Salud en las Américas

PERFIL DE PAÍS

Nicaragua

Los perfiles de país de la plataforma Salud en las Américas+ se han elaborado a partir de los indicadores interagenciales disponibles hasta las fechas indicadas. Las fuentes pueden consultarse en este cuadro. En algunos casos, debido al proceso de verificación, los valores de los indicadores pueden diferir de aquellos más recientes disponibles en el país.

Determinantes sociales y ambientales de la Salud

En el 2000, la población total de Nicaragua era de 5 123 222 habitantes, y en el 2023 habría ascendido a 7 046 310, lo que representa un incremento de 37.5%. En cuanto al perfil demográfico del país, en el 2023 la población de mayores de 65 años representaba 5.4% del total, lo que implica un aumento de 2.2 puntos porcentuales respecto del 2000. Asimismo, en el 2023 se alcanzó una razón de 102.9 mujeres por cada 100 hombres y de 18.5 personas mayores (de 65 años o más) por cada 100 menores de 15 años, como se observa en la distribución por grupo etario y sexo de las pirámides poblacionales del país (figura 1). Si se considera la población de 15 a 64 años como potencialmente activa, es decir, susceptible de participar en actividades laborales, esta representó 65.2% de la población total del país en el 2023, lo que equivale a 4 594 767 personas. Si a estos datos se agregan los relativos a la población potencialmente pasiva (2 068 160 menores de 15 años y 383 384 mayores de 65 años), se obtiene una relación de dependencia de 53.4 habitantes potencialmente pasivos por cada 100 habitantes potencialmente activos. Esta relación era de 77.5 en el 2000.

En lo que atañe a la esperanza de vida al nacer, para el 2023 fue de 74.8 años —cifra inferior al promedio de la Región de las Américas—, esta cifra representa un incremento de 7.6 años respecto de lo informado en el 2000.

Figura 1. Pirámides de población de Nicaragua, años 2000 y 2023

Por su parte, la tasa de desempleo en el 2022 fue de 5.6% para el total de la población. Si se desglosa por sexo, la tasa es 5.7% para mujeres y 5.5% para hombres. Otro aspecto que cabe destacar es que el porcentaje de la población por debajo de la línea de pobreza fue de 24.9% en el 2016, de acuerdo con la línea nacional, lo que representa una disminución respecto del 2001, cuando se encontraba en 45.8%.

Durante el período 2000-2021, el país aumentó su puntuación en el índice de desarrollo humano en 17.8% (de una puntuación de 0.566 a una de 0.667), mientras que en el mismo período el índice incrementó 13.5% a nivel internacional y 9.4% en América Latina (figura 2).

Figura 2. Índice de desarrollo humano en la Región de las Américas, 2021

En el 2020, el gasto público en salud representó 5.34% del producto interno bruto (PIB) (figura 3) y 18.42% del gasto público total, mientras que el gasto de bolsillo en salud implicó 32.27% del gasto total en salud.

Figura 3. Gasto público en salud como porcentaje del producto interno bruto en la Región de las Américas, 2020

Cobertura digital

En el 2021, el porcentaje de población con conexión a Internet ascendía a 57.1%, cifra que representa un incremento considerable respecto del 2000, año en que el indicador arrojaba un valor de 1%.

La situación de salud

Salud maternoinfantil

Entre el 2001 y el 2019, la mortalidad infantil en Nicaragua pasó de 30. a 12.7 por 1000 nacidos vivos, lo cual implicó una reducción de 57.7% (figura 4). Por su parte, el porcentaje de nacimientos con peso bajo (menos de 2500 g) se redujo de 8.2% a 7.8% entre el 2001 y el 2019, mientras que la adherencia a la lactancia materna exclusiva en la población infantil de hasta 6 meses representó un 31% en 2001 y un 31.7% en el 2012 (último dato disponible).

En cuanto a la estrategia de inmunización, en el 2022 la cobertura de vacunación contra el sarampión fue de 100%, lo que representa un incremento de 0 puntos porcentuales con respecto a la cobertura del 2000.

