedan demostrar que han sido vacunadas. 

En el ámbito de la salud infantil, los indicadores de mortalidad siguen disminuyendo de forma favorable. La proporción de mortalidad en menores de cinco años atribuible a las enfermedades diarreicas agudas resulta llamativa en el contexto de un país sumamente desarrollado. 

El aumento sostenido de la mortalidad materna en los dos últimos decenios es grave y notorio. El país debe hacer frente a este problema mediante la promoción del acceso universal a la asistencia de salud para su población, en especial para los sectores más vulnerables y desprotegidos.

El peso de las enfermedades crónicas sobre la mortalidad, tomado como porcentaje de todas las causas de muerte, es el característico de los países de mayor nivel de desarrollo. El aumento de la obesidad y la diabetes que se ha producido en los últimos años debería detenerse mediante el diseño de políticas públicas dirigidas a promover una alimentación saludable y generalizada en todos los grupos etarios. La prevalencia del tabaquismo sigue siendo elevada y, en los próximos años, contribuirá de forma significativa a la carga de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. 

Las enfermedades transmisibles, como la tuberculosis y el VIH, muestran tendencias a la baja en cuanto a su incidencia; lo mismo sucede con la mortalidad específica debida a estas patologías. Las causas externas están próximas a duplicar a las enfermedades transmisibles en cuanto a su impacto sobre la mortalidad, por lo que es necesario un enfoque integral, con especial énfasis en el problema del suicidio, para contenerlas y reducirlas. Otro tema de salud mental que debería estar en la agenda de salud es el consumo problemático de las sustancias psicoactivas, entre las que se encuentran los opioides y la heroína.

Las fuentes de los indicadores interagenciales usados en este perfil se pueden encontrar en este cuadro

Para obtener los datos más recientes sobre indicadores de salud para la Región de las Américas, asegúrese de visitar el portal de Indicadores Básicos de la OPS.