La razón de mortalidad materna para el 2020 se estimó en 77.9 por 100 000 nacidos vivos, lo que supone una reducción de 53.9% respecto del valor estimado para el 2000 (figura 5). En relación con la fecundidad, se calcula que, en el 2023, las mujeres tenían en promedio 2.3 hijos a lo largo de su vida reproductiva. En el caso específico de la fecundidad adolescente, se observa una reducción de 27.6%, si se compara la tasa de 113.9 nacidos vivos por cada 1000 mujeres de 15 a 19 años en el 2000 con la cifra de 82.5 en el 2023. En cuanto al control prenatal, entre el 2008 y el 2021 se observa una reducción en el porcentaje de personas gestantes que acudieron a cuatro consultas o más de atención prenatal durante el embarazo, ya que este pasó de 61% a 94%. Por otra parte, 96,8% de los partos fueron atendidos por personal capacitado en el 2020.

Figura 4. Razón de mortalidad materna por 100 000 nacidos vivos en Nicaragua, 2000-2020

Enfermedades transmisibles

En el 2021 se registraron 27 nuevos casos de tuberculosis por 100 000 habitantes en Nicaragua. En 2019, la tasa de mortalidad por tuberculosis (ajustada por edad y por 100 000 habitantes) para la población total fue de 2.2 ese mismo año (1.5 en mujeres y 3 en hombres).

Para el 2021, se estimó que la tasa de nuevos diagnósticos de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) fue de 13.7 por cada 100 000 habitantes. La tasa de mortalidad ajustada por edad por esta causa fue de 2.4 por cada 100 000 habitantes en el 2019. Debe destacarse que durante el período 2000-2019 este indicador descendió 27.2%.

Enfermedades no transmisibles y factores de riesgo

En Nicaragua En relación con el sobrepeso y la obesidad en el mismo grupo etario, la prevalencia fue de 58.2% para el 2016.

En cuanto a la hipertensión arterial, en el 2015 se informó una prevalencia de 20.8% de personas de 18 años o más con presión sanguínea elevada, lo que representa un descenso de 2.5 puntos porcentuales en comparación con el 2000 (23.3%). Por otra parte, la prevalencia de diabetes mellitus, que en el 2000 se hallaba en 7.9%, se incrementó a 10.1% en el 2014.

En 2020 no hubo ningún caso de rabia humano reportado en el país.

Mortalidad

En el 2019, la tasa ajustada de mortalidad prematura potencialmente evitable en Nicaragua fue de 272,4 muertes por 100 000 habitantes, lo que equivale a una disminución de 11,7% en comparación con la tasa de 308,6 registrada en el 2000. En este sentido, el país presentó en el 2019 una tasa 20,2% mayor a la notificada para la Región de las Américas. De las muertes prematuras potencialmente evitables, la tasa por causas prevenibles en el 2019 fue de 129,9 por 100 000 habitantes, cifra 5,3% menor que la regional, en tanto que la relativa a las causas tratables ascendió a 142,5 por 100 000 habitantes, frente a un promedio regional de 89,6.

En cuanto a la tasa de mortalidad general ajustada por edad, en el 2019 fue de 6,5 por 1000 habitantes, lo cual implica un descenso de 5,8% con respecto al 2000 (6,9 muertes por cada 1000 habitantes).

Al categorizar las muertes en tres grupos principales, se observa que en el 2019 la tasa de mortalidad ajustada por edad por enfermedades transmisibles fue de 51,1 por 100 000 habitantes (59,7 por 100 000 en hombres y 44,1 por 100 000 en mujeres), mientras que la tasa de mortalidad ajustada por edad a causa de enfermedades no transmisibles ascendió a 547,6 por 100 000 habitantes (670,5 por 100 000 en hombres y 453,2 por 100 000 en mujeres). Por su parte, la tasa de mortalidad ajustada por edad por causas externas fue de 48,8 por 100 000 habitantes (81,7 por 100 000 en hombres y 19,5 por 100 000 en mujeres), en cuyo caso destacan los accidentes de transporte terrestre (18,7 por 100 000 habitantes), los homicidios (9,5 por 100 000 habitantes) y los suicidios (4,7 por 100 000 habitantes). En el 2000, la distribución porcentual de las causas fue de 64,6% para las enfermedades no transmisibles, 24,0% para las transmisibles y 11,4% para las causas externas, en tanto que para el 2019 los porcentajes fueron de 81,6%, 9,5% y 8,9%, respectivamente (figura 5).

Figura 5. Mortalidad proporcional en Nicaragua, 2000 y 2019

Mortalidad por Cáncer

Al observar la mortalidad por cáncer según el sitio tumoral, puede advertirse que durante el 2019 la población masculina presentó una tasa ajustada de mortalidad por cáncer de próstata de 20,6 por 100 000; de pulmón, de 8,1 por 100 000, y de colon y recto, de 6,9 por 100 000. En el caso de las mujeres, los valores fueron de 10,1 por 100 000 para cáncer de mama; de 4,3 por 100 000 para cáncer de pulmón, y de 6,4 por 100 000 para cáncer de colon y recto.

La situación de salud y la pandemia de COVID-19

En la Región de las Américas, y de acuerdo con datos informados por los países, Nicaragua se ubicó en la posición 44 en cuanto a cantidad de muertes por COVID-19 en el 2020, y pasó a la posición 51 en el 2021, con una cifra acumulada para ambos años de 30 muertes por millón de habitantes (figura 6).

Al 31 de diciembre del 2021, se había aplicado al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 a 84,6% de los habitantes del país. Al 2 de julio del 2022 (fecha de los últimos datos disponibles), 82,1% de la población contaba con el esquema de vacunación completo. La campaña de vacunación comenzó el 20 de marzo del 2021 y hasta el momento se han utilizado nueve tipos de vacunas contra la COVID-19.

Figura 6. Muertes por COVID-19 acumuladas al 29 de julio de 2023 en la Región de las Américas

Perspectivas

Medidas para el logro de la cobertura universal de salud

Las políticas públicas llevadas adelante por Nicaragua están dirigidas a lograr la cobertura universal de la salud. En ese sentido, entre las iniciativas implementadas para tal fin, valen la pena destacar:

  • La restitución del derecho a la salud y de la gratuidad en la atención de salud.
  • La implementación del Modelo de Salud Familiar y Comunitario (MOSAFC), que se encuentra enfocado en la promoción de la salud y la prevención de riesgos.
  • El acceso gratuito y universal a los servicios integrales de salud.
  • El desarrollo de la cultura nacional de prevención y protección de la salud de los nicaragüenses.
  • La implementación de un enfoque basado en la salud en todas las políticas públicas.
  • La adecuación intercultural del MOSAFC en la Costa Caribe nicaragüense.
  • La sectorización de la atención en salud por parte de los Equipos de Salud Familiar y Comunitarios y de los grupos integrales de salud intercultural.
  • La extensión de la red de laboratorios nacional, y el desarrollo tecnológico y de infraestructura de la red de servicios de salud.
  • La disminución de las brechas de formación y distribución de los recursos humanos en salud.

Desafíos relacionados con la salud de la población

Dado que el sistema público de salud brinda servicios a 80% de la población del país, su principal reto consiste en continuar fortaleciendo el MOSAFC en los componentes de atención individual, familiar y comunitaria, con un enfoque intercultural y de desarrollo de las redes de servicios.

En ese sentido, el Gobierno de Nicaragua ha incrementado el presupuesto público dirigido a la salud y fomentado la articulación y cooperación de los diferentes actores de la salud, con el propósito de fortalecer:

  • El desarrollo y la gerencia de los recursos humanos en salud.
  • Las capacidades del sistema de salud para responder a endemias, brotes, epidemias y pandemias.
  • El desarrollo del sistema de información y tecnologías de comunicación del Ministerio de Salud (MINSA).
  • La gestión de insumos médicos y el uso racional de medicamentos.
  • Las capacidades de la Autoridad Nacional de Regulación Sanitaria.
  • Las capacidades de planificación, evaluación y gestión de datos a nivel local, nacional y subregional.
  • El desarrollo del Instituto Nicaragüense de Investigación en Salud.

Respuesta a la pandemia de la COVID-19

El plan de respuesta a la pandemia, liderado por el MINSA, continúa los esfuerzos comenzados con diversas iniciativas, entre las que destacan:

  • La implementación de una estrategia nacional de calidad en la atención de los servicios de salud.
  • El desarrollo de capacidades científico-técnicas para la vigilancia de laboratorio de las enfermedades emergentes, reemergentes y pandémicas producidas por virus, bacterias, hongos y parásitos.
  • El fortalecimiento de las habilidades y competencias necesarias para la implementación de modelos predictivos en la vigilancia epidemiológica, entomológica y virológica.
  • La implementación de salas de inteligencia en salud.
  • El robustecimiento de la capacidad nacional para el abordaje de las enfermedades inmunoprevenibles.
  • La transformación digital del sector de la salud.

Medidas para incidir en las desigualdades en la salud

La estrategia de las políticas públicas en esta materia pasa por el abordaje de los determinantes sociales de la salud, lo que incluye diversas acciones e iniciativas:

  • El desarrollo de la infraestructura vial, con el propósito de incrementar la fluidez del transporte colectivo, selectivo y privado, y facilitar de esa forma el acceso a las unidades de salud.
  • La extensión de la conectividad telefónica en todo el país, para facilitar la comunicación en la red comunitaria, incluidas la familia, la comunidad y las unidades de salud.
  • La reducción de las necesidades básicas insatisfechas, tales como el acceso a agua potable, servicios de saneamiento, electricidad y vivienda.
  • El fortalecimiento de la atención de los Equipos de Salud Familiar y Comunitarios y los grupos integrales de salud intercultural para garantizar la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y los cuidados básicos de salud en las zonas con las poblaciones más expuestas y vulnerables (unidades territoriales con menos de 5000 habitantes en áreas urbanas y menos de 3000 habitantes en áreas rurales).

Además, la estrategia nacional también prevé una serie de medidas dirigidas al sistema de salud, a saber:

  • La readecuación de la organización de la red de servicios de salud.
  • La ampliación de la red de laboratorios e imagenología.
  • El ingreso periódico y sistemático de las brigadas de acceso integral en salud en zonas remotas y de difícil acceso.
  • El desarrollo de ferias de salud que cuenten con la presencia de unidades médicas móviles y el acompañamiento de la iniciativa Mi Hospital en Mi Comunidad, además de la participación principal de la red comunitaria, incluidas las familias, las comunidades y las numerosas y diversas especialidades del ámbito de la salud.
  • El transporte de pacientes, desde sus municipios de residencia a las unidades hospitalarias con mayor capacidad resolutiva, para brindarles atención frente a problemas de salud complejos. Para este fin, se ha dispuesto la dotación de ambulancias a todos los municipios y los hospitales del país.
  • La continuidad de la atención que se brinda casa por casa por parte del personal de los Equipos de Salud Familiar y Comunitarios y que se encuentra dirigida a hogares con niñas y niños en la primera infancia, personas con discapacidad y personas con enfermedades crónicas, entre otros grupos prioritarios.

Estrategia nacional para abordar las desigualdades en salud

Las políticas públicas, y en particular la estrategia nacional para incidir en la reducción de las desigualdades en la salud, se encuentran orientadas principalmente a:

  • La atención en salud gratuita y de calidad.
  • La entrega gratuita de medicamentos genéricos.
  • La atención especializada, tanto clínica como quirúrgica.
  • La adecuación cultural y el desarrollo del Modelo de Atención en Salud Intercultural en la Costa Caribe Norte y Sur.
  • La recuperación de la medicina tradicional ancestral y el fortalecimiento de la medicina natural y de las terapias alternativas.
  • El desarrollo integral de los recursos humanos para la salud, de acuerdo con las necesidades del sector de la salud.

Las fuentes de los indicadores interagenciales usados en este perfil se pueden encontrar en este cuadro

Para obtener los datos más recientes sobre indicadores de salud para la Región de las Américas, asegúrese de visitar el portal de Indicadores Básicos de la OPS.